miércoles, 29 de enero de 2014

Es el capitalismo, imbecil

Ya sabíamos que las entidades financieras no tienen alma, tienen balances de resultados. Sabíamos que las grandes empresas supranacionales no tienen patria, que su única obligación es el beneficio anual creciente, se succione de donde se succione ese beneficio. Sabíamos que los astronómicos fondos de inversión son y están para aumentar por cualquier medio el dinero de sus inversores, sean pequeños o grandes. Y sabíamos que el entramado mongoliberal que gobierna aplastando nuestros votos es un golem incontrolado que ha cobrado vida propia… No tienen alma, ni sentimientos humanos. El capitalismo salvaje es eso. La libertad absoluta de los mercados conlleva la riqueza de muy pocos y la esclavitud de la inmensa mayoría del planeta. El capitalismo neoliberal incontrolado es incompatible con la dignidad humana.

Este texto es parte de los argumentos que utiliza el gobierno del PPpara oponerse a la ley antidesahucios de la Junta de Andalucía. Fuente
Durante un corto sueño tuvimos el convencimiento de que el Estado —organizado en torno a una voluntad popular más o menos adecuada— era nuestro garante y velaba por nosotros frente a la codicia de los poderes financieros. Creíamos que existía un pacto social por el que la gente había conquistado una posibilidad de cubrir mínimamente las necesidades básicas, de llevar una vida más o menos asegurada y digna, y de ser felices en tu propia patria, con tu gente. Pero el Estado ya no hace eso, ni la democracia formal que lo sustenta. Nos han robado el concepto y su realidad.
Esta gentuza que nos gobierna y nos ha gobernado, que están ahí arriba con nuestros votos, ya no trabaja para intentar garantizar nuestra felicidad. Servidor no imagina a un político mongoliberal hablando de la felicidad de la gente, ellos hablan —usando sus propias palabras— de asegurar “…la estabilidad de las entidades de crédito como herramienta fundamental para conseguir una reducción de la prima de riesgo de nuestro país…” Y si en la praxis de esta política se quedan en la puta calle madres e hijos, desamparados y sin techo, es su problema.
Es el capitalismo, imbécil.



sábado, 25 de enero de 2014

La sorpresa de don Rafael

Cada día que pasa me parezco más a don Rafael. Lo tengo que reconocer, aunque me pese. En el 36, cuando el Golpe de Estado de Mola y Franco, en un arranque de arrojo, entró en zona roja y rescató a su novia para llevarla de vuelta a zona nacional. En ese momento, el joven Rafael y su familia tenían tierras y privilegios que defender. La elección del bando estaba escrita desde mucho antes del 18 de Julio. En los pueblos del campo cordobés o se era señorito con cortijo y olivos, o vivías de recoger las aceitunas del señorito. Tal vez nadie tuvo elección. Los primeros apoyaron la rebelión contra la República y se hicieron azules, los otros se hicieron rojos porque no tenían nada que salvar y todo por conquistar. Esa viene a ser la historia de los hombres, la lucha de una inmensa mayoría de desarrapados contra los privilegios de cuatro gatos que esclavizan a los primeros. Una y otra vez repetimos el mismo esquema. Le ocurrió a la generación de don Rafael y nos ocurre ahora con la cruzada neoliberal que aplasta los derechos que creíamos haber conquistado para nuestros hijos.


