jueves, 30 de agosto de 2012

Niebla matinal


Hoy tenemos niebla cerrada y el campo huele a invierno, como después del primer chaparrón de otoño.

José Luis se ha estirado al bajar del coche sin lanzar un alarido. Yo le he imitado, y ha sido un placer… los deportistas lo hacen antes de empezar a machacarse. Pues lo mismo. ¿Por qué habría de ser una ordinariez estirarse por puro placer?

Hoy el sol tangencial del amanecer no formará sombras alargadas en la mesa del laboratorio. La luz difusa no deja sombras…

…y, no sé por qué, pero eso no puede ser bueno. Es mejor conocer las luces y las sombras de las cosas y de los hombres. Así sabemos a qué atenernos.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Hoy escribe un hombre de sesenta años


Es un hombre venido a menos que nació el 29 de Agosto de 1952. Ese día S.E. el Caudillo de España era despedido clamorosamente de San Sebastián después de recibir un pergamino que le nombraba alcalde honorario de las cofradías de pescadores Vasco-Navarros. El día anterior, en unión de su esposa e hija, habían pasado la jornada en San Cucufate de Llanera; luego embarcaron en el yate 'Azor'. Lola Flores era la protagonista de ‘Estrella de Sierra Morena’, estreno a todo color. Celia Gámez actuaba en el teatro Calderón de Barcelona con una opereta llamada ‘La Hechicera en Palacio’, del maestro Padilla… y servidor nacía en la calle Alfau de Ceuta. Parto natural, sin comadrona, en casa.

Seis décadas más tarde el Caudillo de todos los españoles, quisieran o no, es un genocida sin reconocer. Lola y Celia son dos mitos de aquella España en blanco y negro, y al mundo actual no lo reconoce ni la madre que lo parió. En este momento me aburre profundamente contar en tres palabras qué ha pasado entre entonces y ahora…



…prefiero mirarla a ella, a Vega, una estrella. El futuro.

martes, 28 de agosto de 2012

Crónicas de la jubilación / Acético


Cuando me jubile, el bote cuentagotas del acético diluido seguirá en la estantería cogiendo polvo. Como ya no vienen limpiadoras habría que limpiarlo de vez en cuando… pero me temo que eso no va a pasar. La higiene cuesta dinero, y las crisis provocan tiempos muy sucios.


El bote de acético diluido tiene una etiqueta que le puse hace unos años. Sustituyó a la anterior, que también le había colocado hace más años aún. Ese bote, y otros muchos, ya estaban en la estantería en el año 1978, cuando llegué aquí por primera vez… el acético, junto a alfa-naftilamina y ácido sulfanílico, lo usábamos para detectar nitritos y nitratos. ¡Qué tiempos! Daba una reacción rojo sangre muy sensible… yo creo que me hice químico por las estanterías llenas de botes con disoluciones de colores que vi en un laboratorio de la película ‘la Momia’. Debían ser los primeros años 60…

Pues sí, ahí estaba el bote de acético diluido, y ahí seguirá… pero me consta que en estos años yo le he sacado un trocito de alma y lo he lanzado a una especie de eternidad. La luz tangencial del amanecer y la sombra alargada sobre la mesa de trabajo nos han regalado muchísimos momentos bellos… ¿Quién le iba a decir al humilde bote de acético diluido que por unos momentos sería pura poesía?

Los hombres pasamos y las cosas quedan… ¿Por qué no dejarlas más bellas?

viernes, 24 de agosto de 2012

Crónicas de la jubilación / Llegará el otoño...


La ‘paleta del pintor’ ha ido perdiendo hojas durante las vacaciones. Es lo que pasa si no se riega. Mis compañeros, los que quedarán en el laboratorio, no miran demasiado por las macetas y hacen caso omiso a los carteles que les he colocado por las esquinas…

“Regar las macetas martes y viernes aumenta la productividad del empleado público”

“Relájate y riega las macetas martes y viernes”

¡Pero no hay forma, oye! Se les olvida…

Cuando me vaya van a morir una detrás de otra. Mi jubilación será su otoño…

lunes, 20 de agosto de 2012

Cada otoño pasa lo mismo...

