martes, 2 de octubre de 2007

Las fuerzas imperiales

Servidor sabe que simplificar la política militar del planeta en apenas un folio es una gilipollez... pero dejadme decir en voz alta las siguientes simplezas, que para algo ejerce servidor de homo sapiens venido a menos...


El poderío militar del imperio es inconmensurable. Dijeron que en la última Guerra contra Irak —esa que iniciaron sin el respaldo jurídico de las Naciones Unidas, y amparados por un par de mequetrefes— empleó solamente la sexta parte de su potencial militar en equipos y hombres. Eso debe ser lo que llaman la disuasión… o sea, acojonar al personal solamente gruñendo y enseñando los dientes. Disuadir al enemigo fue fundamental durante la Guerra Fría, pero hoy día, con los enemigos invisibles e incrustados en la propia sociedad... ¡no sé yo! Pero de todos modos, parece que lo que se dice disuadir, disuaden.

FALTA FOTO
¡¡Jodamos a Irak... que son pocos y cobardes!!

Seguramente el poderío que han amasado es tan incontestable que ninguna nación del planeta, y ninguna coalición de naciones, podrían ofender sus defensas militares en el hipotético caso de querer guerrear contra el imperio… Pero hoy día es obsoleta esa forma de enfrentamiento militar, ya no tienen el contrapoder que suponía la Unión Soviética y nadie en su sano juicio lo intentará del modo tradicional. Están seguros de que ningún ejército penetrará sus fronteras —otra cosa es el terrorismo internacional, loco, solapado e individual, capaz de filtrarse por cualquier pared—.

¿Para qué quieren entonces tal poder disuasorio si con la décima parte ya podrían defender sus fronteras y, además, al terrorismo internacional no se le puede combatir con ejércitos tradicionales? ¿Para qué puñetas quieren ese inconmensurable poder militar?

Los que saben de esto dicen que es necesario que en el planeta siga existiendo un poder hegemónico para que no se genere ningún vacío de poder policial/militar efectivo… Bueno, servidor entendería y apoyaría eso si el poder hegemónico del imperio se usara realmente para defender o imponer buenas causas o sea, para apoyar las decisiones de Naciones Unidas como autoridad mundial. Pero, la verdad, eso únicamente es así cuando las resoluciones de la ONU coinciden con los intereses del imperio. ¡Y solamente entonces!

Servidor cree —porque, sin ir más lejos, lo dicen ellos mismos en sus Directivas de Seguridad Nacional— que el imperio genera y mantiene ese poder militar para defender sus propios intereses y conquistar todos aquellos que apetezca... no usan tal poderío para separar combatientes e imponer entre ellos una paz, aunque sea forzada. Puestos a hacer lo que les da la real gana, sin oposición de nadie, podrían usar su poder para imponer en África gobiernos decentes que repartan decentemente la ayuda internacional y evitar el hambre; pero no lo hacen. Puestos a repartir tareas para ese glorioso ejército, podrían usarlos para derrocar a tiranos... de países sin petróleo. O para democratizar países gobernados por locos orwelianos con bombas atómicas, ¡que los hay, y son una jartápeligrosos! Incluso podrían obligar a Israel y sus vecinos árabes a dejar quietecitas las armas. ¿Quién sabe?

Pero esto es ironía primaria; ya lo sé. El imperio usa su poder única y exclusivamente para defender sus propios intereses… y con la excusa de la lucha contra el terrorismo internacional, usan su exultante poder para defender la impunidad de sus actos bélicos y mantenerse al margen de la justicia internacional; para intervenir en cualquier parte del mundo que ellos consideren necesario; para mantener cárceles de tortura y vigilar por encima del hombro quien levanta la voz contra ellos… para mancillar los derechos de cualquier ciudadano si así lo consideran oportuno…

Son los más poderosos, pero serlo no les acerca a la virtud.



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