martes, 2 de noviembre de 2010

En la ribera del Darro - 2

Los granaínos llaman a ese trozo Paseo de los Tristes… no sé por qué, y me gustaría saberlo. Seguro que detrás vive la leyenda del amor imposible entre una princesa nazarí enamorada de un joven cristiano; y todos los días, el entristecido joven, subía la ribera del Darro con la esperanza de verla entre las rejas del viejo palacio, donde la retenía un destino al que no podía renunciar…

Foto furtiva: La Triste Princesa del Darro

…hasta que un día, el sultán, viéndola tan triste, se apiadó de la princesa y le concedió una libertad y una condición: Podrás ver al cristiano una noche cada cinco años; pero, hija mía, a cambio deberás cumplir con tu destino, te casarás con el Visir y serás la madre de los herederos del trono.

Y así fue como, cada cinco años, en la primera luna llena después del equinoccio de primavera, la princesa bajaba a la ribera del río, y durante toda la noche, enlazadas las manos, la princesa mora y el humilde cristiano, lloraban su desdicha mientras paseaban su tristeza por la ribera del Darro…

Es que Granada —y las granaínas— tienen estas cosas, que producen ensueños.


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