lunes, 18 de junio de 2007

Vaticano versus Amnistía Internacional

El mismo día que Acebes pretendía usar muertos españoles contra otros españoles, el estado del Vaticano, que de momento sigue siendo el único estado teocrático de occidente –que ya es anacronismo-, pedía a los católicos del mundo, y a las organizaciones vinculadas a la iglesia católica, que no colaboren económicamente con Amnistía Internacional (AQUÍ la noticia)... ya sabéis AI es esa Organización No Gubernamental que trabaja para que se respeten los derechos humanos en el planeta, y que denuncia continuamente la agresión a esos derechos mínimos... es la ONG que realiza labores de investigación y actúa de forma práctica para impedir los abusos (recuerdo a bote pronto cómo contribuyeron a impedir la lapidación de mujeres adúlteras en Nigeria..), vengan de donde vengan, incluso si los infractores son los superhéroes creadores del Campo de Concentración de Guantánamo... Por cierto, no son unos mequetrefes, con Premio Nobel de la Paz.

FALTA FOTO
Amnistía Internacional es Premio Nobel de la Paz.
En la imagen, un símbolo de la violación de derechos en Guantánamo

El asunto es que desde el mes de abril, Amnistía Internacional (AI) apoya la práctica de abortos a mujeres violadas o en caso de peligro para la salud de la madre... Y este es el grave obstáculo que el Vaticano encuentra en AI. ¡Siempre la misma misoginia eclesial, el mismo horror al sexo; siempre mostrando el fundamentalismo sobre el único tipo de unión matrimonial que ellos conciben! O sea, la intolerancia del que se apropia de la verdad absoluta.

Lo cierto es que la Iglesia es coherente en su fundamentalismo y por eso, a las organizaciones que NO condenen el aborto, ¡ni agua! Hasta ahí se podrá compartir o no, pero se les entiende...

Sin embargo, uno cae en la cuenta que aquí, en España, los obispos católicos llevan años extendiendo la mano para recibir dinero público de un estado aconfesional que ha legislado sobre el aborto y en el que se aplica el aborto... Pero en este caso no le hacen ascos, y no tienen el menor inconveniente en recibirlo aunque sea de manos abortistas.

¡Poderoso caballero...!



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