sábado, 30 de abril de 2011

Los putos amos que nos gobiernan

…hasta me parece normal que el PSOE pierda las elecciones municipales de Mayo. Porque los votantes no vamos a elegir alcaldes, vamos a opinar sobre la crisis. La caverna mediática —la llamada TDT-Party y aledaños, a sueldo de los intereses adecuados— así lo quiere.

Al fin y al cabo, a los gobiernos del presidente Zapatero les ha tocado lidiar la crisis del sistema financiero mundial y la recesión económica en casa. Y en esa lidia, el gobierno —con la risita de hiena del PP y el frotar de manos de Rajoy— ha recortado derechos y ha abandonado y/o menguado las políticas sociales que aplicara en época de bonanza. Y para eso ha adoptado y ejecutado las recetas neoliberales que nos dictan los que mandan, es decir, los mercados, los poderes económicos y sus trasuntos con nombre y apellido (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Central Europeo, Ángela Merkel) Y esto lo hacemos, calladitos y con buena letra, simplemente porque España está donde está, en la Europa del euro (no tenemos otro sitio donde estar, la verdad); y España no puede hacer más política económica que aquella que nos viene dada por la ortodoxia neoliberal. No hay que darle muchas más vueltas: han ganado, y aquí se hace lo que ellos dicen.

Y las tímidas políticas sociales que quisiera la izquierda política no casan con la libertad absoluta de mercado que nos imponen; no casa nada bien con un Estado que, para el gusto neoliberal, debe ser pequeño, muy pequeño, y dejar que las puras leyes del mercado equilibren las cosas… a favor de los más poderosos, por supuesto. Porque para eso ha vencido planetariamente un capitalismo desalmado. Aquí el ciudadano vale poco, el balance económico de los grandes bancos y emporios mandan sobre cualquier otra consideración… preguntemos a los cinco millones de parados españoles.

Saldremos poco a poco de la crisis porque dirán que el PIB es positivo. Pero eso no significará que la riqueza se reparta con justicia, ¡ni mucho menos! Creceremos dentro de la ortodoxia, pero lo haremos con cuatro o cinco millones de parados porque este sistema que acumula riquezas en pocas manos NO NOS NECESITA para funcionar y crecer, y, lo que es peor, tiene la sensibilidad de un tiburón para los que sobramos.

¿Quién votaría al PSOE ante este panorama? La izquierda no creo, porque ha traicionado sus levísimos asomos. La derecha ya tiene su partido. Las personas sin trabajo dificilmente le votarán… es fácil, es mucho fácil y humano, dejarse llevar por el malestar y lanzar un voto de castigo. De esto, de encauzar el malestar y la malaleche, ya se encarga estupendamente la caverna mediática; ya se encarga de señalar a un culpable propicio: Zapatero.

Y aquí la pescadilla se muerde la cola en una pirueta antológica. Los poderes económicos —que manejan el dinero con absoluta libertad e indecencia porque los políticos neoliberales quitaron todas las trabas al movimiento de capitales— son los que han provocado la crisis del sistema financiero que, a la postre, está aniquilando el Estado del Bienestar que recibían los ciudadanos menos favorecidos. Estos poderes son dueños de la opinión mediática; es decir, son los putos amos de periódicos, revistas, radios y televisiones, que funcionan simple y llanamente como correas de transmisión de sus intereses, creando una opinión propicia a golpe de timón. Ni más ni menos. Que nadie se engañe. Y estos poderes mediáticos (acólitos de los causantes de la crisis) son los que ahora y aquí, en España, señalan al presidente Zapatero como responsable de la crisis y de los desastres de la crisis… y da igual la culpa real que merezca. Da igual. Lo importante es colocar democráticamente en la Moncloa a un peón más sincrónico con la sensibilidad del tiburón: Rajoy. ¡La que se avecina va a ser inolvidable!

Pero a estos putos amos, los que dictan nuestra opinión, no los elige nadie, simplemente nos gobiernan como a borreguitos en una dictadura planetaria.

Y aquí estamos, calladitos tomando soma a golpe de BarÇa-Madrid y viendo bodas reales o miserias de la Esteban… Vaya mierda de mundo nos han metido por el culo. ¡Coño, es que nunca vamos a reventar!

