sábado, 12 de septiembre de 2009

La falta de respeto en la política española


No soporto la falta de respeto, sobre todo en política, donde todos deberían tener un comportamiento ejemplar y ser un modelo a seguir.

Ayer, un congresista republicano interrumpió un discurso de Obama y le llamó mentiroso a voz en grito… Sus propios compañeros —rivales políticos del presidente— le afearon el gesto. Y su partido le pidió que llamara al presidente para ofrecerle sus disculpas por tal gesto, cosa que hizo inmediatamente. Me quito el sombrero ante este comportamiento parlamentario.

Aquí, en España, un día sí y el otro también, el señor Rajoy llama mentiroso al señor presidente. Lo hace directamente con tal palabra, o lo hace dando vueltas al concepto… Ya sé que insultos y falta de respeto hay en ambas direcciones, pero si algún partido político ha crispado conscientemente la convivencia parlamentaria ese ha sido el partido del señor Rajoy desde que perdieron las elecciones del año 2004.

El señor Rajoy sabe perfectamente —que para eso es un gallego listo— que en política hay mil lecturas para un mismo problema, y todos ellos son aceptables y posibles. Y que defender una visión del problema, distinta de la propia, no supone mentir. El señor Rajoy lo sabe porque es un gallego largo y socarrón… pero, a sabiendas de lo que hace, sigue llamando mentiroso al señor presidente. Y esto sí que es un comportamiento sibilino y que repugna. Y conste que no estoy hablando de la bondad de una política u otra, hablo de la lealtad a un sistema democrático, hablo de educación básica, del respeto que merece la figura presidencial de un país democrático. Hablo sólo de eso.

Y debería saber el señor Rajoy que cuando un político se cree en posesión de la única verdad (que es justamente lo que pretende decirnos), es que estamos ante un sujeto intransigente e incapaz de negociar salidas airosas para todos… o, peor aún, estamos ante un potencial dictadorzuelo de tres al cuarto que no sabría llegar a consensos ni a gobernar con los demás.

En consecuencia, este hablar y decir del señor Rajoy y sus conmilitones (porque casi todos los conmilitones del señor Rajoy parecen confundir oposición dialéctica con fatar al respeto) propiciará que los abucheos al mismísimo señor presidente en el parlamento sean cosa común y diaria. Lo hemos visto, lo vemos y lo volveremos a ver…

Y como miembro representado en el parlamento español, se me cae la cara de vergüenza.


En la imagen, un joven se lanza al caño de Sancti Petri desde el Puente Zuazo, San Fernando (Cádiz)

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