…que se agostan las flores y caen las hojas. Los árboles acaban desnudos y los hombres nos volvemos un poco a la nostalgia. También pasa que el Sol parece cansado de las jornadas tan largas, y cada día se acuesta antes… no le pasa como a nosotros, que con la edad nos volvemos un poco noctámbulos.
Pero este otoño somos más y podríamos pensar que por eso somos más pobres. Que lo somos porque habrá que repartir menos entre más… pero es falso. No somos pobres porque nos sobra dignidad y razones para la indignación. No lo somos porque sabemos donde vivimos y quién es el enemigo. Nuestra fuerza es saber que pertenecemos a una clase, la más numerosa, la que sufre y la que, ‘más temprano que tarde, abrirá las grandes alamedas por donde, de nuevo, camine el hombre libre...’ otra jodida vez.
Nuestros hijos lo merecen.
La imagen: El Parque del Oeste, San Fernando


viernes, 17 de agosto de 2012

Crónicas de la jubilación / Es triste la cuenta atrás


Es triste la cuenta atrás. No lo imaginaba así… deambulo por las salas del laboratorio mirando la cacharrería sobre la mesa de trabajo, los botes encima de las estanterías, los tubos de ensayo y los matraces secándose en las gradillas. En la sala del fondo siguen los cientos de libros viejísimos, que sobrevivieron al fuego de una biblioteca olvidada… Sólo yo los he cuidado y consultado estos años. Algunos son del XIX y tienen la nomenclatura química primitiva. Y he rescatado cientos de utensilios de vidrio y botes de productos químicos que ya no sirven para nada. Algunos nacieron en los primeros años del siglo XX y los habrían tirado sin misericordia… Pero ahora lucen de nuevo, y tienen la historia digna de lo antiguo -que no de lo viejo- porque yo los admiraba.

Respiro el aroma acre de los vapores nitrosos como si fuera el aroma fresco de un amanecer. Es lo suyo. Y, pensándolo, ese ha sido el aroma de mis amaneceres durante más de 33 años. Se dice pronto: treinta y tres años, el número que te hacía decir Boris —el doctor Fossati—, allá en mi Ceuta de la niñez, mientras colocaba el estetoscopio frío sobre el pecho… di treinta y tres… otra vez… otra vez…

Pues ya ha pasado mi vida profesional —no me lo puedo creer—, apenas me quedan días en activo y sigo con un encontronazo de sensaciones… Quiera o no, en cierta forma, este laboratorio está modelado a mi imagen. Ya sé que no soy dueño de las cosas materiales que dejo aquí, que la vida seguirá, que nadie es imprescindible… pero conozco todas las historias que impregnan este lugar y que le proporcionan un alma. Dejando para otra ocasión a las personas, conozco el devenir de cada aparato arrumbado, la historia de cada tubo abandonado en un rincón, la de cada estantería… Sé el por qué de cada expediente y conozco el origen de cada historia no escrita. De alguna forma percibo que TODO: los aparatos, los vidrios viejos, los libros antiquísimos, cada rincón y la pila de expedientes, me miran con reproche. Ya sé que parece una cursilada y una tontería, pero cuando salga por la puerta para no volver, todas esas cosas sentirán una punzada de soledad. Lo sé. Les voy a privar de su alma. Nadie recordará sus historias. Nadie las va a querer como las quise yo…



lunes, 13 de agosto de 2012

…empiezan a marcharse muy pronto

…empiezan a marcharse muy pronto. A veces no sabemos por qué caminos va a discurrir su vida. Y nos cuesta aprender que es precisamente eso, su vida la que está en discusión. La suya. Y, aunque lleguemos a comprenderlo, siempre nos duele la separación porque siempre serán así de indefensos… igual que para ellos nosotros siempre seremos demasiado mayores como para entender SU mundo. El nuestro, nuestro mundo de viejas historias que acaban aprendiendo por aburrimiento, ocurrió hace ya demasiado tiempo, aunque nosotros lo percibamos ahí detrás, a un paso… Ellos son otra historia.


jueves, 9 de agosto de 2012

Vivimos en un mundo profundamente injusto

La crisis ha puesto en evidencia que vivimos en un mundo profundamente injusto. Y lo que propone el sistema para salir de ella (de la crisis) significa abandonar a su suerte a la gente más necesitada de amparo… y así llegaríamos otra vez al principio del bucle para volver a empezar. Es un sistema condenado a repetir los mismos errores, las mismas injusticias.