Post Data: Perdonad lo malsonante, pero puta, mierda, culo y coño son recios vocablos españoles, vienen en el DRAE

jueves, 28 de abril de 2011

Verde: qué color más bonito

Entre las Hurdes y las Batuecas
Al norte de Cáceres, en la confluencia de los ríos Ladrillar y Batuecas, hay un pueblecito que se llama Las Mestas. Está las Mestas en mitad de un espeso bosque de pinos que tapiza la Sierra de la Canchera. Y detrás queda la Meseta Norte y Salamanca.

En las Mestas viven apenas 14 personas. Una de ellas se llama Tío Picho y fabrica licores con la miel y el polen de abejas; y dice que es el único que suministra a Naciones Unidas un licor que llama Pichin Real de las Hurdes (tiene que ser un tío cachondo para serigrafíar eso en la furgoneta de reparto) En la puerta de su casa hay un cartel que dice: Pase y compre ciripolen, y de paso conozca al inventor del ciripolen… (O sea, cachondo y sobrao)
En 1967, Franco desterró a las Mestas a don Nicolás Redondo Urbieta, el legendario Secretario General de UGT; y allí lo puso a meditar, en un modesto pisito construido por las fuerzas sociales del Régimen… Desde luego, si don Francisco quería quitarlo de circulación eligió un sitio estupendo. Hoy día se recuerda la tropelía con una placa en la fachada del pisito que ocupó, a orillas del río. Aparte de eso, tiene las Mestas un enebro sagrado… pero no lo encontramos.
Ese día amanecemos temprano. Hace fresquito; y si sales en mangas de camisa, diría que hace frío, pero es un frío encantador. Y hay un aroma en el aire que quita todos los males, los físicos y los del espíritu…

Hay que atravesar las montañas que separan Cáceres y Salamanca. Los madroños crecen a todo lo largo de la carretera, pero aún es muy pronto para que tengan frutos; y también hay curvas, muchas curvas. Los quitamiedos me llaman la atención porque están hechos de tapial —como las Murallas Merinidas de Villajovita, mi barrio de Ceuta, que son árabes del año 1380—, y como son viejos quitamiedos, están muy erosionados… Bueno, cada uno se fija en lo que quiere, ¿no?
La Alberca, en mitad de la comarca de las Batuecas, es uno de los pueblos más bonitos que hemos visto mi compi y servidor… y también Mogarraz, y Sequeros y San Martín del Castañar, todos ellos son muy singulares. En la Alberca, un guiri que viste enteramente de blanco, se extasía fotografiando los jamones colgantes de casa Becerro. Mogarraz tiene muchas fuentes y tiene leyendas medievales que leemos en la pantalla táctil de un ordenador encastrado en la pared del ayuntamiento… está muy bien que no se pierdan estas cosas, pero servidor preferiría que un anciano me las contara sentado en una piedra de granito y apoyado en su bastón de cerezo. Pero, hijo, el tiempo pulveriza las viejas formas… Un señor de Mogarraz hizo la mili en San Fernando y recuerda las salinas y los bocadillos de tortilla de patatas, y las caminatas por Camposoto… Y a una mesonera de Sequeros le cae fatal el señor Aznar —Mr. Ansar para los amigos—; le dice al ínclito ex presidente que se vaya a la Luna… que es una forma demasiado suave de mandarlo al carajo.

