domingo, 24 de febrero de 2013

23-F

El 23 de Febrero de 1981 un guardia civil con bigote entró en el congreso pegando tiros. Era un esperpento sacado del siglo XIX. Un iluminado envalentonado con un uniforme, una pistola y un gorro. No sé qué tienen los gorros, pero cualquier idiota se cree dios con uno en la mollera… será que así quedan ocultas las inmundicias intelectuales. El golpe de Estado falló y dos días después, un millón de personas se manifestaron por las calles de Madrid para demostrar que queríamos vivir en democracia… Muchos estábamos realmente contentos con nuestra conquista. Puede que no fuese la perfecta forma de gobernarnos, puede que en la lucha de intereses de la España post franquista esa democracia fuese la componenda menos mala, pero es verdad que muchos lo percibimos como la conquista de nuestra generación.

Fue entonces cuando muchos nos echamos a dormir… o nos adormecieron. ¡Vaya usted a saber!

Cádiz. Plaza del Palillero, 23 de Febrero de 2013
Y ayer, 23 de Febrero de 2013, treinta y dos años después, volví a salir a la calle. Mientras dormíamos el Golem neoliberal nos ha robado la democracia y ha convertido a la gente en cosas utilizables y desechables.
Encontré a gente conocida en la manifestación. Poco a poco nos vamos conociendo. Arquitectos, maestros, periodistas, enfermeros, anestesistas, parados, jóvenes, jubilados, padres, madres…
Al novio de Isabel lo contrataron en una pizzería por cuatro horas diarias. Le pagaban sólo tres, y trabajaba 8, 9 o 10 horas cada jornada. Y cuando lo echaron tuvo que aceptar la mitad del finiquito que le correspondía… y cuando firmó, en lugar de entregarle esa mitad del finiquito, el dueño se lo guardó el bolsillo. Y ahora vete, que tengo ahí a treinta que lo harán por la mitad. En comisaría le dijeron que muy bien, pero tenía que demostrar el asunto… pero esas cosas no se pueden probar.
El novio de Isabel debe ser un tío templado. No cogió al ladrón por el cuello, ni le sacó las entrañas, ni pegó fuego a la pizzería, pero a mí, sólo de oírlo, me entraron ganas.
Algo así es lo que está haciendo la dictadura financiera con el país y con el planeta… porque son criminales y no conocen la empatía.



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