lunes, 18 de abril de 2011

El burdel de Garganta la Olla

Comarca de la Vera / Marzo de 2011
En Garganta la Olla vivió una serrana muy guapa y muy brava que aprecian mucho las mujeres veratas, porque cuentan que no se dejaba dominar por ningún hombre. Es más, se los comía.
Y con ojo había que andarse por aquellos parajes porque la brava serrana —que vestía pieles y se armaba de cuchillo y ballesta— seducía a los viajeros y los llevaba a su cueva con la promesa de placeres carnales. Los pobres pensaban que se lo iban a pasar estupendamente con la guapa serrana, pero nada de eso. Les daba de beber ambrosía en la calavera de un amante anterior y luego se los comía para guardar los huesos, mondos y lirondos, en su cueva… —pelín rara sí que era la mujer—. Y le han hecho una estatua para que vigile el pueblo desde lo alto… será para tomen ejemplo los maridos díscolos.
Y hablando de maridos… En todos los pueblos de la Vera, los dinteles de granito de las viejas casas tienen grabado el año de su fábrica, y muchas son del siglo XVI… En Garganta la Olla hay una casa que fue burdel en ese siglo; y sigue pintada de azul, porque las casas de putas se pintaban de azul, para que se supiera y se encontraran fácilmente. Y esta tenía, además, un ventanuco a cierta altura para que los caballeros pudieran mirar el género del interior sin desmontar de la cabalgadura (cualquier cosa por el negocio)
La casa de putas de Garganta la Olla, además del año de su fábrica, tiene tallada una muñeca en el dintel de la puerta. Ahora, aunque sigue pintada de azul escandaloso, ya no es burdel; ahora venden productos típicos extremeños. Les pedí un chorizo de Extremadura y me vendieron un chorizo de Ávila… que también debe ser estupendo, pero no es extremeño.
¡Servidor no sabe cómo lo hace, pero siempre me toman el pelo! Mi compi se ríe de mí… yo también.

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