Don Rafael recibió un balazo en julio del 36, cuando entró en Baena a rescatar a su novia, y luego lucho en el frente durante el resto de la guerra civil. Lo hizo de alférez, porque tenía estudios… los rojos difícilmente podían estudiar a pesar de las 7000 escuelas que la República levantó en pocos meses. Y cuando terminó la guerra se hizo policía y ejerció su profesión en una sociedad autoritaria y represora. Fue un policía de calle, curtido en cien batallas callejeras con los delincuentes de la época, que a veces eran pillos casi entrañables, de los que te decían para romper el hielo: “Don Rafael, ¿qué tal su señora?” Y los problemas se solventaban con un par de hostias bien dadas y una amenaza contundente: “Como te vea otra vez por aquí te arranco la cabeza”. Y mano de santo, el delincuente —lo fuese o no lo fuese— se cuidaba muy mucho de volver a aparecer por la zona. Eran tiempos en los que la policía actuaba con total impunidad y nadie osaba levantar ni la voz ni el pensamiento. Ese era don Rafael... consecuencia de su tiempo, como todos y cada uno de nosotros.
Por eso cuando murió Franco y se dieron los primeros pasos hacia la democracia —no entremos ahora en calificarla— se le rompieron los esquemas vitales. Para él significaba el fin de una época, su época. Yo recuerdo el desasosiego y la incredulidad de ese hombre, ya canoso, cuando comprobaba que los valores de su vida ya no servían. ¿Qué estaba pasando con su mundo? ¿Para qué la Victoria? Don Rafael no se resignaba, ni se adaptaba a los tiempos democráticos. Era un animal a punto de extinguirse, de otro mundo...
…exactamente igual que muchos de nosotros cuando vemos que la democracia por la que luchamos es ahora una caricatura; que ha sido deglutida por la cruzada neoliberal y ya no defiende a la gente porque trabaja para otros intereses. Quién me iba a decir que treinta años más tarde entendería a la perfección el desconcierto de don Rafael. Puede que no coincida con sus coordenadas ideológicas, pero entiendo su desvarío emocional. Él y nosotros nos resistimos al devenir de los nuevos tiempos porque los percibimos profundamente injustos.
Sí, creo que cada día que pasa me parezco más a don Rafael. Le entiendo porque cada uno, a su nivel y en su tiempo, luchó por encontrar un paradigma más justo y más humano para nuestros hijos… Y nos traicionaron.



martes, 21 de enero de 2014

Vaharadas de mierda humana

Hay un sin_techo atravesando la terraza de la Mallorquina. Pelo y barba blancos, andrajoso y caminar artrítico. El pobre hombre va dejando una vaharada a mierda humana entre los desayunos humeantes. La gente mira y pone cara de circunstancias en cuanto detecta el origen del malestar. Quiero decir que no es un olor a mierda cualquiera, no. El pobre hombre huele a mierda humana pisoteada diez o doce veces… y eso cuadra muy mal con un respetable café y tostada.


El hombre es uno de los desechos humanos que genera esta mierda de sistema codicioso. Es un sistema económico que especula con el bienestar de la gente para hacer más poderosos a los ricos y más pobres a los pobres, hasta dejarlos al borde de la subsistencia. El hombre que deja vaharadas de mierda pisoteada en la terraza de la Mallorquina es uno de los millones de pobres que ha generado la crisis al mismo tiempo que enriquece vilmente a los pocos que ya eran ricos. El informe de Osfam Intermón lo deja bien claro: a nivel mundial, 85 personas ricas suman tanto dinero como 3.570 millones de pobres del mundo… ¿CÓMO ES POSIBLE QUE PERMITAMOS ESTO? ¿Por qué los políticos que me representan no se plantan en mitad de la conferencia y acusan al criminal?
…pero al cabo de dos minutos ha pasado todo. El olor a mierda se ha extinguido, la misericordia, la indignación y las ganas de matar a alguien —a ver si así se arregla algo— han pasado. Todo se ha disuelto como un azucarillo. El andrajoso que huele a mierda ya no es visible, el café vuelve a aromatizar la terraza de la Mallorquina y el informe sobre la desigualdad exponencial vuelve a ser un titular más que ya no sirve ni para envolver el pescado de estero…
…nos lo merecemos.



viernes, 17 de enero de 2014

Los gatos de la sauceda

Hay una espesa zona boscosa entre las provincias de Cádiz y Málaga que se llama La Sauceda. Extrañamente apenas queda algún sauce en las riveras del arroyo Pasada Llana, lo que hay son miles de alcornoques y encinas que tapizan las laderas de la Sierra del Aljibe. Y a pesar de estar tan al sur de la península Ibérica, tiene un microclima tan húmedo que parece un bosque gallego.