En San Martín del Castañar, una pareja de ancianos toma el sol a la recachita de una pared de granito. Añoran los tiempos de cuando había toros en el pueblo… ahora solo hay toros en las fiestas… dice ella. Tiene San Martín del Castañar una plaza de toros irregular, a la sombra de un castillo medieval; y un puente que podría ser romano, cerca de una iglesia de gótico rural tardío… y tiene también plazas porticadas.
Pues sí… amanece en las Mestas, lo más al norte de las Hurdes. Es el último día. A este viaje —como dijera Saramago— ya solo le queda el tramo de vuelta… el camino de vuelta es la mitad del viaje. Estamos de acuerdo: queda la mitad, y eso es muy importante. En las Hurdes las piedras son lascas de pizarra, por eso las casas son todas de pizarra; y más hacia Cáceres son de granito, y afloran en forma de rocas redondeadas en mitad de las dehesas de encinas como pequeñas islas en un mar de hierba; parece que son las cumbres de inmensas montañas de granito que se hunden en las profundidades de la tierra… Eso le dije a ella cuando el viaje era de ida.
Dicen que el tiempo, ahora que nos marchamos, va a empeorar; que va a llover durante la Semana Santa… pero eso tampoco es tan malo, porque así es como todo el país, de Cádiz a Salamanca y de Salamanca a Cádiz, es una alfombra tupida de verdes… de pastos y praderas, de trigo y cebada, de olivos, encinas y pinos. Creo que voy entendiendo por qué emprendimos este viaje… sí, creo que fue para ver que todo está verde...

¡Qué color más bonito!

lunes, 25 de abril de 2011

Miel de brezo

De la Vera a las Hurdes, pasando por el Jerte


Se podría bajar hasta el río para salir del valle de la Vera, pero decidimos atravesar la Sierra de Tormantos —por el Monasterio de Yuste y Piornal— y llegar al río Jerte. Por ese lado, la sierra es un bosque espeso de robles desnudos. Apenas ha entrado la primavera, por eso mil millones de hojas pardas alfombran el suelo. En verano, cuando el robledal reverdezca, la carretera de montaña discurrirá dentro de una galería viva. Más arriba, llegando al Puerto del Piornal, desaparecen los robles y asoman los pinos larícios, rectos y rojos, como los de Soria.


El valle del río Jerte está lleno de cerezos en flor. Sorprende porque no tienen hojas verdes, solo aflora el color blanco, como algodón… dicen los lugareños que ha llovido hasta hace dos días y que por eso falta una semanita para la apoteosis. De todos modos es espectacular…

En el Torno, ladera arriba del Jerte, unos hombres de piedra caminan tristes mientras contemplan el valle cubierto de flores blancas. Dicen que van recordando las atrocidades de la guerra civil y la posguerra… y, aunque son de piedra, alguien les ha disparado, por la espalda y sin misericordia, aprovechando que son un blanco fácil.

Y buscando las Hurdes, en una pequeña aldea llamada la Granja, una joven rubia se ha bañado desnuda en el río Ambroz y se seca el pelo con una toalla roja... la percibo apenas un segundo, por el rabillo del ojo, pero no lo olvido: una joven que se baña desnuda en un río es un alarido de libertad. Eso me gusta... los alaridos de libertad, digo (lo otro, también)
Sobre los campos de la comarca de las Granadillas vuelan cigüeñas. Hay también numerosas águilas ratoneras —andarán buscando ratones, que es lo suyo; supongo—. Y en las afueras de Zarza de Granadilla, una bandada de buitres vuela en círculos… será que algo huele a podrido por allí, como en Dinamarca.
Llegando a Campomorisco las dehesas extremeñas se convierten en bosques de olivos, como si fuera Jaén. También hay buen aceite al sur de las Hurdes. En Casar de Palomeros, además de eso, adornan el pueblo con los artilugios tecnológicos de sus viejos molinos de aceitunas. Hacen muy bien en no olvidar y, de paso, introducir un detalle estético y singular en la monotonía de la carretera. Y siguiendo hacia el norte, buscando ya la profundidad de las Hurdes, aparece el brezo… a mi compi le entusiasma el brezo. No sé por qué. Debe ser su ramalazo de gallega, que por allí crece una cosa mala… Laderas enteras de la montaña se ven cubiertas de las flores lilas del brezo. Ella se queda absorta mirándolas, que hasta me asusta… ¡Niña, mira la carretera, jolines, que estás conduciendo! Entonces me pregunta:
—¿Para qué se usa el brezo?
—Pues, hija, el brezo sirve para que las abejas hagan miel de brezo.

