martes, 31 de enero de 2012

La bibliotecaria silente

Chati estaba ayer disparatada pero graciosa. Yo no sé qué cosa había merendado la criatura, pero le debió sentar la mar de bien. ¡Eran las nueve de la noche y seguía sin cerrar la boca! Yo no sé de qué cosa se puede hablar tanto tiempo seguido, pero Chati, puede. Desde San Fernando a Cádiz, por toda la avenida, dale que te pego, sin parar, una cosa por demá, oye… y en mitad de cada parrafada le salía una vena comparsista que nadie le conocía… ¡¡esa mujé caleteeeraaaa, morena como la breeeeeaaaa!! ¡Nos quedamos… de piedra! ¡Qué mal canta Chati!






Llegando a Puerta Tierra —el límite de Cadi-Cadi con el mundo exterior— Chistu le vino a decir Chati, por Dios, para un poquito, hija. ¿No estás cansada, cariño? Que anoche apenas pegaste ojo
·
…¡ah!, pues va a ser eso, Chistu. Eso va a ser, eso va a ser, eso va a ser. Que anoche no dormí na de na de naaaa; y por eso estoy así, como los niños que tienen sueño y se ponen impertinentes-impertinentes que no saben lo que quieren. ¿Tú no te acuerdas de Fulanito…? (y aquí se puso a imitar a ese niño peñazo que todos conocemos, muertecito de sueño y que no acaba de dormirse el jodío porculeroSi es que no he dormido naaa —siguió diciendo Chati—, no fue más que echarme sobre la almohada y ponerme a moquear, que no podía respirar, tú. Con la nariz así de gorda y atascá-atascá. ¿No será alergia a estas alturas, verdad, Chistu? —Chistu mira al cielo resignado y se tapa la cara—. Dime que no, dime que no, dime que no. Me levanté, me tomé una tila y me soné, me soné y me soné, pero que va, chiquilla… ¡¡ese niñooo de Valladoliiiid que no sabe lo qué é una mujé caleteeeraaaa, morena como la breeeeeaaaa…!!·…tuvimos que caminar rapiditos para llegar al concierto, y como no se puede resollar y hablar al mismo tiempo, estuvo callada… La echamos de menos. El silencio fue atronador

lunes, 30 de enero de 2012

En busca de la botella medio llena

He cerrado el periódico, la radio, la televisión y, finalmente, el wifi… A los poderosos, dueños de los medios, les viene bien mantenernos asustados y resignados, pero hoy les he cerrado la puerta: esa es nuestra potestad. Ahora estoy solo, no les oigo, y el silencio es un enorme placer. Sirve para escuchar mejor tus propios entresijos… si es que aún queda de eso.


Hay tanto silencio que hasta soy capaz de imaginar un cuento para el nieto que aún no ha nacido. Me gustaría ser un abuelo que cuente viejas historias, porque es eso lo que hacen los abuelos. Los de antes contaban viejas batallas, yo contaré historias de piratas y dinosaurios, y las entremezclaré con cuentos increíbles de cuando los hombres vivían en un mundo mucho más humano…

Ahora que estoy en silencio, intento pensar en algunos de los amigos que, a pesar de todo lo que nos pasa, ven la botella medio llena. ¿Cómo lo hacen? Pienso en la mujer vital que centra el sentido de la vida en sus amores, en el poeta que reescribe la realidadpara digerirla, en el artista que la filtra con su cámara o en el que recrea la realidad a su manera. También pienso en el hombre bueno al que no puedo enlazar. Cada uno de ellos ha encontrado su desliz para ver la botella medio llena. Yo me levanto y recorro el laboratorio al amanecer buscando luces y sombras en un intento de pescar momentos tan bellos como efímeros… no sé hacer otra cosa.