El nombre le viene de la corrupción de la palabra ‘desahuciados’, puesto que desde los tiempos de Felipe II en esa zona de la Sierra se emboscaron proscritos y prófugos para vivir al margen de las tiranías. La población dispersa llegó a ser tan notable —la gente malvivía allí del carbón vegetal, corcho, madera, caza y de lo poco que daba el monte— que La Sauceda tuvo iglesia desde 1923, plaza pública, molinos de agua y cabañas.
Durante la Guerra Civil española, los que huían de la represión Franquista tras la toma de Jerez y la Janda, se refugiaron y se hicieron fuertes en la zona. Pero, al final, cuando las tropas nacionales abandonaron la Sauceda, dejaron las mayores fosas comunes de España, llenas de republicanos torturados y asesinados, en el Cortijo el Marrufo.
Hoy sólo quedan ruinas… la iglesia, molinos y cabañas. Y un intento tras otro de entregar la naturaleza a empresas privadas para explotar lo que es patrimonio etnográfico de todos…
…y quedan los gatos asilvestrados. Descendientes de la colonia humana que abandonó la Sauceda en los años 60 del siglo pasado. Los Gatos de la Sauceda son gatos muy notables… me lo ha recordado un estudio sobre la adaptación de los perros vagabundos de Moscú al cambio de vida, desde el régimen comunista al capitalista… Parece asombroso lo que son capaces de hacer los perros, pero ya lo hacían los gatos asilvestrados de la Sauceda.
Recuerdo que a mitad de los años 90 del siglo pasado acampamos unos días con unos amigos en una de esas cabañas. Eran cuatro paredes húmedas y un hogar para la lumbre en una esquina, con un tiro de chimenea bastante rústico. Había que portear todo lo necesario para pasar esos días desde la carretera, hasta la cabaña, a unos tres kilómetros montaña arriba. El camino serpenteaba entre alcornoques viejos, atravesaba varias veces el arroyo, dejaba atrás viejos molinos y cabañas totalmente arruinadas. La cara norte de los troncos de los árboles estaba cubierta de musgo, como en Galicia y el suelo era jugoso después de las lluvias.
Y nada más tomar posesión de la cabaña aparecieron los gatos. Eran enormes gatos de movimientos pausados y sinuosos, que se apostaban a distancia prudencial y observaban abiertamente a los intrusos humanos. Uno los vigilaba con cierta prevención… ¿de dónde salían esos gatos tan grandes en mitad de la sierra del Aljibe, sin un núcleo humano cerca? Sin duda eran gatos asilvestrados; descendientes de las mascotas de otro tiempo, que habían sobrevivido en la montaña adaptándose a la situación y ajenos a la presencia de los hombres. Sin embargo, habían aprendido que los humanos que ocupaban las cabañas cada fin de semana eran una fuente de alimentos a poco que actuaran con inteligencia. ¡Y lo consiguen!
Primero se hacían visibles a cierta distancia de la cabaña, y evitaban miradas desafiantes contra el depredador humano. Su actitud suponía un acercamiento paulatino y sumiso. Lomo levantado, cola relajada y ronroneo de ternura. Sobre todo cuando preparábamos la comida se acercaban hasta restregarse con nuestras piernas buscando la caricia y marcarnos para hacernos suyos… hasta que conseguían que les lanzáramos una rodaja de salchichón.
El problema surgía entonces entre ellos. Una rodaja de salchichón y cinco adultos que se peleaban por el botín. Era entonces cuando comprobábamos la ferocidad de esos animales que tan sumisos y cariñosos parecían unos segundos antes… Entre ellos se apañaban, por supuesto. Y el resto de los días, el gato dominante se convertía en la única mascota que vigilaba nuestra cabaña. Sin competencia.
Yo no sé, pero donde se ponga la nobleza de un perro que se quite la doblez de un gato. La verdad…



lunes, 13 de enero de 2014

Otro criminal muere en su cama

A servidor le gusta que se mueran los genocidas y los criminales de guerra. Y que se reconozca su condición moral de piltrafas humanas… pero no siempre es así. La mayoría de las veces es tal la hipocresía de la clase dirigente mundial que asusta comprobar en manos de quiénes estamos. A los poderosos no les importa elevar a los altares de la historia a cualquier piltrafa humana con tal de que hayan defendido correctamente sus intereses. No hay justicia, lo que hay son entramados de intereses económicos por encima de las naciones, que mantienen ejércitos poderosos con los que imponen su verdad, su justicia y sus intereses allí donde sea menester, por encima de los pobres del mundo. Y si hace falta encumbrar a carniceros como Pinochet, se encumbran y listo. ¿Quién va a protestar el abrazo de la Thatcher o Reagan al dictador? Nadie… pues eso.

