miércoles, 28 de marzo de 2007

Delia

Jamás olvidamos el primer beso de amor. Puede que la vida, en la mayoría de los casos, nos lleve por otros vericuetos y encrucijadas, y acabemos encontrando en otro lugar y tiempo la verdadera pareja con la que compartir la vida… pero aquel recuerdo permanece en un rincón de nuestra mente. Desde la lealtad y el respeto que profesamos al compañero/a de la vida, nunca lo olvidamos.

Delia tenia 15 años, servidor algo más, y ocurrió en la Marina, a la altura de la calle Linares... frente al mar del Estrecho de Gibraltar. Era verano pero hacía fresco, rondaban las diez de la noche porque en 1970 las chicas de bien estaban en casa antes de las diez de la noche. No, no olvidamos el primer beso de amor... técnicamente fue desastroso, pero es verdad que la vida es distinta desde ese momento. Nunca lo olvidamos, es verdad, aunque la vida nos zarandee y nos haga recorrer caminos divergentes... conservamos el recuerdo de la personita que nos regaló el primer beso de amor.

Vamos quemando etapas en la vida, y Delia fue una de ellas. En el verano de 1970 regresé a Ceuta con melena y barba de nueve meses y la conocí en una playa de Marruecos. Me fascinó en cuanto la vi... pero ella salía con Octavio, el hermano de Adelaida y Rocío. Lo nuestro era imposible. Pero a la semana siguiente, sin que habláramos abiertamente de lo que nos pasaba, me dijo que ya estaba libre... Y estuvimos dos años juntos, descubriéndonos, fascinándonos, investigándonos, hablándonos, escribiéndonos, escuchándonos, leyéndonos, susurrándonos... y, al final, separándonos.

Sí, vamos quemando etapas en la vida. Algunos de los de mi quinta, tal vez los más afortunados, usamos los 60 para jugar a niños; los 70 nos encontró el amor en la forma de Delia, Pepe, Mari, Luis o Mariquilla; en los 80 nos casamos, y empleamos los 90 para ver crecer a los hijos... y en el 2000, con cincuenta años se nos marchan y volvemos a encontrar la complicidad total y entrañable con el compañero/a. Es en esta etapa, cuando profesionalmente ya está todo dicho, y los hijos se marchan, cuando podemos volver la vista atrás para recuperar lo que dejamos en el baúl de la vida. Y en este gesto de volver la mirada he tenido la suerte de recuperar la cercanía de decenas de niños de mi barrio... pero llegué tarde para recuperar el abrazo de Coico, y eso me dolió mucho. Y siempre nos hemos preguntado ¿qué habrá sido de aquella personita que nos besó y nos enseñó que las mariposas vuelan en el estómago?

…y hoy me han explicado que Delia murió hace once años. Era muy joven, sólo tenía 41 cuando un cáncer se la llevó. Siempre he conservado el deseo de volver a verla, de oírla feliz y guapísima... eso ya es imposible. Sólo el recuerdo de Delia, aquella niña que me besó en la Marina, una noche de verano, permanece.



1 comentario:

PACO "CEUTA" -- LÁGÜELO-- dijo...

Que casualidad que este post haya saltado hoy, como recuerdo contigo en mi perfil de Facebook,estando en Algeciras acompañando a mi madre a pasar el 11 aniversario de la marcha de mi padre,y de 5 de tu segunda publicación sobre ella, la vida está llena de sorpresas.