Entonces me mira como calibrando si estoy de coña o en serio. Y al cabo de un momento demasiado largo decide que sí, que estoy de coña. Y es verdad, le estoy tomando el pelo. Lo raro es que haya tardado tanto en darse cuenta. Se ve que la chiquilla está perdiendo facultades…

jueves, 21 de abril de 2011

Copago sanitario en Riomalo de Arriba

Comarca de las Hurdes / Marzo de 2011

Ella iba a lomos de un burrito blanco, como Platero, pero venido a menos —igual que servidor—. Parece un burrito serio y paciente. Mi compi le hace una carantoña y espera que reaccione como un perro, pero no se inmuta. Se ve que es un burrito poco expresivo.
Él se cubre la cabeza con una gorra de paño y conduce el ronzal de la bestia por la cuesta de Riomalo de Arriba, en el norte de las Hurdes. Ella descabalga con bastante agilidad, y ambos se sientan en un poyete para que el hombre recupere el resuello. Más abajo discurre el río Ladrillar y por encima vigila la Sierra de la Canchera… Son dos de las siete personas que todavía viven allí, en el pueblo.
Son bisabuelos. Dicen que lo pasaron estupendamente en Chinchón, en el bautizo del bisnieto. Tienen ganas de hablar, se les ve; así que me siento en el suelo y escuchamos…
…la escuela estaba por ahí arriba dice ella—. Mandaron dos maestros y había lo menos noventa niños. Nosotros fuimos a la escuela desde los 7 a los 14 años, no crea usted. Y este pueblo daba gloria verlo, con los niños subiendo y bajando… y mire como está todo. Es muy duro estar aquí, muy duro…
…y eso que este invierno no ha estado mal, que apenas ha nevado; pero las aceitunas ni las hemos recogido, que no daban nada por ellas. ¿Quieren ustedes unas aceitunas?
Se lo agradezco mucho, pero es que, la verdad, no sabría qué hacer con ellas…
Primero se fueron los hijos a Salamanca o a Madrid… donde había trabajo, porque aquí ya no había nada que hacer. Y luego, cuando se buscaban la vida en la capital, venían y se llevaban a los padres. Y así nos fuimos quedando solos. Pero nosotros no, nosotros nos quedamos aquí porque aquí hemos nacido y todo eso… y que no queremos ser ninguna carga para nadie, ¿sabe?
Pero una cosa es marcharse y otra cosa es abandonar la propiedad… porque aquí somos pocos, pero aquí todos sabemos a quienes pertenece cada casa… cada casa o lo que quede, apostillo. Sí, sí, será una ruina, pero tiene su dueño.
…prosigue la vida en Riomalo de Arriba, aunque sea vegetal.
Muy solos sí que estamos —comenta ella—. Que usted no sabe lo que es pasar aquí un invierno… pero, eso sí, cada quince días viene el médico y la enfermera, que son muy buenos, muy buenos, con medicinas y todo. Y si hace falta llamamos por teléfono y viene la ambulancia. En eso estamos estupendamente…

…solo espero que estos neo-liberalotes que nos pueden gobernar en breve, vengan y les expliquen a esta venerable pareja de Riomalo de Arriba cómo va el asuntillo del copago sanitario. ¡Manada de mamarrachos!

lunes, 18 de abril de 2011

El burdel de Garganta la Olla

Comarca de la Vera / Marzo de 2011
En Garganta la Olla vivió una serrana muy guapa y muy brava que aprecian mucho las mujeres veratas, porque cuentan que no se dejaba dominar por ningún hombre. Es más, se los comía.
Y con ojo había que andarse por aquellos parajes porque la brava serrana —que vestía pieles y se armaba de cuchillo y ballesta— seducía a los viajeros y los llevaba a su cueva con la promesa de placeres carnales. Los pobres pensaban que se lo iban a pasar estupendamente con la guapa serrana, pero nada de eso. Les daba de beber ambrosía en la calavera de un amante anterior y luego se los comía para guardar los huesos, mondos y lirondos, en su cueva… —pelín rara sí que era la mujer—. Y le han hecho una estatua para que vigile el pueblo desde lo alto… será para tomen ejemplo los maridos díscolos.
Y hablando de maridos… En todos los pueblos de la Vera, los dinteles de granito de las viejas casas tienen grabado el año de su fábrica, y muchas son del siglo XVI… En Garganta la Olla hay una casa que fue burdel en ese siglo; y sigue pintada de azul, porque las casas de putas se pintaban de azul, para que se supiera y se encontraran fácilmente. Y esta tenía, además, un ventanuco a cierta altura para que los caballeros pudieran mirar el género del interior sin desmontar de la cabalgadura (cualquier cosa por el negocio)
La casa de putas de Garganta la Olla, además del año de su fábrica, tiene tallada una muñeca en el dintel de la puerta. Ahora, aunque sigue pintada de azul escandaloso, ya no es burdel; ahora venden productos típicos extremeños. Les pedí un chorizo de Extremadura y me vendieron un chorizo de Ávila… que también debe ser estupendo, pero no es extremeño.
¡Servidor no sabe cómo lo hace, pero siempre me toman el pelo! Mi compi se ríe de mí… yo también.