Y ahora que estoy aislado, que he cerrado el periódico, la radio, la televisión y el wifi, me viene a la cabeza aquel verso que cantaba Agua Viva… y me he quedado solo, sin despegar los labios, en mi sitio. Siempre me ha parecido que León Felipe nos invitaba a resistir, a mantener las convicciones frente al nuevo devenir de los tiempos, y a luchar.


Y aquí sigo, sin despagar los labios, en mi sitio, rodeado de viejos libros y cosas cercanas, aislado en el intento de escapar de la pésima influencia del mundo exterior… pero, por más que miro, la botella sigue medio vacía.


Ven con nosotros


Cuando me han visto solo y recostado
al borde del camino,
unos hombres
con trazas de mendigos
que cruzaban rebeldes y afanosos
me han dicho:
—Ven con nosotros, peregrino.
Y otros hombres
con portes de patricios
que llevaban sus galas intranquilos,
me han hablado lo mismo:
—Ven con nosotros, peregrino.
Yo a todos los he visto
perderse allá a lo lejos del camino...
y me he quedado solo, sin despegar los labios en mi sitio


León Felipe


viernes, 27 de enero de 2012

Soma para los epsilones, don Mariano



"Nosotros siempre tendremos como objetivo de déficit público el que marque nuestro programa de estabilidad".

Don Mariano Rajoy, 
presidente del gobierno de España
 
25 Enero 2012


No sé… ¿No habrá dicho don Mariano una perogrullada? Es un mensaje tan obvio que llevo un rato intentando encontrar la segunda derivada, elucubrando sobre las claves del lenguaje que utiliza don Mariano… más que nada porque lo dice quien lo dice, que se supone que debe decir cosas inteligentes y con enjundia. Pero no sé…

Una de dos:

O no ha dicho absolutamente nada (como buen gallego, no se sabe si sube o baja la escalera)... Simplemente porque no necesariamente hay que encontrar contenidos y/o inteligencia en una frase presidencial.

O es una idea propia del Gran Hermano orweliano, encastrada en el lenguaje neoliberal que nos arrebata el sentido común… —o, ¿quién sabe?, tal vez siga la ética del mismísimo Groucho Marx: “Si no le gustan estos principios (objetivos), no se preocupe, tengo otros”

Creo que, en el fondo, don Mariano nos viene a decir más o menos lo siguiente:

…nosotros siempre cumpliremos con nuestros objetivos. Diremos que hace calor cuando haga calor. Pero, mire ushté, si doña Merkel y servidor decidimos que hace fresco, diremos que hace fresco, como no podría ser de otra forma. Y no tengo nada más que decir…

Y para ese viaje no se necesitan alforjas… el presidente de mi gobierno, a veces, nos toma por epsilones ávidos de soma.

RECORDEMOS: Los épsilones eran la casta más baja en el Mundo Feliz de Huxley. Seres condicionados genéticamente para ocuparse de las tareas más penosas de la sociedad perfecta. Las castas superiores (alfas y betas) mantenían felices a los épsilones en su submundo, gracias a la ración diaria de soma, una droga euforizante e indispensable para mantenerlos en su sitio. Y todos contentos...


miércoles, 25 de enero de 2012

Fotos furtivas: Atardecer en la Tacita de Plata


…sí, pero el sol no es lo mismo para todos.


Hay gente que trabaja de sol a sol por un salario de mierda, humillados, sin derechos y asustados… y a pesar de tal precariedad, los adalides de este capitalismo criminal —esos cuatro gatos de mierda, y sus corre-ve-y-diles que gobiernan en su nombre—, casi nos han convencido de que los que aún trabajamos somos unos privilegiados, y hacemos bien en estar callados y sumisos, porque solo ellos saben qué hay que hacer para superar la crisis… SU CRISIS, la que los está haciendo más ricos a costa de la pobreza general. No sé quién es más imbécil, si ellos o nosotros… Nosotros, sin duda, por creer que las zorras van a poner orden en el gallinero.


