martes, 18 de septiembre de 2007

Las historias de A_Cooper: Celeste

Celeste se nos acerca para ver y tocar a los perros, pero más le llama la atención ver a un señor de barbas sacar carballos del suelo (los carballos son robles gallegos) Entonces, sin el menor atisbo de vergüenza, les pregunta a las chicas: ¿Por qué saca los arbolitos del suelo?
- Es que donde él vive no hay carballos –le contesta mi amiga A_Cooper-, y el pobre quiere llevárselos para que crezcan en su casa.

Ese fue el comienzo. Ocurrió en un recóndito lugar, perdido en mitad de la Terra das Meigas, junto a uno de tantos ríos que discurren bajo un dosel de vegetación exuberante.

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Servidor con su amiga A_Cooper y Lara, su perra. Junto al río donde nos encontró Celeste

Luego Celeste, aquella niña de nueve años –casi diez- de pelo castaño claro, ojos de miel y nariz respingona, que más perecía una ninfa parlanchina, nos contó mil cosas. Su madre es alemana pero nació y vive en Sudáfrica; su abuelo sigue viviendo en Alemania, de hecho, este invierno –nos cuenta Celeste con ojitos de ilusión- irá a la segunda boda de su abuelo materno. Y también tiene tíos en Canadá y en el Himalaya... y otros abuelos en Almería.

Pero Celeste no conoce Sudáfrica, ni Alemania, ni Almería, ni Canadá, ni el Himalaya.Celeste vive con su padre en una pequeña aldea de la Terra das Meigas. Que es una aldea de viejas casas y hórreos de granito, con paredes salpicadas de almohadones de musgo y huertos que ofrecen repollos y cachelos. Y también hay vacas, cada vez menos, que dan leche y comen maíz tierno y pasto de los prados de manzanilla. Pero sobre todo, en la aldea de Celeste hay viejos.

Pero Celeste, a pesar de lo pequeña que es su aldea, vuela lejos... se ha leído todos los libros de Harry Potter, pero ¡mecachis!, le falta el segundo. Entonces A_Cooper le cuenta que también está separada del padre de su hija, que es un poco mayor que ella, y que si quiere le presta el segundo de Harry Potter. Los ojitos de Celeste dan una llamarada. A estas alturas ya todos estamos prendados de esta ninfa... pero A_Cooper y ella se miran más.

Fue entonces cuando Lara, la perra de mi amiga A_Cooper, tan torpe y tan juguetona como es, le rompió de un mordisco la camiseta a Celeste.

- ¡Uy! Cuando lo vea mi padre –dijo risueña

- Bueno, no te preocupes – contestó A_Cooper –dile que venga a vernos y yo se lo explico, ya verás como no te riñe.

Ese día el padre de Celeste ayuda a unos amigos músicos a montar los equipos. Y le vemos llegar escuchando las explicaciones de su hija. Es un treintañero fibroso, bien parecido, de pelo largo recogido en una coleta, barba recortada y tatuajes en los cuadriceps. Y fuma con deleite un porro recién encendido. Enhorabuena, tienes una hija encantadora y habladora... le digo.

El padre de Celeste acaba de comprar una casa en ruinas, de esas robustas casas de piedra tan apreciadas. La reconstruirá porque se dedica a eso: a recuperar casas rurales.

- Pues para hacer eso que pretendes necesitarás el proyecto de una arquitecta, me temo- le explica mi amiga, la arquitecta A_Cooper.

No sé lo que pasará, pero cuando se intercambiaron los móviles, él sonreía nervioso y ella temblaba tanto que apenas podía pulsar las teclas...

...es que ella es así de enamoradiza.

(¿Continuará?)



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