sábado, 24 de agosto de 2013

Tanto twitter y tanta opinión

A la señora alcaldesa le fastidia que los muertos de hambre puedan opinar libremente en las redes sociales.
“…tanto twitter y tanta opinión”, dice. ¡Por Dios, donde vamos a parar con tanta opinión, tan suelta y tan descontrolada ella!
A servidor le parece que no ha sido un lapsus, más bien me parece que le ha salido de lo más profundo de su alma ideológica… Le fastidia a la señora alcaldesa que exista un cauce a través del cual cualquier muerto de hambre pueda poner a caer de un burro a los reverendos prebostes municipales. Y lo dice porque ella lo vale…
Los políticos que sufrimos en este país tienen anchas espaldas. Les va en el sueldo recibir vapuleos dialécticos, que para eso se suben a un estrado público y visible. Son unas espaldas que soportan cualquier crítica con tal que sea una crítica políticamente correcta… no importa que sea dura, agria y osca. Pero la otra crítica, la que emana sin control a través de las redes sociales -que es una crítica faltona y soez porque surge a ras de suelo-, esa les duele porque supone un poder que no pueden controlar.
Las sociedades evolucionan desde los extremos, con fuerzas centrífugas, nunca desde las poltronas céntricas y acomodadas… Lo mismo pasa con la crítica que surge del propio sistema, la que usa sus cauces establecidos –parlamentos y medios de difusión en manos de los poderes financieros-. Esa es la crítica asumida, correcta, esperable. Es una crítica que justifica al propio sistema y lo apuntala. Esa crítica sirve para cambiar muy poco…
…pero la otra crítica les fastidia porque es la punta de lanza por donde se les escapa el control de la sociedad. Es una crítica no encorsetada, libre y sin ataduras. Es una crítica anterior a cualquier filtro ideológico porque nace de las propias vísceras, nace a ras de las aceras y plazas y no necesita de plataformas mediáticas ni obedece más que al corazón. Es una crítica saturada de rabia justificada porque lo establecido está en connivencia con una sociedad profundamente injusta. Una sociedad injusta que nuestros políticos no encaran con valentía.

Me parece que la señora alcaldesa (…tanto twitter y tanta opinión) ha mostrado su verdadera faz ideológica. Y, además, me parece una pésima persona.

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