Los débiles soportan a los poderosos
La crisis nos está enseñando que los que la han provocado con su codicia (los que manejan el dinero) siguen viviendo al margen de problemas y estrecheces, es más, siguen ganando dinero a costa de que nuestros hijos no tenga educación, ni sanidad, ni futuro profesional ni personal… ellos siguen viviendo en un paraíso intocable y los demás, la inmensa mayoría, en un mundo cada vez más precario. Sí… la crisis pone en evidencia las contradicciones de un sistema profundamente injusto. Y para salir de la crisis, las políticas neoliberales nos obliga a entregar la riqueza pública a manos privadas —dejándonos sin educación, sin sanidad, sin atenciones sociales, sin casa— a cambio de cien mil millones para los bancos tramposos que han desencadenado la crisis… De esta forma, dicen, volveremos a crear riquezas y empleo. Es mentira. De esta forma volveremos al mismo status inicial que a ellos interesa, a ese desequilibrio absolutamente injusto en el que el 1% de la población tiene el 99% de la riqueza.
Es un mundo profundamente injusto y contradictorio. Yo no quiero volver a él. El 99% de la gente no debería querer volver a él.
Mi amigo Angelote dice que la acción (llámese expropiación o robo) de los supermercados no se puede consentir. Dice que si esto se generaliza entramos en la ley de la selva. Yo siempre he dicho lo mismo, que la ley que tenemos nos la hemos dado democráticamente, y que si no aceptamos esto no tenemos nada. Le escuchaba y pareciera que me escuchara a mí mismo… y sin embargo ya no estoy tan seguro.
El sistema criminaliza que roben veinte carritos de comida para repartir entre los necesitados… pero el mismo sistema considera legal, y propio de la libertad de los mercados, especular con el precio de los alimentos de primera necesidad, aunque eso suponga que en los países más pobres la gente muera de hambre. Considera legal los paraísos fiscales. Considera legal que los bancos recojan miles de millones de euros del BCE al 1% y con ese dinero compren deuda de los Estados al 5-7% sabiendo que eso significa que la gente humilde pasará más penurias. Es legal el rescate de los Estados, es decir, que el sistema obligue a los Estados a liquidar la atención de su gente a cambio de dinero para reflotar a los bancos tramposos. Es legal que haya miles de familias desahuciadas de sus casas y coexistan seis millones de casas vacías en España. Es legal y es normal que los desempleados de larga duración pierdan todas las ayudas y se queden sin un solo euro y sin posibilidad de trabajar. Es legal que los trabajos sean esclavizantes en lo físico y en lo retributivo. Es legal que las empresas se instalen en los paraísos donde el trabajador no tenga ni derechos ni sueldos dignos. Es legal que los que más tienen, menos paguen al fisco… pero no es legal que se roben veinte carros del supermercado. ¡Por dios! ¿Hasta dónde vamos a llegar?
Sí… es un mundo muy injusto y contradictorio. El asalto de los supermercados es una acción ilegal, posiblemente yo no tendría el valor de hacerlo, pero a estas alturas de la película no lo voy a condenar. El valor testimonial es demoledor.


jueves, 2 de agosto de 2012

El probador


En Tarifa sopla hoy viento del sur. Llegan ráfagas ardientes, a veces son insufribles, pero a la chica del norte no parece molestarle. Viste de blanco, posiblemente lino. Es una tela arrugada en forma de pantaloncitos y blusa… no usa nada más. Piel dorada, como de melocotón; y el pelo corto, casi blanco. El probador tiene una cortina doble, pero la luz del interior la convierten en un lienzo de sombras chinescas. La chica del norte se desviste y se observa en el espejo. 

Posa para ella misma… de un lado, de otro. También hace un par de movimientos de baile. Se gusta. También se gustaría desde el otro lado de la cortina. Se prueba un vestido de colores sobre la piel desnuda. Resbala y encaja, parece hecho para ella. No tiene quien la mire ni quien reafirme su belleza, por eso descorre la cortina, se separa del espejo, sale del probador y se mira de soslayo desde la izquierda; ahora desde la derecha. Le hago un gesto muy leve con la cabeza cuando se cruzan las miradas… ‘yo creo que sí’ le vengo a decir. Ella se mira de nuevo y confirma con un gesto.

De nuevo la cortina es un lienzo de sombras chinescas. Se desnuda y se observa en el espejo mientras la silueta posa para mí a través de la tela…

En Tarifa. Es una chica del norte. Tiene piel de melocotón. Está detrás de la cortina de un probador… Es una noche cálida de agosto.