lunes, 23 de julio de 2012

Vega

Vega es la estrella alfa de la constelación de la Lira. La segunda más brillante en el cielo después de Arcturus. Pero había otras cosas fascinantes en el cielo de las lecturas juveniles… Sirio, Alfa Centauri,Betelgeuse, Orión, Cisne, Andrómeda. Unas eran estrellas gigantes rojas, otras enanas blancas; las cincuenta estrellas del grupo de Arturo viajaban independientes por la Vía Láctea, como una tropa mercenaria. Sí… recuerdo que había misterios fascinantes en aquellas novelitas de ciencia ficción que costaban cuatro pesetas (aún las conservo) Y yo jugaba a los sueños con esas historias, con el quásar de la masa nebular de Herschel y un púlsar misterioso que aparecía y desaparecía por donde Casiopea…
Hoy tenemos a Vega en casa, y es diminuta. ¡Cómo una cosa tan frágil puede provocar esa respuesta tan emotiva! Seguramente, cuando pasen unos años, si ella escucha, le contaré cosas de otro tiempo… los abuelos es lo que tenemos, un baúl de tiempo. Le podría contar que antes de que su padre naciera… ¿ves ese bosque de pinos tan frondoso? Pues los árboles eran más pequeños que tú… y fíjate ahora, son grandes y están llenos de nidos de pájaros, y por la noche se llenan de garzas. Este ha tenido suerte, pero ¿ves esos hoteles de allí? Pues ahí había otro bosque de pinos muy frondoso (muy frondoso significa que había muchos pinos), tu padre y tu tío Alejandro cogieron sus primeras lagartijas por ahí; y también cogían mantis religiosas, y escarabajos asesinos, que son unos escarabajos negros con unas pinzas así de largas que cuando tu tío les echaba una aceitera, la partían en dos en un plis-plas… Papá era más noble, pero al tío Ale le encantaba echar a pelear bichos. No, ya no quedan lagartijas por aquí, ahora solo hay guiris. ¿Que qué es un guiri? Bueno, cuando vea un guiri te lo enseño… pero tranquila que no hacen nada.
¿Esa casita cubierta de vegetación?... Pues eso era una Escuela Rural. A esa escuela venían los niños que vivían en el campo o en las casitas que había por los montes que se ven allí lejos. Mira, cuando tu padre era un renacuajo, alguien pintó en la fachada de esa pequeña escuela una frase que decía: “FRANCO, vuelve aunque sea de sargento”. Otro día te cuento historias de Franco porque yo le conocí, ¿sabes? ¡Ah! ¡Qué han hablado de Franco en la guarde…!
¡No, hija, no! A los Reyes católicos no les conocí… ¡Vega, por Dios!
¿Sabes que te digo, bonita? ¡Que me parece que te voy a dejar con el primer guiri que veamos!

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