También hay ciudadanos que deambulan de sol a sol sin nada que hacer porque ya están cansados de ofrecerse y entregar un currículum que nadie lee, y que nadie necesita, simplemente porque los que tienen el dinero ganan infinitamente más especulando —aunque eso suponga la miseria de millones de personas— que apostando por una economía sostenible, ética y humana.


Los neoliberales de mierda —que gobiernan el mundo a través de una pantomima democrática— nos están haciendo creer que tienen soluciones, y que nuestra supervivencia pasa por reducir el Estado a un mercadillo de gente sin educación, empobrecida, sin derechos laborales y sin sanidad pública… Eso sí, adecuadamente vigilados por fuerzas de seguridad, bien dotadas, entrenadas y fieles amantes del buen orden de su amo que les paga a través de los restos del Estado Mínimo que buscan.


Y mientras tanto, justo al lado viven ellos, la nueva casta de privilegiados, en lugares seguros, limpios y políticamente sostenibles por la pantomima democrática del voto cada cuatro años, que es un voto falseado porque esto que tenemos NO ES precisamente un gobierno que trabaje para el ciudadano.


Deberíamos reventarles la fiesta a esos cuatro gatos de mierda que gobiernan el mundo, y a los enchaquetados, pobres mentales, que prestan su careto a la pantomima democrática.


No sé cómo se hace... 

Tampoco sé a qué esperamos.

viernes, 20 de enero de 2012

Las tres Culturas


Mis paisanos de Ceuta se enorgullecen de vivir en la ciudad de las Tres Culturas: la cristiana, la islámica y la hebrea –aunque en realidad son cuatro, habría que incluir a los hindúes-. Son culturas vinculadas a la religión de origen. Servidor siempre ha pensado que entre ellas hay más coexistencia que convivencia… aunque, ya sabemos, eso es una cuestión controvertida y sujeta a múltiples interpretaciones. No sé si alguien ha estudiado el grado de asimilación o de inmersión de una cultura en otra… si es que se da ese sincretismo.

En la vieja Isla de León también tenemos tres culturas -en este caso no vinculadas precisamente a la religión-. La primera es la más vetusta y conservadora, sus miembros suelen ser mayores, suelen vestir con chaqueta y corbata y llevan al cuello un medallón que los distingue del resto de mortales. Son los miembros de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes y todos sus actos comienzan invariablemente como deben comenzar estas cosas, con un Excmo. Sr. Presidente de la Academia, Excmo. Señor alcalde, Excmo. Señor almirante de la Carraca; excelentísimos señores académicos; señoras y señores… y luego se habla de una enorme variedad de cosas más o menos interesantes. Es la cultura ortodoxa y recibe el reconocimiento y el apoyo implícito y explícito del poder local. Aquí he escuchado en numerosas ocasiones a doctos y venerables señores. Este cauce cultural está por encima del bien y del mal y no intenta transgredir o criticar lo establecido... diría por esa razón que es su cómplice, que ha abandonado su vigilancia intelectual y crítica. No huelen a nada, pero si oliesen sería a viejo papel de periódico.

Hay otra cultura que emana de jóvenes investigadores. Son las nuevas generaciones universitarias que se van a integrar en el sistema. Hoy son pre doctores o jóvenes doctores y se baten de beca en beca, investigando y aportando conocimientos de la ciudad a la propia ciudad. Estos visten con jersey y trenca, utilizan las redes sociales y tienen cierto apoyo del poder local. Normalmente comienzan sus conferencias con un buenas tardes, gracias por venir… porque, entre otras cosas, es dificilísimo llenar un aforo en esta ciudad con charlas sobre (p.e.) prehistoria y arqueología , y el agradecimiento al personal que asiste es sincero. A este otro cauce cultural le sobra frescura y dinamismo. Todo lo que ofrecen es nuevo, es esencialmente nuevo, extraído física y literalmente de la tierra y del laboratorio por los propios actores. Su prestigio se basa en sus aportaciones novedosas y en el intento desinteresado de divulgar conocimientos de la ciudad. Se me eleva el ánimo cuando los veo y escucho. Si oliesen a algo podría ser a tierra húmeda y a nítrico…