Ayer murió otra de estas piltrafas humanas, Ariel Sharon. Pasa mucho con los prebostes sionistas, que la mayoría de ellos son carniceros que se han encumbrado matando palestinos, esa especie de mala hierba que se empeña en crecer donde no debe. De hecho no parece que se pueda ser héroe en Israel si no has masacrado –o propiciado la masacre de- un número suficiente de palestinos, a ser posible, mujeres, niños y ancianos… Esta vez el carnicero de Sabra y Chatila ha muerto en su cama, como muchos criminales, rodeados de sus seres queridos. Recibirá la pleitesía de sus compatriotas… incluso puede que algún que otro jefe de Estado sin complejos reconozca sus contribuciones a la humanidad (no nos extrañemos, han existido carniceros con un premio Nobel de la Paz y todo…)
Ariel Sharon era el jefe de la más poderosa maquinaria bélica de la zona. Las Fuerzas de Defensa Israelíes habían tomado Beirut en septiembre de 1983, en un paseo militar. El día 16 cercaron con sus tanques los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, al sur de la capital. Controlaron todos los accesos de entrada y salida… y entonces metieron a las zorras en el gallinero, las falanges cristianas libanesas, para que hicieran el trabajo.

A este anciano le sacaron los ojos antes de asesinarlo
Durante 30 horas ocurrió una orgía de sangre. Asesinaron a balazos, machetazos y hachazos a más de 2400 palestinos. La mayoría mujeres, niños y ancianos… y dejaron un rastro de mutilaciones, violaciones y torturas entre los vivos. Mientras tanto Ariel Sharon iluminaba la noche con bengalas israelíes y vigilaba que los accesos permanecieran sellados. Los campos de refugiados palestinos, esa especie de mala hierba que se empeña en crecer donde no debe, fueron un infierno impune durante 30 horas.
Luego, el héroe nacional israelí, dijo…
“En Chatila, no judíos mataron a no judíos. ¿Qué tenemos que ver nosotros en eso?”
Murió en su cama el carnicero de Sabra y Chatila… y lo han enterrado con honores.



domingo, 12 de enero de 2014

Un adoquín de plomo en la puerta de estos patriotas

En Halle, Alemania, hay unos adoquines de bronce en la puerta de la casa que ocuparon los hermanos René y Hermine Hisdchfeld durante el periodo nazi. Los adoquines, pulidos y abrillantados por el paso de personas, recuerdan que ambos fueron deportados a Sashsenhausen y Theresienstadtrespectivamente, y que René murió en noviembre de 1942 en el campo de exterminio de Auschwitz. Simplemente, eran judíos… pero nadie los ha olvidado.

No es el único recuerdo a las víctimas de la locura nazi en el pueblo de Halle. Sobre el banco público desde el que se admira la mejor panorámica del río Elba, un cartel en rigurosa grafía alemana advierte que sólo los arios pueden sentarse en él…

Dicen que los alemanes necesitaron externalizar los crímenes de sus nacionales –hacerlos visibles en las ciudades en forma de placas y monumentos- para señalar sin complejos a los culpables del Holocausto. Tal vez para así “…no tener que asumir las culpas como pueblo”. Los psiquiatras sociales (si es que tal cosa existe) podrían explicar mejor esta forma de redención popular que disipa la culpa de los pueblos a fuer de focalizar las cosas en puntos visibles y bien iluminados. Puede que sirva como terapia histórica y social… deberíamos aprender los españoles.
Observando estos detalles de Halle, uno no deja de pensar en los cientos de lugares españoles –cunetas, recodos del camino, tapias del cementerio, patios traseros, etc.- que necesitan un sencillo adoquín de bronce que recuerde que los fusilados en la posguerra civil no eran criminales, que muchas veces eran primos, vecinos o novios de uno que estuvo en un sindicato… Y también convendría recordar que muchos de esos señores de bigotito y brillantina, que se han pasado la vida entre laureles y asistiendo a misa de doce, deberían ser reconocidos como asesinos, cómplices y encubridores… Y merecen un adoquín de plomo en la puerta de su mansión para que nadie olvide lo que realmente esconde ese abuelo bonachón. Un pobre descerebrado criminal fascista…
La historia sigue inconclusa.