jueves, 14 de abril de 2011

La vaca de Pasarón


En Pasarón —un precioso pueblecito de la Vera—, cuando una señora tocada con un pañuelo se entera que venimos de Cádiz, nos da la norabuena porque dice que los de Cádiz hablamos en cristiano, como ella y como Dios manda. En mitad de la calleja de Pasarón, mi compi y servidor nos quedamos a la expectativa, a ver qué luces demostraba tener la buena señora (cosa que no teníamos muy claro). Y nos cuenta motu proprio que a ella no le gusta que los que visitan su pueblo hablen raro. Y añade con cierto gracejo que no le gusta que catalanes, vascos o gallegos hablen tan raro… Y entonces le reímos la cosa esa de solidaridad lingüística, ji-ji-ja-ja, porque no era plan de ponerse a explicarle a la buena señora del pañuelo en la cabeza, que cada cual tiene derecho a hablar la lengua de la madre que lo parió, que para eso es su lengua materna, y que eso es exactamente lo que ella está haciendo en ese momento, hablar la lengua de su madre. Pero no le decimos nada, simplemente le reímos la gracia. No sé… cuantas veces, por discreción, dejamos estar las cosas sin torcerlas…
En Pasarón, una vaca meaba en un huerto de cerezos en flor. Servidor no es que sea un experto en meadas de vaca, pero me parece que la meada de esa vaca era algo extraordinario. La vaca de Pasarón lanza una meada horizontal en trayectoria parabólica y mantenida. Es una meada profusa, con fortaleza, inacabable y forma un laguito denso que la tierra tarda en tragar. Yo creo que habría llenado tres, cuatro o cinco cubos de fregona. ¿Quién sabe?
Esta no es la vaca de Pasarón, que no anduve rápido y se me escapó la foto.He tomado la imagen de esta web
Mi compi —que no le encuentra el chiste a eso de estar parada mientras la vaca va a lo suyo— va cambiando de pierna de apoyo, para no cansarse. Y la vaca que no para, oiga. Así que al final enciende un cigarrillo porque dice que siempre-siempre que enciende un cigarrillo llega el autobús, que su sino es tirar los cigarrillos enteros… ¡pues eso es lo que espera con su gesto, que se acabe la meada de una puñetera vez!

Yo no sé, pero, desde luego, aquella vaca de Pasarón no parece tener problemas de próstata… es lo que tiene ser vaca, que no tienes que preocuparte de la próstata.

lunes, 11 de abril de 2011

La amiga de la cajera del Spar / Jarandilla

Jarandilla de la Vera / Marzo de 2011
Los pueblos de la comarca de la Vera —allí donde se fabrica el mejor pimentón del mundo— están situados en las laderas que acaban en el río Tietar, que es un afluente del Tajo, el río más largo de España… el Tajo era el más largo y el Ebro el más caudaloso. Además, nos tuvimos que aprender todos los afluentes del Tajo y los de los demás ríos importantes. Estoy seguro que mis hijos no tienen ni puñetera idea de estas cosas simplemente porque las han estudiado muy de pasada (creo) y, lo reconozco, muchas veces me he sorprendido de lo poco que saben estos niños, o de lo poco que les exigen…
…exactamente lo mismo le pasaba mi padre cuando comprobaba que NO me sabía la lista de los Reyes Godos. Yo lo pensaba entonces: ¿Para qué puñetas le habrán enseñado a mi padre la Lista de los Reyes Godos? O sea… que la vida (o la historia, o el mundo) pasa una y otra vez por el mismo punto equivalente y provoca las mismas sorpresas. Por eso procuro ser un corcho en mitad del oleaje (más vale permanecer a flote que sucumbir ante los cambios)… y aceptar que el tiempo cambia la lista de valores, cambia la moral, los conocimientos y las costumbres. El tiempo nos hace evolucionar, simplemente porque nos hace viejos… y —eso espero— más sabios.

