miércoles, 4 de febrero de 2009

Dedicado a mi amigo TREZE, que me estará escuchando


No nos importó el viento, que era frío. Ni el barro de las últimas lluvias... fue una tarde propicia. El maestro TREZE y servidor paseamos por entre los esteros de la Isla. Hablamos poco, porque el maestro TREZE es mu callao cuando lanza fotos.


¡Curioso! Él miraba más la ciudad que la llanura salada. Diría que la ciudad es su referencia. Hablamos de la Vieja Isla de León, que hoy se llama San Fernando... y se nos ofrecía alzada sobre el pedestal de aguas someras que son los esteros.


...pero el paraje y el momento acabó por embaucarnos. El horizonte abierto; las aguas mansas; las nubes de amenaza; la vegetación lujuriosa; el viento helado...

Sí, es verdad: tenemos un planeta precioso. Y uno es afortunado porque no todos podemos compartir una tarde con TREZE.

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