viernes, 25 de noviembre de 2016

Historias en diferido: Se alimentan de carne humana viva

Sobre las peripecias de Alex y Yoli, cooperantes en la Comunidad Inti Wara Yassi, selva amazónica de Cochabamba.


Ya vimos cómo el imprudente Luisito se comió una cucaracha infectada de prosthenorchis y se le llenó la tripa de gusanos (aquí la historia). No pudo ser. El pobre mono capuchino seguramente soportó unos retortijones de tripa insoportables y, al final, murió.

Con la Dermatobia hominis no tienes que ser imprudente, simplemente te puede pasar si andas entre el norte de México y el norte de Argentina. Ya está. Es una mosca grande y azul, pero se deja ver poco. Vive en zonas boscosas y la hideputa ni se acerca a los humanos. Lo que hace es abordar a otros insectos alados (otras moscas o mosquitos) y les deja adheridos al abdomen unos cuantos de sus huevos. Luego el vector se posa sobre un humano para chupar su sangre (o, simplemente, como dice Alejandro, se posa en la ropa húmeda tendida y deja los huevos accidentalmente, luego cuando se pone la ropa...) y con el calor -en cuestión de pocos minutos- los huevos eclosionan y salen unas larvas ínfimas que se cuelan por los folículos pilosos, o por la herida que deja el mosquito, y se aloja bajo la piel. ¿Para qué? Para alimentarse de carne humana viva. Es tan lista, tan lista, que deja abierto el orificio de entrada para respirar y, además, segrega alguna substancia bactericida para evitar infecciones subcutáneas que le estropearían su propio festín.

Aunque lo parezca, ni vacaciones, ni relax… se curra mucho, duramente y con muchísimas incomodidades. Por la noche no duermen, mueren.

El resultado es una lesión parecida a un forúnculo gordo en torno al punto de penetración en la piel. Y ahí puede estar comiendo hasta un mes, mientras crece hasta alcanzar dos centímetros y medio… luego sale y se deja caer al suelo para proseguir su ciclo vital.

Ayer sacó Yoli dos boro-boros a dos voluntario en Parque Machía. Así llaman allí a estos gusanos. Por lo visto, la forma tradicional de extraerlos era tapar el orificio de entrada para dificultar la respiración del gusano. Luego, cuando está junto a la entrada se presiona el forúnculo hasta que la presión lo expulsa limpiamente. En todo caso, cuando se aproxima al orificio se pueden extraer con unas pinzas, con mucho cuidado y con mucha paciencia, porque se anclan fuertemente con unos ganchos, ¡y más vale que salgan enteros… porque si quedan trozos dentro, la infección posterior sería de cuidado! Yoli inyecta por el orificio ivermectina para que muera el bicho y luego se extrae con facilidad por presión.

O sea… que yo no sé.

Os dejo un video para valientes. Es una extracción de estos bichos. La víctima y la extractora bien podrían ser Alejandro y Yoli.



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