Estribaciones de la Sierra de Gredos, desde Jarandilla de la Vera (CC)

Las últimas estribaciones de la Sierra de Gredos, las que pegan al norte de Cáceres, están cubiertas de nieve. A los arroyos que bajan de las cumbres les llaman por aquí gargantas. La habitación del hotel, en Jarandilla de la Vera, daba a la garganta del río Jaranda y toda la noche nos meció con su cantarino sonido de agua tumultuosa… el sonido del agua tranquiliza.
Jarandilla tiene una imponente iglesia-fortaleza templaria (Stª Mª de la Torre). Celebraban un sepelio y, por respeto a los familiares del fallecido, esperamos a que terminaran para visitarla… pero el cura debe ser muy celoso y cerró la puerta a cal y canto nada más salir el último deudo. Debe ser porque para eso es una fortaleza…
Iglesia-fortaleza de Stª Mª de la Torre / Jarandilla de la VeraTerminada la función, el cura cerró la puerta a cal y canto
En Jarandilla hay un restaurante que se llama La puta parió, que es sitio de mucho renombre e historia. Dos veces pasé por delante de la puerta, pero no tuve el valor de entrar a preguntar por qué se llama así. Prometo que si voy otra vez a Jarandilla de la Vera, entro y pregunto…
En Jarandilla hay un museo etnográfico que es el garaje de don Francisco, que desde que se jubiló anda recopilando objetos antiguos... se ve que don Francisco ha sabido reconducir su incipiente Diógenes hacia cosas más provechosas. Le di una generosísima propina y el señor no fue capaz de regalarme un viejo cuchillo de cocina que le pedía para mi colección de cuchillos… Mi compi —que es muy incisiva cuando se pone— dice que entre el Diógenes de don Francisco y el de servidor solo hay una cuestión de grado. No sé qué pensar… pero no me gusta que me lo diga.
La cajera del Spar de Jarandilla es muy profesional, cobra las cuentas de los clientes mientras escucha a su amiga. En la Vera todavía no se ven moros, ni rumanos, ni chinos… pero la amiga de la cajera del Spar acaba de terminar su clase de Tai-Chi y viene relajada-relajada. Mi compi y servidor nos miramos en silencio como preguntándonos ¿…cómo es posible que en un pueblo tan pequeño y tan perdido se den clases de Tai-Chi?
¿Y por qué puñetas no van a recibir clases de Tai-Chi los jarandillanos? ¿No ven acaso Tele 5? ¿No están en el mismo planeta?
—Lo que pasa es que tú te crees que por vivir en San Fernando vives en el meollo de la civilización, bonita… y estás muy equivocada. Que ahora todos los sitios están muy adelantados, Antonia.

—Qué me dejes…

jueves, 7 de abril de 2011

¡Pedazo de alcornoque!

