miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cuestiones balísticas: El plano de la eclíptica

Desayunar con ella sigue siendo una sorpresa. No sé… entre una cosa y otra hace ya treinta y nueve años que desayunamos juntos; que la persigo por las esquinas, que me camela con historias, que me dejo convencer de lo que quiere… y, a pesar de todo ese tiempo, a veces me sigue dejando descolocado. Sí… treinta y nueve años desde que la vi en la puerta del Aula III con los ojillos risueños y su trenca azul marino.

El otro día, durante un desayuno invernal, en vez de hablar de las compras navideñas y cosas normales, se empeñó en elucubrar sobre el movimiento aparente del sol a lo largo del año… ¡Joder, quería entenderlo ahora que es abuela! ¿No es para sorprenderse?
— Pues… verás — le dije —. Tú coges la eclíptica, o sea el plano que contiene el Sol y la órbita de la Tierra. Y si te fijas, verás que el eje de rotación de la Tierra forma un ángulo de 23’5º con la eclíptica, y que, además, ese eje de rotación siempre-siempre apunta hacia la estrella Polar, que para eso es la Polar. Y a partir de ahí, tú misma (…que se me enfría el café, cariño)
¡Menos mal que llevaba uno de los bolis que me regala mi psiquiatra de vez en cuando! (El papel lo puso la cafetería)


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