La Regadera es la tercera cultura de San Fernando, esta vieja Isla de León. Nace de la propia calle; fruto de un tiempo en el que las generaciones mejor preparadas de este país no tienen sitio. Este tercer cauce cultural es consecuencia de una sociedad profundamente injusta. La voz de La Regadera es rabia y es impostura. La sola existencia es un fracaso social, es un bofetón y es una puesta en evidencia de carencias. La cultura que nace en las aceras es un grito de contestación a lo establecido, es una oposición a la injusticia y es una protesta ante la pasividad de la gente que se deja maniatar. Son asamblearios. Si de algo sirviera rezar, lo haría para que siguieran visibles porque son la prueba de que esto merece un poco de esperanza. Los miembros que encauzan esta tercera cultura visten de forma informal. La estética y la razón de ser son diametralmente opuestas a las de San Romualdo… algunos esperan que huelan a porro, pero huelen a lavanda y a brotes verdes.

Tres eran tres las hijas de Elena.
Tres eran tres y las tres eran buenas.

Seguramente hay otras culturas en esta vieja Isla de León, pero me interesan menos… dicen que unas huelen a incienso y otras a vino abandonado en el fondo de un vaso. Adalides tendrán que las defiendan. Supongo.

viernes, 13 de enero de 2012

Fotos en un tubo: Sin título



...sólo esto, imágenes de vidrios que se interponen a la luz del amanecer. ¡Que tengan ustedes un buen fin de semana!

lunes, 9 de enero de 2012

La realidad se nos escapa...


…las farolas reales están a escasos trescientos metros de la Sala de Exposiciones, en la balaustrada que da al mar de poniente, en la Alameda Apodaca. Es una de las salas recuperadas del viejo Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, que es del siglo XVII. Cristóbal de Rojas, a las órdenes de Felipe II, fue el ingeniero militar que diseñó la fortaleza…
Sí, las farolas reales están a escasos trescientos metros del cuadro, pero nos sentamos a observar la representación pictórica; a experimentar las sensaciones que nos provoca la imagen; a percibir lo acogedor del recodo que han preparado para los visitantes; a respirar la atmósfera familiar del entorno… Somos extraños los seres humanos: tenemos la realidad a un paso pero nos sentamos a observar la interpretación personal del artista. Debe ser cierto eso que dicen de los humanos, que tenemos un plus de conciencia.
Será porque estamos hechos para interpretar lo que percibimos, y es lo que hacemos siempre: interpretar los datos imperfectos que recogemos. Desde que me dijeron que la materia estaba hueca porque “si un átomo tuviese el tamaño de un estadio de futbol, el núcleo sería una canica colocada en el centro, y los electrones serían partículas de polvo agitadas por el viento alrededor de los asientos”… desde ese momento uno se pregunta ¿qué clase de mundo estamos “viendo”? O que cuando tocamos con los nudillos la mesa no es que choquemos con la materia —que está vacía en un 99’9%—, es que son fuerzas de carácter opuesto lo que impide que progresemos hasta el interior de la madera. El mundo se diluye entonces en algo inconsistente. ¿Qué son las formas, el volumen y el color que diferencia una cosa de otra o un vacío de otro? Y desde ahí a la extraordinaria organización que supone la conciencia de observar un cuadro, y SENTIR por ello, es un proceso que muchos calificarían de sobrenatural. Yo prefiero seguir sintiéndome maravillado de lo que somos capaces los hombres, por esencia y por voluntad…
P.D. En la imagen, Bala y Chema contemplan las farolas. Lo lamento muchísimo, pero no recuerdo el nombre del artista que las pintó.

domingo, 8 de enero de 2012

Hasta los cataplines está este funcionario...


Copio y pego esta carta que circula por la red. Ni añado ni corrijo nada.

