miércoles, 26 de agosto de 2009

Me gustaría entregarte cincuenta y siete años



No sé, hijo mío, tengo una cierta sensación de desasosiego. Me gustaría entregarte cincuenta y siete años de experiencia para que no tropezaras en las piedras que ya me sé; para que sortearas las zancadillas que yo he aprendido a ver venir, y para que conocieras esos dos o tres truquillos que ayudan a tener más momentos felices que tristes…

…pero no puede ser, hijo mío, ya te dije que ahora mi vuelo es rasante y os toca a vosotros alzaros sobre el horizonte…


Garcetas alzando el vuelo entre los esteros de San Fernando, la vieja Isla de León, en la Bahía de Cádiz



sábado, 22 de agosto de 2009

Isla de León: Tranvía & Batería (9ª Entrega)

LEY 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE de 29 de junio de 1985)

“El Patrimonio Histórico Español es el principal testigo de la contribución histórica de los españoles a la civilización universal y de su capacidad creativa contemporánea”.

“La protección y el enriquecimiento de los bienes que lo integran constituyen obligaciones fundamentales que vinculan a todos los poderes públicos...”

FALTA FOTO

“...la defensa del Patrimonio Histórico de un pueblo no debe realizarse exclusivamente a través de normas que prohíban determinadas acciones o limiten ciertos usos, sino a partir de disposiciones que estimulen a su conservación y, en consecuencia, permitan su disfrute y faciliten su acrecentamiento”.

FALTA FOTO

La Ley sólo cobra sentido si, al final, “conduce a que un número cada vez mayor de ciudadanos pueda contemplar y disfrutar las obras que son herencia de la capacidad colectiva de un pueblo. Porque en un Estado democrático estos bienes deben estar adecuadamente puestos al servicio de la colectividad en el convencimiento de que con su disfrute se facilita el acceso a la cultura y que ésta, en definitiva, es camino seguro hacia la libertad de los pueblos”.

22 de Agosto de 2009

Los constructores de tranvías no descansan en agosto. No parecen conocer la ley 16/1985... y yo creo que deberían conocerla. Siguen apilando camiones de tierra delante y detrás de la vieja batería. Y el nivel del suelo se eleva día tras día, dejando abajo y desprotegidas las viejas piedras... y eso no conduce a nada de lo que propone la Ley16/1985.

A servidor le parece que nos mandan una pandilla de ineptos... o prevaricadores, ¿quien sabe? O tal vez sean tan listos que amañan las leyes para que el jodido tranvía sepulte a la batería de Alburquerque... sí, ¿quien sabe?



martes, 18 de agosto de 2009

Estos curas lo mismo hablaban de sexo que de ciencia... ¡y les creíamos!

Abajo se añade una postdata posterior a la publicación de este post

En Afganistán se aprueban leyes ajustadas al paraíso islámico. Por ejemplo, a las mujeres que no satisfagan las necesidades sexuales del marido se las puede castigar dejándolas sin comer. Y si quieren salir de casa deben pedir permiso al marido... como manda el Corán. Y estos NO SON los talibanes, no, estos son los demócratas que estamos defendiendo con la sangre de nuestros soldados.
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En Irak se persiguen a homosexuales, se les apalea y se les tortura… no sé, debe ser que no son considerados humanos dignos de vivir. En Irán se les ejecuta directamente después de pasar por sus tribunales. En Nigeria se lapidan adúlteras con piedras del tamaño adecuado a la tradición… y en la India tres cuartos de lo propio. Etc., etc., etc.
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En fin, me parece que la tradición islámica y las interpretaciones que se hacen del Islam no son buenas consejeras para humanizar esas cabezas, que necesitan un siglo XVIII inyectado en vena, un baño de racionalidad acelerado que les haga entender que una cosa es la religión y otra la sociedad civil… ¡si eso fuera posible, que me parece que no!
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FALTA FOTO


Imagen extraída del Blog "Recuerdos de la Isla de León", de Ángel López González

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Y mientras tanto, en España, este Estado de Derecho que sí ha pasado por el XVIII (aunque sea vuelta y vuelta), pero que aún no ha olvidado el nacional catolicismo de la dictadura, nuestros mandatarios —desde el rey hasta el último alcalde— siguen asistiendo como si tal cosa a funerales de Estado (funerales católicos, por supuesto) del bracito de la clerigalla católica que añora aquellos tiempos. Y cualquier cargo público, electo o designado, es obligado públicamente a elegir si jura o promete su cargo, delante de un enorme crucifijo… cuando la normalidad exigiría dejar las creencias personales en lo privado, lo dice el artículo 16-2 de la Constitución… que nadie puede ser obligado a declarar su religión o creencias.
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Y alcaldes y concejales; y cabos de la guardia civil y de la policía; y capitanes de la legión y tenientes de navío de la Armada, etc., suelen verse desfilar en las procesiones católicas, esas pantomimas tercermundistas (con perdón para el tercer mundo), arropados de sus atributos públicos del Estado sin el menor azoro… ¿Hasta cuando, por Dios, hasta cuando?
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La religión no es más que una convicción pueril instalada de forma insana en la mente desde la más temprana infancia… elevar esto a la categoría de verdad incuestionable es una de las locuras pendientes de superar.
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Mientras tanto, las religiones deben quedar en el ámbito de lo privado, porque la cosa pública es para asuntos serios.


Precisamente al día siguiente de la publicación de este post se anuncia un decreto ley que modifica levemente la normativa militar sobre estos asuntos. Algo es algo.



viernes, 14 de agosto de 2009

En la cola del DNI (2ª Parte)

Cola del DNI un día de agosto de 2009, a las 06:55 de la mañana.
San Fernando (Cádiz)


Como solo dan 25 números al día (fueraparte los que se consiguen mediante cita previa) siempre hay más demanda que oferta. Por eso no es suficiente llegar a las 09:00, cuando abren la oficina y reparten los números por riguroso orden de llegada, hay que llegar un poco antes… Servidor llegó a las 06:55 y no me lo podía creer: ya estaba conformada la típica cola tipo final del Falla.
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Esas eran colas que duraban días y daba tiempo para todo. En esas colas se formaban amistades para toda la vida; se formaban parejas y se rompían noviazgos; se jugaba a las cartas, se comía y se bebía; se hablaba de mujeres, política, futbol y carnaval… ¡y, aunque parezca increíble, no se follaba, vale, pero casi-casi! Que siempre hay gente muy necesitada y muy impaciente, y con muy poca vergüenza, la verdad… ¡Oye! Y el personal con un respeto enorme hacia el número de cada uno, que hasta crecía una ética intachable… ¡No, señora, no tiene usted razón, porque el chaval se marchó a mear pero le dijo al 89 que volvía enseguida…! Y la gente llevaba un control que no veas… Yo creo que, salvando las distancias, participar en la cola de una final del Falla daba marchamo detío legal.
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La del DNI de San Fernando no era una cola de final del Falla, vale… pero se le parecía. No sé, participar de las mismas circunstancias hace que la gente se solidarice.
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— Pues el primero dice que llegó a las 03:20.

— Madre mía, ¿ezo cómo va a zé?

— Lo que yo te diga, tú.

— Y el 12, el chaval del mono, dice que se ha venido derechito del trabajo, en cuantito se acabó el turno, no ha ido ni a su casa ni ná… y ahí está sin dormir, el pobre. Que la del 7 le ha tenido que dejar su silla y todo.

— Pues yo m'he venío a las 05:30 y m'he dejado a la parienta con unas molestias que yo no sé… es que está fuera de cuentas.

— ¡Ay, que valor tenéis los hombres, pordió! Donde tienes que estar es en tu casa, con tu mujer… ¿la vas a dejar sola ahora, chiquillo?

— Pues a mí que no me llame ahora. Que como me llame, le digo que se vaya duchaaaando y que se prepaaaare, que yo, lo _primero_lo_primero es sacarme el DNI de los cohone, y luego que vengan to los niño que sean, por mi madre.

— ¿Qué se duche? Tú no sabes lo que dices, quillo. A mi me nació uno en el coche, camino del hospital, y eso es la_de_Dió… yo que tú me lo pensaba…

— ¡Si, pisha! Tú lo que quiere es que me vaya pa corré cola, cohone. Que te z'ha notao. ¡Que tienes el 27! Ja, ja, ja…
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Luego el futuro padre se fue a comprar churritos a la plaza y yo les conté con pelos y señales el parto de Guille en el asiento trasero de mi coche, camino del hospital (algún día lo contaré aquí) Yo creo que les caí gracioso, que ya es complicado; y al final, con nuestro número en el bolsillo, nos fuimos despidiendo con mucha cordialidad…
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Sí, yo creo que pondría a Zapatero y Rajoy en una cola kilométrica para la final del Falla, rodeados de gente de la bahía de Cádiz. Que hasta lo mismo acaban siendo amigos…


(Vale, vale, ya sé que es un post mu_birria_mu_birria, pero es que estamos en agosto, joé)



miércoles, 12 de agosto de 2009

En la cola del DNI (1ª Parte)

Niñ@s de Villajovita esperando pacientemente

Si los ciudadanos se organizan entre ellos para guardar una cola, es que viven en un país civilizado. Seguro.

Yo recuerdo que al salir del instituto de Ceuta —hace ya cuarenta años o más— corríamos a la parada del autobús, junto a los jardines del Ángulo, en las Puertas del Campo. Y jamás se guardaba orden. Cuando llegaba el autobús, todos a una, nos apelotonábamos delante de la puerta a ver quien empujaba más. No existía orden ni concierto, aquello era unsálvese quien pueda para que el más avispado o el más fuerte consiguiera entrar… Y en las carnicerías, pescaderías y pequeñas tiendas de barrio había que estar con cuatro ojos para evitar que se te colaran las parroquianas. Y podías tener la seguridad de que siempre existía la lista de turno que solapadamente intentaba colarse delante del chiquillo… esto era aún más evidente y esperable en las colas que se formaban para sacar las entradas del Apolo, del Cervantes o para la matiné del cine África. ¡Siempre aparecían los que intentaban colarse! Existía toda una picaresca para hacerlo en las colas del cine (quecabroncetes éramos, jolines)… y, encima, tal cosa se llevaba con orgullo.

