martes, 6 de noviembre de 2007

Mi barrio & Mi patria

Servidor no es que sea un apasionado de las banderas ni de las patrias... por eso el avatar es un homo sapiens venido a menos que intenta abarcar todas las patrias y todas las banderas... y que quiere denostar cualquier otra etiqueta añadida de pertenencia a una tribu o amante de una bandera. Pero sé que esto es una entelequia que choca justamente con la genética del homo sapiens, especie que evoluciona en sociedades tribales, que defiende su territorio contra la ingerencia de extraños y que, para diferenciarse de otras tribus, se identifica con símbolos propios (cultura, lengua, banderas, fronteras...)

Por eso, para acercar los pies a la realidad, me tengo dicho a mí mismo que, en todo caso, la única patria decente que tenemos, la que aprendemos por nosotros mismos, sin ingerencias interesadas, es el barrio: “la patria que se abarca apenas con la mirada, la que no llega más allá del horizonte, la que se conoce porque la has pisado y barrido con tus rodillas a base de caídas”. Y pertenecer a esa patria minúscula sólo ofrece pertenecer a la memoria común de los que allí vivieron. En consecuencia, la única bandera decente –la que no es inventada, la que no tiene más interés que el cariño común- es la que enarbolamos en las calles del barrio, o como dice Carlos, mi compadre, estupendamente bien dicho:

“...nuestra patria (Ceuta) lo es, porque la correteamos de niños con una bandera de trapo amarrada a una caña en una mano y un sable de madera en la otra, apurando la tarde, hasta que nuestras madres se asomaban a alguna ventana y nos llamaban para recogernos como pollitos antes de que cayera la noche...”

No encuentro párrafo mejor que defina el sentimiento de pertenecer a una patria...

Editado por Kaleta Records, Cádiz, 1994

...por eso los que no hayan tenido la suerte de buscar tesoros en la calle Terraplén; los que no hayan ido a buscar el fantasma de las murallas merinidas; los que no hayan comidoburgaillos con un alfiles en la Plaza de los Reyes; los que no hayan comido garrapiñadas en el Paseo de las Palmeras; los que no sepan lo que es una matiné en el África y los que no hayan besado en un atardecer en San Antonio... esos, los extraños que se sientenexpoliados en Rabat, incluso los extraños dadivosos de Madrid, no tienen ni pajolera idea de lo que es la patria para los caballas.

Preguntas al caso:

¿Por qué me molesta tanto ver la bandera de España en manos del PP o de las víctimas de Alcaráz y no me molesta en manos de los ceutíes y melillenses?

¿Por qué percibo que los del PP y las víctimas de Alcaráz me arrean con ella en la cara mientras que ceutíes y melillenses la alzan para que se vea?

¿Por qué cuando los del PP y las víctimas de Alcaráz toman la bandera de España parece como si se la quitaran a otros muchos?



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