"Resulta que en la década prodigiosa del pelotazo, cuando media España se lo llevaba calentito a casa, cuando un encofrador sin estudios se embolsaba tres mil euros, cuando hasta el último garrulo montaba una constructora y en connivencia con un par de concejales se forraba sin cuento, cuando un gañán que no sabía levantar tres ladrillos a derechas se paseaba en Audi, los funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran los parias, los que hacían números para cuadrar su hipoteca, hacer la compra en el Carrefour y llegar a fin de mes, porque un nutrido grupo de compatriotas se estaba haciendo de oro inflando el globo de la economía hasta llegar a lo que ahora hemos llegado.
Y ahora que el asunto explota y se viene abajo, la culpa del desmadre… es de los funcionarios. Los alcaldes, diputados y senadores que gobiernan la cosa pública a cambio de una buena morterada no son responsable de nada y nos apuntan directamente a nosotros: somos demasiados, hay que ultracongelarnos, somos poco productivos. Los responsables bancarios que prestaron dinero a quienes sabían que no podrían devolverlo tampoco se dan por aludidos. Todos los intermediarios inmobiliarios, especuladores, amigos de alcalde y compañeros de partida de casino de diputado provincial no tenían noticia del asunto. Nosotros sí. Como diría José Mota: ¿Ellos? No. ¿Nosotros? Si. ¿Siendo así que ellos? No. Por tanto, ¿nosotros? Si.
La culpa, según estos preclaros adalides de la estupidez, es del juez, abogado del estado, inspector de hacienda, administrador civil del estado que, en lugar de dedicarse a la especulación inmobiliaria a toca teja, ha estado cinco o seis años recluido en su habitación, pálido como un vampiro, con menos vida social que una rata de laboratorio y tanto sexo como un chotacabras, para preparar unas oposiciones monstruosas y de resultado siempre incierto, precedidas, como no podía ser de otra forma, de otros cinco arduos años de carrera. Del profesor que ha sorteado destinos en pueblos que no aparecen en el mapa para meter en vereda a benjamines que hacen lo que les sale de los genitales porque sus progenitores han abdicado de sus responsabilidades. Del auxiliar administrativo del Estado natural de Écija y destinado en Barcelona que con un sueldo de 1000 euros paga un alquiler mensual de 700 y soporta estoicamente que un taxista que gana 3000 le diga joder, que suerte, funcionario.
La culpa es nuestra. A poco que nos descuidemos, nosotros los funcionarios seremos el chivo expiatorio de toda una caterva de inútiles, vividores, mangantes, políticos semianalfabetos, altos cargos de nombramiento digital, truhanes, pícaros, periodistas ganapanes y economistas de a verlas venir que sabían perfectamente que el asunto tarde o temprano tenía que petar, pero que aprovecharon a fondo el momento al grito de ¡mientras dure, dura! y que ahora, con esa autoridad que da tener un rostro a prueba de bomba, se pasan al otro lado del río y no sólo tienen recetas para arreglar lo que ellos mismos ayudaron a estropear, sino que, además, han llegado a la conclusión de que los culpables son... ¡taaa chan!..¡los funcionarios!

Soy funcionario. Y además bastante recalcitrante: tengo cinco títulos distintos. Ganados compitiendo en buena lid contra miles de candidatos. ¿Y saben qué? No me avergüenzo de nada. No debo nada a nadie (sólo a mi familia, maestros y profesores). No tengo que pedir perdón. No me tocó la lotería. No gané el premio gordo en una tómbola. No me expropiaron una finca. No me nombraron alto cargo, director provincial ni vocal asesor por agitar un carnet político que nunca he tenido.
Aprobé frente a tribunales formados por ceñudos señores a los que no conocía de nada. En buena lid: sin concejal proclive, pariente político, mano protectora ni favor de amigo. Después de muchas noches de desvelos, angustias y desvaríos y con la sola e inestimable compañía de mis santos cojones. Como tantos y tantos compañeros anónimos repartidos por toda España a los que ahora algunos mendaces quieren convertir, por arte de birli-birloque, en culpables de la crisis.
Amigos funcionarios, estamos rodeados de gente muy tonta y muy hija de puta. 

