martes, 4 de diciembre de 2007

Extraña forma de luchar contra ETA

Decía ayer a unos amigos que me sentía muy preocupado con la crispación y el enfrentamiento que fermenta en la calle. Ya sabemos que no es nuevo, que andan así las cosas desde que el PP perdió las elecciones el 14-M y empezó a usar la lucha antiterrorista —¡y, sobre todo a las victimas!— para hacer una miserable política de oposición…

Militantes del PP intentando agredir al ministro Bono y su hijo, en una manifestación de las víctimas del terrorismo en 2005

Les decía que acababa de ver al sinvergüenza de Acebes —en realidad sí se le veía un poco avergonzado, la verdad— hacer malabarismos dialécticos para afear la conducta de sus amigüitos, los que van con banderas españolas (constitucionales y con el franquipollo, que de las dos usan para pegar en la cabeza a los que no son como ellos) reventando los minutos de silencio contra el último asesinato de ETA. Por lo visto para estos amigüitos del Colectivo Zara (Zaplana, Acebes, Rajoy y Aznar) protestar contra el último asesinato de ETA, sobre agentes desarmados, consiste en llamar maricón al concejal Zerolo, identificar a ZP con ETA y chillar para que se vayan los socialistas de cualquier acto público en la calle... ¡extraña estrategía para derrotar al terrorismo! ¡Dicen los de Bilbao que las carcajadas etarraras se oían hasta en Bayona!

Les decía a mis amigos que en realidad no culpo a estos infelices vociferantes —en el fondo me avergüenza la imagen que están ofreciendo de mi país en el exterior—, culpo a los miserables políticos del PP que fomentan esta situación por intereses electorales; y también culpo al señor Alcaraz porque se le percibe como un sujeto totalmente amoral que opera al margen de razones limpias. Los culpo por sembrar las dudas en el corazón dolorido de las víctimas; dudas que cuando maduran eclosionan en agresiones verbales y físicas, y que transforman a ciudadanos normales en energúmenos.

Tengo amigos que votan al PP. Algunos son buenos amigos, con esa amistad de años; una amistad adobada de cariño y que nos hace felices sólo con vernos, aunque permanezcamos en silencio… mis amigos del PP son infinitamente mejores que esta caterva de inmorales que dirigen el PP. Se lo tengo dicho… y también les digo que estoy deseando que pierdan las elecciones. Más que nada —¿podéis creerlo?— para que los echen a la puta calle y suba a la cúpula del PP gente civilizada. Ganaríamos todos una barbaridad…



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