Pero desde que pusieron una raya en el suelo de los bancos (Espere AQUÍ su turno), a metro y medio del mostrador (ya ni siquiera son ventanillas) parece que nos hemos civilizado. Incluso parece que en las colas guardamos cierta distancia vital y todo, y cuando llegamos a un sitio pedimos la vez: ¿Quién es el último?... pues detrás de usted voy yo. Y así ya no hay pegas… nos hemos civilizado. Sí…

Hoy he pasado más de dos horas en la cola del DNI de San Fernando, y lo he pasado muy bien… porque en Cádiz y su bahía se pasa muy bien en las colas largas. Hay mucha tradición. Mañana o pasado os lo cuento.



lunes, 10 de agosto de 2009

Fotos furtivas: ¡Adiós, luego hablamos!


Si alguien nos infunde recelo —por su comportamiento o por su aspecto— lo más probable es que nos pongamos alerta y mantengamos una distancia prudencial para sentirnos seguros. Una distancia que nos asegure margen para escapar a la mínima. Esto lo tienen muy observado los etólogos y antropólogos… que para eso les pagan.

Esa distancia se reduce mucho cuando las relaciones sociales son profesionales o de amistad. Pero, como mamífero que somos, siempre establecemos a nuestro alrededor unmínimo espacio vital de seguridad. Y cualquiera que penetra dentro del espacio de otro sin ser invitado se arriesga a una reacción airada —o sea, uno no puede ir por ahí arrimándose a la gente, hay que mantener una cierta distancia—.

Marisa, la directora del cole de mis hijos, tenía un radio vital tan pequeño que se acercaba muchísimo cuando te hablaba (lo mismo es que era miope y no se ponía las gafas por coquetería), y a mi me hacía gracia observar cómo sus interlocutores se separaban con cierta brusquedad hasta recuperar su propia distancia de seguridad. Sí, me gustaba observar este comportamiento y preverlo, que hasta lo comentaba con quien estuviera…mira, Fulano, fíjate como Marisa se va a acercar a Mengano y ya verás como Mengano va a recular… ¡Y ocurría!


Por eso tocarse, permitir que otro te toque invadiendo tu propio espacio, es una señal de confianza total… es una demostración de cariño. Para muchos es una necesidad. Me gusta abrazar a los amigos y pellizcar la mejilla de las amigas, o apretarles el antebrazo; y dar una palmada en el hombro de los compañeros, o un pequeño puñetazo en la tripa. Y me gusta besar a los amigos de Villajovita, mi viejo barrio de Ceuta… son los únicos hombres a los que beso. Lo he pensado muchas veces, hombres como trinquetes que se besan como nenazas… debe ser que cuando nos vemos somos como los niños que éramos hace 40 años…

…y ahora los médicos, a cuenta de la Gripe A, nos amenazan con prohibir los besos, los abrazos e incluso darse la mano. Me va a costar hacerles caso, la verdad…



viernes, 7 de agosto de 2009

Fotos furtivas: Fantasmas en el Duomo


Sí… hay cosas que permanecen y cosas que deambulan perdidas como fantasmas.

Hay cosas firmes como rocas, y hay cosas blandas, como de agua y aire.

Cosas inamovibles en el tiempo, como montañas, y cosas que pasan como nubes...

Cosas que iluminan, y cosas que apenas saben dar sombras...

Y, a pesar de todo, a pesar de lo fantasmal, de lo blando y lo pequeño, somos constructores de lo eterno, de lo rocoso y lo luminoso.

Somos los homo sapiens así de contradictorios…va a ser verdad lo que decía el aparente loco del anuncio, que el ser humano es extraordinario.

En la imagen: Fantasmas en el Duomo de Milano



miércoles, 5 de agosto de 2009

Fotos furtivas: La joven y el Duomo

Hay cosas que quedan para la posteridad. Que son casi eternas.

Sí… creo que podríamos decir que son casi eternas si las medimos en el tempus humano. Y seguramente —si no hacemos los hombres alguna burrada— ahí seguirán, impasibles, contemplando el devenir de las nuevas generaciones de hombres y mujeres.

Las piedras de la catedral de Milano son un ejemplo de trascendencia temporal: ahí deben llevar más de trescientos años… y seguirán.

Pero también hay cosas efímeras… como la chica de azul y falda vaquera, dramático ejemplo de cambio porque en pocos años su paso no será tan elástico, ni su figura tan firme. Tal vez cuando pase solo un poco de tiempo sea más sabia, pero no tan bella en lo físico… La chica de azul, como cualquier hombre, es efímera.

Y me pregunto a mis 56 años ¿qué atesora más belleza? ¿El Duomo de Milano o la chica de azul?

Sé exactamente la respuesta que daría mi hijo Alejandro… la tía, que está tó güena.

Y, la verdad sea dicha, estoy totalmente de acuerdo con el chiquillo…