PD. Si alguien, en cualquier contexto, os reprocha -como es frecuente- vuestra condición de funcionario os propongo el refinado argumento que yo utilizo en estos casos, en memoria del gran Fernando Fernán-Gómez: 'Váyase usted a la mierda, hombre, a la puta mierda'."

miércoles, 4 de enero de 2012

La Isla de León a las seis de la tarde

Ya son casi las seis de la tarde y la calle Mazarredo sigue desierta. Sólo una señora con delantal barre el trozo de calle que le corresponde. Se hacía mucho antes, cuando lo del servicio de limpieza era cosa del futuro, que cada vecina se encargaba de mantener decente su trozo de acera. La barrían y la baldeaban con el agua que sobraba de fregar el piso de la casa (a veces le añadían zotal)… No sé, tal y como están las cosas, lo mismo volvemos a esas prácticas comunales de solidaridad “hombre, claro, si entre todas tenemos esto como los chorros del oro”. Porque, tampoco nos vamos a engañar, a pesar de todos los avances hacia la igualdad de género, barrer el trozo de calle sería asunto de todas, no de todos… que me conozco yo el percal.




Una joven tocada con gorrito de azafata sale de un portal con dintel de roca ostionera, que es una roca que parece una garrapiñada de conchas del pleistoceno. Es la roca que hay por este sur y por eso todas las casapuertas de la Isla de León están hechas con esta roca —“casapuerta” es una palabra muy de aquí, es una especie de portal—. Es muy guapa la joven porque tiene unos ojillos achinados y una sonrisa encantadora, ¡y eso que no le sonrió a servidor! “¡Ay, Paqui! —Le dice la señora del delantal desde mitad de la calle— Que me lo ha dicho Carmela. ¿Cómo están?” La chica del gorrito se lo explica también en voz alta… “Mu bien, mu bien, señora Manuela. Todo ha ido estupendo-estupendo“ (No sé en otros lugares, pero aquí, cuando uno quiere hacer un superlativo repite el calificativo dos veces; si se repite tres es que la cosa es realmente extraordinaria) Parece que ha debido nacer un bebé… no logro averiguar si es humano o cánido. Pero da igual, ¿no?


La chica del gorrito lleva una capa azul, como de caperucita, pero azul marino… y, como estoy jartito de ver escaparates buscando no_sé_qué_cosa, decido seguirla; me da igual donde vaya. Las tiendas empiezan a abrir lentamente. Los negocios tradicionales, con dueños que arrastran caras de resignación. En las franquicias, las persianas las suben jóvenes muy arregladitas y maquilladas, pero con caras de pocos amigos. Y todos parecen cansados antes de empezar la jornada de tarde.


Donde había una tienda de ordenadores hay un “Compro oro al mejor precio”; una inmobiliaria está cerrada; han cambiado y ampliado una óptica; algunos bazares de todo a 100, que después fueron “Todo a 3 y 5 €”, se llaman ahora “Euro10”… ya apenas quedan tiendas de chicucos. Frente a la Iglesia Mayor hay tres castillos de aire; los padres, con caras serias y vigilantes; los niños no paran de saltar… pero, me parece a mí, saltan sin demasiada convicción, como si fuera una obligación estar alegres. No, no los veo ilusionados… tal vez porque los niños ya no se sorprenden de nada. ¡No sé qué voy a hacer con mi futuro nieto! Lo mismo ni se inmuta cuando le saque el cubo rojo lleno de dinosaurios...


Mejor sigo detrás de la caperucita azul, que por lo menos se ríe… ¡Joder! ¿Donde está Paqui? ¿Dónde se ha metido esta niña?