jueves, 21 de abril de 2011

Copago sanitario en Riomalo de Arriba

Comarca de las Hurdes / Marzo de 2011

Ella iba a lomos de un burrito blanco, como Platero, pero venido a menos —igual que servidor—. Parece un burrito serio y paciente. Mi compi le hace una carantoña y espera que reaccione como un perro, pero no se inmuta. Se ve que es un burrito poco expresivo.
Él se cubre la cabeza con una gorra de paño y conduce el ronzal de la bestia por la cuesta de Riomalo de Arriba, en el norte de las Hurdes. Ella descabalga con bastante agilidad, y ambos se sientan en un poyete para que el hombre recupere el resuello. Más abajo discurre el río Ladrillar y por encima vigila la Sierra de la Canchera… Son dos de las siete personas que todavía viven allí, en el pueblo.
Son bisabuelos. Dicen que lo pasaron estupendamente en Chinchón, en el bautizo del bisnieto. Tienen ganas de hablar, se les ve; así que me siento en el suelo y escuchamos…
…la escuela estaba por ahí arriba dice ella—. Mandaron dos maestros y había lo menos noventa niños. Nosotros fuimos a la escuela desde los 7 a los 14 años, no crea usted. Y este pueblo daba gloria verlo, con los niños subiendo y bajando… y mire como está todo. Es muy duro estar aquí, muy duro…
…y eso que este invierno no ha estado mal, que apenas ha nevado; pero las aceitunas ni las hemos recogido, que no daban nada por ellas. ¿Quieren ustedes unas aceitunas?
Se lo agradezco mucho, pero es que, la verdad, no sabría qué hacer con ellas…
Primero se fueron los hijos a Salamanca o a Madrid… donde había trabajo, porque aquí ya no había nada que hacer. Y luego, cuando se buscaban la vida en la capital, venían y se llevaban a los padres. Y así nos fuimos quedando solos. Pero nosotros no, nosotros nos quedamos aquí porque aquí hemos nacido y todo eso… y que no queremos ser ninguna carga para nadie, ¿sabe?
Pero una cosa es marcharse y otra cosa es abandonar la propiedad… porque aquí somos pocos, pero aquí todos sabemos a quienes pertenece cada casa… cada casa o lo que quede, apostillo. Sí, sí, será una ruina, pero tiene su dueño.
…prosigue la vida en Riomalo de Arriba, aunque sea vegetal.
Muy solos sí que estamos —comenta ella—. Que usted no sabe lo que es pasar aquí un invierno… pero, eso sí, cada quince días viene el médico y la enfermera, que son muy buenos, muy buenos, con medicinas y todo. Y si hace falta llamamos por teléfono y viene la ambulancia. En eso estamos estupendamente…

…solo espero que estos neo-liberalotes que nos pueden gobernar en breve, vengan y les expliquen a esta venerable pareja de Riomalo de Arriba cómo va el asuntillo del copago sanitario. ¡Manada de mamarrachos!

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