lunes, 20 de junio de 2016

Los primos de Vega

Hace ocho años mi hijo Alejandro se convirtió en la madre adoptiva de un grupo de Ibis Eremita, unos pájaros bastante feos, extinguidos en España. Se trataba de sacar adelante una colonia independiente de estos pájaros a partir de pollos criados en cautividad, es decir reintroducirlos en su antiguo hábitat… Recuerdo que lo expliqué en un antiguo post en este mismo blog (aquí)


…y progresaron por sus propios medios. El esfuerzo valió la pena. Juanmi y Eugenia criaron un primer pollo en las paredes de Vejer de la Frontera, no muy lejos de la Sierra del Retín, la zona donde se ensayaba la reintroducción. Al pollo le llamaron Trafalgar. Recuerdo que se lo conté a Alejandro, que andaba ya cuidando tortugas por esas playas de Dios, y el tío se alegró mucho porque conocía perfectamente a la pareja… decía que el Juanmi era un sinvergüenza porque, aunque se había independizado del grupo, el pajarraco venía todos los días al campamento a ver si pillaba alguna bolita de carne de ratón y pan que les preparaban sus ex-madres adoptivas.

Poco más tarde, una culebra bastarda se comió uno de los polluelos de la primera pareja ponedora, pero aún así los ibis se fueron independizando de la colonia tutelada en la Sierra del Retín, y salieron adelante.

Esta tarde hemos estado observando la colonia de ibis en libertad y Alejandro ha contado un mínimo de treinta y ocho ejemplares. Es una sensación extraordinaria comprobar el éxito del proyecto… parece una tontería, pero allí estuvimos un buen rato maravillados de la pujanza de la colonia. Las parejas anidan bien resguardadas en las oquedades de la pared, y los pollos acarician el pico rojo de los padres buscando alimento. Los individuos jóvenes se posan sobre la roca… la próxima temporada formarán parejas y tal vez busquen otros parajes de andamiento. Alejandro dice que observó algunos por los Caños de Meca y cuentan que se les ha visto por Doñana. Ya digo… parece una tontería, pero nos marchamos de allí con una placentera sensación de felicidad. Sí, extrañamente contentos…

…puede que los humanos aún tengamos arreglo.

Post Data: Que digo yo, que si Alejandro es la madre adoptiva de estos pájaros, yo debo ser el abuelo… o sea, tengo que traer a Vega para que conozca a sus primos. ¡Le van a encantar!


Izquierda: Tío Alejandro, madre adoptiva de los ibis eremitas.
Derecha: Vega, sobrina del tío Ale, prima de los Ibis.

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