De Sevilla a La Vera
Seguramente viajamos para percibir contrastes (entre otros muchos motivos, supongo) Recuerdo que hace un tiempo, caminando por las montañas de Cantabria, para congraciarme con un lugareño, le dije a modo de saludo:
Bonitas montañas tienen ustedes por aquí—.
Pero el hombre puso cara de no estar de acuerdo. Se detuvo y miró las cuestas que yo le señalaba; luego me dijo directamente:
—¿Bonito esto? — Aquí hizo una pausa y negó con un gesto, luego se explicó —¿A usted le parece bonito esto? ¡Bonita, la Mancha, hombre de Dios! Que es todo llano-llano y se ve hasta el horizonte…
Dehesa de Mohedas / Norte de Cáceres
Sí... el contraste es lo que entra por los ojos y nos estimula. Yo creo que mi compi y servidor en lugar de viajar, paseamos comentando los pequeños contrastes que saltan a la vista...
...en Sevilla, el Puente del V Centenario siempre está colapsado de vehículos. Le pusieron ese nombre porque se inauguró en 1992 y hacía 500 años de lo de Colón, pero se nos olvida —o tal vez nos avergüenza recordar— que también hizo 500 años desde que Isabel y Fernando decretaron la expulsión de los judíos de sus reinos… dicen que no se debe juzgar los hechos históricos desde la perspectiva actual, pero mira, cada vez que paso por el Puente del V Centenario no puedo evitar avergonzarme de esos reyes tan mesiánicos, tan inquisidores, y más católicos que el propio Papa.
Al norte de Sevilla, por la Algaba —Al-ga-ba, los nombres de origen árabe me resultan sonoros y bellos— hay huertos de naranjas. En las cunetas van escaseando las mimosas de flores amarillas y aparecen las adelfas, pero a finales de marzo las adelfas no están en flor. Y las enormes extensiones de terrenos arados, de olivos, o de vides, que vimos entre Cádiz y Sevilla, conforme nos acercamos a Extremadura, se van transformando poco a poco en dehesas de encinas y alcornoques.
A veces afloran rocas de granito. Son rocas redondeadas y tapizadas de líquenes que harían las delicias de Obelix… le comento a mi compi que parecen pequeñas islas en un mar de hierba; que son las cumbres de inmensas montañas de granito que se hunden en las profundidades de la tierra. Ella me mira y luego pone los ojos en blanco con una mueca cómica de desesperación. Así que mejor dejo esa línea de reflexión...
Dehesa de Mohedas / Norte de Cáceres
Hasta el norte de Extremadura nos acompañan las dehesas de encinas y alcornoques. Le digo entonces que los maestros de antes llamaban pedazo de alcornoque a los niños que no estudiaban o que eran muy torpes, y que a servidor nunca se lo dijeron. Y ella dice que es un insulto injusto, que a ella le caen simpáticos los alcornoques…
— …porque, ¡vamos a ver! Las encinas dan madera y bellotas, pero es que los alcornoques, además de eso, dan corcho. ¡Jolines! ¿Qué tiene de malo ser alcornoque? ¡Dime!
—Lo que tú digas, cariño

De todos modos, como es una chica razonable —a veces— acaba aceptando que decirle a un niño ¡quillo, eres un pedazo de encina!, suena más a elogio que a insulto. ¡Lo que son las cosas!