lunes, 6 de enero de 2014

Nadie habla de patrimonio


UN solo plan de protección del litoral andaluz y, en lo que atañe a San Fernando, seis interpretaciones de la misma cosa. Cada una de ellas más o menos coincidente o discrepante con otras. Cada una de ellas distinta y matizada. Y, aunque parezca imposible, lo políticamente correcto es considerar que todas son bienintencionadas y buscan el bienestar de los ciudadanos de San Fernando. Que tengamos tantas interpretaciones como partidos políticos en la ciudad nos muestra que en política, por fortuna, no hay verdades absolutas sino opiniones distintas sobre un mismo asunto... Pero también, no seamos ingenuos, indica que se defienden intereses adosados a la sensibilidad de cada familia ideológica que tal vez sean ajenos a lo deseable para la ciudadanía. Pese a ello, tal diversidad nos enriquece porque sólo ocurre en las sociedades que se organizan en torno a la voluntad popular (o eso pretendemos), en las otras no hay debate, se construye un solo discurso y se impone. Nada más. Sin embargo, parece existir unanimidad en los seis partidos políticos de la ciudad a la hora de no utilizar abiertamente el concepto Patrimonio Histórico en relación con los Polvorines de Punta Cantera/Fadricas. Es decir, nadie parece querer introducir de forma visible esa nueva variable en la complicada ecuación que relaciona el desarrollo de la ciudad y la protección adecuada de nuestros valores históricos, ambientales y etnográficos.

El debate abierto en la ciudad (y en otras muchas ciudades del litoral andaluz, nosotros no somos una excepción) sobre el Plan de Protección del Corredor Litoral Andaluz lo ha vuelto a poner de relieve. Ni nuestros políticos ni la ciudadanía de La Isla demuestran ser conscientes del enorme valor patrimonial del Conjunto Histórico de los Polvorines de Punta Cantera. A nuestros representantes políticos no se les ve entusiasmados en darlo a conocer, ni en reconocer que el desarrollo integral de ese valor histórico es imprescindible para colocar a la ciudad en la cima de su singularidad. Sabemos que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) otorga cierto nivel de protección jurídica e individual a algunos elementos de Punta Cantera, pero no protege el conjunto patrimonial de los polvorines, murallas y muelles. Y también sabemos que la máxima protección que podríamos conseguir para ese conjunto, es decir, la inclusión en el catálogo de bienes de interés cultural, tampoco es garantía absoluta para su protección... Véase el caso del enterramiento de la batería nueva de Alburquerque, un BIC que, pese a serlo, ha sucumbido a otros intereses.

Este tipo de actuaciones nos lleva a pensar que al final del proceso no gobiernan nuestros representantes electos sino los intereses económicos del inversor privado. Por eso abogamos por conseguir la máxima protección jurídica para el Conjunto Histórico de los Polvorines de Punta Cantera. Construir más o menos viviendas en los terrenos de Fadricas no hará de San Fernando una ciudad más atractiva. Pero desarrollar el conjunto de los polvorines manteniendo su identidad y su carácter sí conseguirá que San Fernando ofrezca al visitante algo realmente único e irrepetible en España. Ninguna de las ciudades de nuestro entorno tiene lo que tenemos nosotros en ese lugar: un promontorio rocoso que se adentra en el saco interno de la bahía, que alberga una aldea formada por 26 polvorines de distintas épocas constructivas y propósitos (desde 1730 hasta 1975), todos ellos comunicados por una red laberíntica de caminos y rodeados parcialmente por una muralla defensiva de roca ostionera levantada en el último tercio del siglo XVIII. El conjunto incluye dos puertos del mismo siglo. Uno se dedicó al comercio marítimo con las Américas, el otro al transporte de pólvora a las flotas armadas de Su Majestad borbónica. Ninguna ciudad de España tiene un conjunto así, susceptible de convertirse en un espacio absolutamente singular y único a poco que seamos respetuosos con la historia e inteligentes en su desarrollo económico.

Sin embargo, si el Plan del Litoral incluye expresamente Fadricas en su ámbito de protección lo hace por su condición de suelo urbano no consolidado, no por su valor patrimonial histórico, cultural, etnográfico y paisajístico... Es decir, no sólo nuestros políticos locales pasan de puntillas sobre el patrimonio de Punta Cantera, también lo obvia la Junta de Andalucía. Por lo que se ve, aquí nadie se siente concernido a considerar el valor patrimonial histórico de los Polvorines de Punta Cantera en lo que realmente vale, ni a estimular su conocimiento.Y me parece un inmenso error porque el futuro de San Fernando no está en construir más o menos Viviendas de Protección Oficial (VPO) en los terrenos de Fadricas, con más o menos trabas burocráticas y soportando injerencias de administraciones superiores en las decisiones municipales. El futuro de la Isla debería estar basado en un desarrollo adecuado, sostenible y respetuoso con el patrimonio que poseemos, porque es único.

Y para eso tenemos que hacer lo imposible para que los isleños sepamos y seamos plenamente conscientes de lo que guardamos en Punta Cantera. Habría que empezar por ahí, por dar a conocer. Sólo conociendo se puede defender cualquier cosa con honestidad, y exigir su protección.