martes, 25 de septiembre de 2007

Seguimos en la "aznarquía"

Por lo que vemos, seguimos instalados en la aznarquía. Desde que comenzó este blog servidor se viene quejando del tipo de oposición que ejerce el Partido Popular. Porque es una oposición amoral, miserable y desleal.

Un simple ciudadano de a pie como servidor, entiende que los partidos políticos tengan soluciones distintas para cada problema, y que las defiendan con uñas y dientes dialécticos —lo cual no incluye la bronca parlamentaria, los pataleos, silbidos e insultos al contrario mientras habla en la tribuna de oradores, como ha hecho y hace continuamente el PP—. Hasta ahí correcto. También este ciudadano anónimo entiende que la confrontación de pareceres entre los partidos, en cualquier asunto, es una cosa sana porque de la síntesis deberían salir mejores ideas. Eso es lo que pasa cuando un gobierno no tiene mayoría parlamentaria y necesita llegar a acuerdos con otros partidos, que las decisiones son más amplias y duraderas. La grandeza de un político se mide mejor cuando habla y negocia con otros que cuando impone su mayoría de votos.

Pero, por primera vez en la joven democracia española, un partido en la oposición ha utilizado argumentos intocables para desgastar al gobierno. Concretamente, ha usado el TERRORISMO contra el gobierno en un ejercicio orwelliano perfecto y ha puesto a las VÍCTIMAS del terrorismo contra el gobierno, que hasta las ha convertido en personas antipáticas…

Vehículo BMR del ejército español atacado en Afganistán

Y esta falta de ética es lo que me repugna de la actual dirección del PP que suelen llamar colectivo ZARA (Zaplana, Acebes, Rajoy y Aznar)…

…que ayer, en la COPE, Rajoy en otro ejercicio de oposición miserable, desleal y amoral volvió a utilizar a los muertos españoles para sus intereses exigiendo al gobierno que a los soldados fallecidos en Afganistan “no se les entierre clandestinamente”. Dando por hecho que el gobierno de alguna forma repugna de ellos.

De nuevo la cúpula del PP pulsa los sentimientos más directos contra el adversario político, de mala manera... ¡y prefiero no buscar un adjetivo calificativo para estos sujetos, ya se califican ellos solitos!



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