lunes, 4 de abril de 2011

El poeta de la boina negra

Un viaje se puede contar en pocas líneas. Por ejemplo:
Pero, ¿cómo lo contaría mi amigo Blas, el V(B)iajero Insatisfecho…?
A finales de marzo bastan tres días de sol para que toda la tierra se cubra de una pelusilla verde esmeralda. De todos modos, en el camino que va de Cádiz a Sevilla predomina el amarillo. Los racimos de flores amarillas de las mimosas inundan las cunetas. También las gayombas empiezan a mostrar sus varas cuajadas de flores amarillas, estas de un amarillo más intenso. Y los jaramagos, algo más pálidos, cubren los terrenos dejados al barbecho… y hay manchones de margaritas de pétalos amarillos, y de las otras, de las de pétalos blancos y botón amarillo. En realidad vamos a ver las flores blancas del millón de cerezos, allá, por el valle del río Jerte, pero, ¡mira por donde!, lo primero que nos impresiona es la explosión de amarillos que ocurre en las cunetas de Andalucía.
Un campo de jaramagos. Autor desconocido
Está nublado, pero es un nublado amable, sin amenazas. Caen algunas gotas, pero desde el este, a ras de suelo, el sol entra por entre las nubes y la tierra e ilumina directamente Puerto Real, que reluce como señalado por un foco en mitad de los nubarrones. Para los de San Fernando, Puerto Real es nuestro norte particular… así que verlo iluminado en mitad de un día gris es buen presagio para iniciar el viaje. Y entonces atravesamos el Puente Zuazo, el que une las Islas Gaditanas con el resto de la península Ibérica, y allá, a la derecha, dejamos las baterías que detuvieron el avance napoleónico en 1810…
El Puente Zuazo visto desde el reducto San Ignacio.
“Zuazo”. Que nombre tan extraño. Nunca me gustó esa palabra con tantas zetas. Viene de Juan Sánchez de Suazo, mayordomo de Juan II de Castilla, que recibió en torno al año 1420 el Señorío del Castillo y Logar de la Puente como pago a los servicios prestados a la corona. Ese Logar de la Puente, con el tiempo, se convertiría en San Fernando pero el puente ha mantenido su nombre desde entonces. Don Juan Sánchez de Suazo era caballero de origen norteño y se convirtió en el señor feudal de la zona. Pues bien, hasta aquí la primera parte de esta historia… Continuemos para bingo.
Camino del Monasterio de Yuste entramos en Cuacos, que es un pueblecito colocado en las laderas que caen hasta el río Tietar, en mitad de la comarca de la Vera, en el norte de Cáceres (Extremadura) Reconozco que jamás había oído nombrar este pueblecito. Cuacos está declarado Conjunto Histórico Artístico con toda la razón. Tiene una amplia plaza porticada, y una fuente de cuatro caños en el centro. Y tiene otra fuente de tres caños en honor a un alférez que está allí desde 1801 (la fuente digo, el alférez, no). Y otra fuente que se llama de la higuera que está bajo la plaza de don Juan de Austria, que es de granito y también está porticada… a don Juan de Austria gustan de llamarle en Cuacos, Jeromín, y cuentan que siendo niño bastardo conoció a su padre —el emperador Carlos V— poco antes de morir. El camarero del mesón es joven y viste de negro, y en la tele, a todo volumen, salía Tele 5. ¡La jodimos, hasta en Cuacos de Yuste llega Tele 5! Está visto que la globalización lo uniformiza todo… a la baja.
Y un señor de boina negra, sentado en una de las mesas, atiende su ordenador portátil (se ve que el mesón era zona wifi) Tiene aspecto de intelectual; como de poeta refugiado en el silencio de un pequeño pueblo para buscar su musa y escribir los mejores poemas… eso parece.
Plaza porticada de Don Juan de Austria. Cuacos de Yuste (Cáceres – Extremadura)
Un magro de cerdo con pimentón de la Vera servido en la barra arreglaba en algo el sonsonete fétido de Tele 5. Y para entablar conversación le pregunto al chico de negro si por un casual sabe por qué Cuacos se llama Cuacos. Y lo pregunto porque en la ortografía histórica del Puente Zuazo lo he visto escrito de todas las formas posibles: Suazo, Suaso, Zuaso y ÇuaÇo. Y así, escrito con cedillas fácilmente se trastoca en Cuacos. ¿No tendrá algo que ver Cuacos con Zuazo? Porque si fuera así, miembros de la misma familia habrían sido señores del Logar de la Puente y del lugar de Cuacos. Y entonces no estaría mal hermanar ambos municipios…
Pero el chico de la barra, que es natural de Cuacos, no tiene ni pajolera idea y se enzarza en la búsqueda de un viejo recuerdo de escuela... Y entonces el señor de la boina, el que podría ser un poeta en busca de su musa, desvía la mirada del ordenador y dice que Cuacos hace referencia al croar de los cuervos Cuac – Cuac, que por aquí los había, y muchos. Pero no me lo creo…
Mi teoría debería ser correcta: es más romántica.

Han sido unos días en calma. Hemos paseado por pueblecitos de la comarca de la Vera, en el norte de Cáceres. Luego hemos subido al valle del rio Jerte para fotografiar y respirar los cerezos en flor. Después hemos paseado hasta las Hurdes y hemos caminado por pueblos abandonados. Y por último, pasamos al valle de las Batuecas para pasear por La Alberca y otros pueblecitos... y hemos comido las cosas de cada sitio, y hemos comprado pimentón y embutidos de la Vera, y una torta del Casar, y tasajo de cerdo...