lunes, 19 de marzo de 2007

Una forma de conservar

Por entonces era ministro de Defensa Eduardo Serra y pretendían poner un campo de tiro en Cabañeros, un precioso paraje natural con dehesas de encinas y alcornoques, en la provincia de Ciudad Real. Los dirigentes locales y buena parte de la opinión pública se opusieron porque a nadie le gusta que vuelen cerca de su casa aviones cargados de bombas reales... y también porque parecía una forma de destruir el entorno a fuerza de bombazos.

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Ocaso en la playa de Fadricas, en el Saco Interior de la Bahía de Cádiz

Y recuerdo que Serra argumentaba que declarar Cabañeros como Campo de Tiro era la mejor forma de conservarlo... No me lo creí. Finalmente se fueron con las bombas a otro lado y acabaron declarando un Parque Nacional en Cabañeros. Todos contentos y, una vez más quedó demostrado que la movilización popular puede a veces hacer entrar en razón al poder político.

Pero Serra tenía su parte de razón. No ya porque la zona de los bombazos sólo sería un pequeño blanco de pocos cientos de metros en un entorno de kilómetros cuadrados protegidos, si no porque ahora vemos, que cuando el volumen de los ejércitos mengua (no así su poder destructivo) aflora un patrimonio que no tiene uso para el Ministerio de la Defensa. Es un patrimonio arquitectónico y natural insospechado e inédito porque la confidencialidad militar los ha mantenido, por razones obvias, alejados de miradas ajenas y, sobre todo, de cualquier intervención.

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Pasarela que delimitaba el perímetro marítimo costero de los Polvorines de la Armada

En San Fernando, la vieja Isla de León, tenemos dos ejemplos de zonas vírgenes gracias a que el uso militar lo ha mantenido así: la playa de Camposoto y Punta Cantera. Hoy he paseado con Trufo por Punta Cantera, donde aún permanecen vacíos y sin uso los primerosAlmacenes para la Pólvora de Su Majestad. Hablamos de S.M. don Felipe V, el primer Borbón, que los construyó en ese paraje a principios del siglo XVIII. Y hablamos de su sucesor, Fernando VI, y del sabio ilustrado Jorge Juan y Santacilia, que construyeron elMuelle para la Pólvora de Su Majestad, un precioso espigón de roca ostionera que se adentra en la Bahía de Cádiz y que es prácticamente desconocido para el común de los mortales.

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Playa de Fadricas, son sus praderas de halófilas, Trufo acosando a los cangrejos y las murallas del siglo XVII al fondo.

Punta Cantera es un promontorio rocoso rodeado de murallas del XVIII y lleno de polvorines abandonados de todas las épocas... Más que palabras, invito al lector a comprobar la maravilla abandonada que existe en San Fernando

AQUÍ tres audiovisuales sobre Punta Cantera
AQUÍ la Web de los Polvorines de Fadricas / Punta Cantera
AQUÍ la web de La Heredad de Fadrique, el libro que recupera la historia

Seguro que después de ver los audiovisuales y las fotos, quedarás enamorado del lugar ...y ojalá cuando los gobernante de turno obtengan estos terrenos sepan darle buen uso.



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