viernes, 14 de noviembre de 2008

Conozco a personas admirables…


Bar Bartolo (cervecita con papas aliñás y media de chocos fritos, servidos en platos de verdad) Se asienta sobre una antigua batería del siglo XIX, a orillas del saco interior de la Bahía de Cádiz. Desde aquí dispararon sus cañones contra la escuadra francesa de Rosilly, y fue la primera derrota de fuerzas napoleónicas en Europa. Lugar singularísimo a punto de ser engullido por la voracidad de los urbanistas. Casería de Osio, en la Isla de León (San Fernando-Cádiz-España)

Conozco a personas admirables porque no se cansan. Son personas que no renuncian a cambiar el mundo que les rodea. Hombres y mujeres que cuando observan el trabajo que queda por hacer, no se agobian… y cuando digo trabajo por hacer me refiero SOLO a la tarea de cambiar la realidad que nos roza directamente, la más inmediata, la de todos los días, la que ocurre en el pequeño espacio físico que va de casa al trabajo, pasando por la placita y el kiosko. Sólo esa pequeña realidad, porque ya sabemos que la tarea de buscar la cordura, la justicia y la libertad universales, es otra cosa y difícilmente está al alcance de una sola persona, por muy carismática que resulte.

Son amigos que se dedican a la docencia, a disfrutar del merecido jubileo, a la política, al servicio público general, a colaborar desinteresadamente en decenas de labores necesarias, a profesiones liberales, a las tareas domésticas y a la economía familiar. Amigos que casi todos apadrinan a niños del Tercer Mundo, o colaboran directamente con organizaciones altruistas, ONG's, etc., etc., etc.

Y no se agobian —seguramente— porque han comprendido que el único camino posible que tenemos para cambiar nuestro mundo es actuar sobre lo cercano en la medida de nuestras posibilidades, aunque sean pequeñas… no recuerdo ahora (la verdad es que no se si lo he sabido alguna vez) quien fue el autor de tan feliz idea: pensar globalmente y actuar localmente. Merecerían algo grande los hombres y mujeres que desarrollaron este concepto.

…por eso cuando estos admirados amigos dicen que usemos platos y vasos de un solo uso, solo para no tener que fregarlos, les echo la bronca… aunque eso signifique que me llamen rata y agarrao. Y para colmo me tenga que jartá de fregar platos de verdad.

¡Unos flojos y flojas azín de grandes! ¡Eso es lo que sois todos vosotros, puñetas!



No hay comentarios: