miércoles, 6 de julio de 2011

Un vistazo rápido a través de la puerta

La manguera descansa en el porche, medio enrollada, como una culebra que no pueda con su alma. Y en el charquito de agua que se forma en la boca pululan unas avispas amarillas y negras, de las que mejor es tenerlas como amigas. Puede que tengan mala leche, pero son muy listas, siempre anidan a resguardo del viento que marcará el verano. Y aciertan.
Avispero a resguardo del viento de levante
Hay en el techo, detrás de la columna, un nido de vencejos. La pareja lo ha reconstruido a base de barro y saliva. Lo hacen todos los años. Esta vez parece un iglú invertido. No se asoman, pero suenan los trinos de la prole... dentro de poco desaparecerán. Son curiosos los vencejos, viven en las nubes...
El sauce que plantamos hace unos años va creciendo poco a poco… la pena es que no haya un riachuelo de aguas claras que discurra junto a él. A tres metros, el níspero no es muy grande, pero ha dado muchos frutos este año… y alguien —no sé quién será el canalla—, se los llevaba antes de madurar. ¡Ojalá le haya entrado una diarrea de las que se vuelve uno del revés!
Hay un conejo muerto junto a los geranios. Ayer estaba por aquí, desorientado y medio ciego. Los conejos mueren en esta época por culpa de la mixomatosis. Hay muchos y da pena verlos parados en mitad de la carretera sin poder huir, y sin saber dónde comer o beber. Cuando voy en coche los esquivo como puedo… pero a otros les gusta alcanzarlos con las ruedas. Por las mañanas la carretera está llena de conejos aplastados… y los carroñeros vuelan felices, como dando las gracias a esos humanos psicópatas.
El lagarto ocelado vive debajo de un macetero. Lo construyó Jesús con una jarra de munición de 40 mm. Me gusta plantar lantanas en estos maceteros de acero. Durante el invierno pasado, el lagartito vivía dentro del laboratorio, y se plantaba con descaro en mitad del pasillo para calentarse al sol. Debe ser un buen sitio donde invernar porque insectos no le faltan… y ahora es una ejemplar formidable que debe cazar ratones y culebras.
Lagartito ocelado tomando el sol en el pasillo del laboratorio
Bueno, pues ha sido un vistazo rápido, así, al pasar por la puerta… ¡no piense nadie que aquí no se trabaja!

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