lunes, 26 de octubre de 2009

La Epidemia, los Serenos y el Nazareno


En el año 1884 una epidemia de cólera asolaba varias regiones del reino. En Cádiz, para propiciar la protección de la Virgen, varias vecinas de la ciudad, y las hijas de la Asociaciónde la Inmaculada Concepción, enviaron un escrito al ayuntamiento en el que pedían que los serenos saludaran a la Virgen cuando cantaran las horas. O sea, que añadieran a la cantinela horaria un Ave María Purísima. Es decir, mientras las hijas de la InmaculadaConcepción dormían, estos buenos hombres, en lugar de agitar la campanilla y anunciar las horas, debían pregonar “Las cuatrooooo y sereeeeeno, Ave María Puríiiiisima”. Claro, poniendo a trabajar de esta forma tan sencilla a los serenos, tendrían los gaditanos más probabilidades de que el cólera tomara otros derroteros para infectar a otros españoles que se lo merecieran más. Y es que donde se ponga el sentido común de las buenas hijas de la Inmaculada Concepción, que se quiten los demás, ¡claro que sí! Ni que decir tiene que el cabildo aceptó la petición (todo sea por el bien del pueblo) y la pasó al negociado de normas y reglamentos para su estudio. Las crónicas no aclaran si los serenos llegaron a saludar a la Virgen, pero lo que es el cólera, entró en la ciudad… por supuesto.

La verdad es que siempre me ha parecido que estos intentos de pedir favores a la divinidad tenían algo de miserable. ¿Y si todos los pueblos del reino hicieran que sus serenos pregonaran el saludo a la Virgen? ¿A qué pueblo protegería entonces la buena señora? ¿A los que tuvieran mayor número de serenos en valor absoluto o por cada cien habitantes? No sé… y si un pueblo no tiene serenos porque el único estaba afónico… No. Aquí falla algo.

Pues desde entonces han pasado justamente 125 años, ¡siglo y cuarto, quillo, que se dice pronto! Y estos días me entero que aquí, en San Fernando (Cádiz – Andalucía – España), en los comienzos del siglo XXI, un grupo de vecinos, émulos de aquellas pías señoras, quiere que se nombre al Señor de la Isla Nuestro Padre Jesús Nazareno (que es una imagen de Cristo, muy popular en Semana Santa) Regidor Perpetuo de la Isla de León… con un par, sí señor. Eso equivale, aunque resulte grotesco decirlo, a que un grupo de personas pretenda que el Capitán Trueno sea nombrado Jefe de la Grúa Municipal. Y lo más asombroso es que TODOS los políticos de la Junta de Portavoces (PP-PA y PSOE) deciden hacerles caso y llevar tal sinrazón hasta el pleno del ayuntamiento.

No sé, no sé, la verdad…

Estos políticos no están de bromas, ¡que va! Argumentan que la devoción popular hacia la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno es extraordinaria y está muy arraigada en la gente de aquí, y que eso es un valor histórico y sociológico que forma parte de las señas de identidad de San Fernando como pueblo… Y a servidor se le ocurren ironías, maldades y sarcasmos muy-muy gruesos para oponer a estos argumentos, pero me los callo porque hoy no me apetece ser grosero.

Por lo que se ve, ni un solo concejal ha sido capaz de decir abiertamente que tal cosa es una auténtica estupidez, que es algo sacado directamente del medievo, y que el traje del rey no es invisible, que va en pelotas…

¡Como se enteren por ahí de lo que hacen en este ayuntamiento… qué vergüenza, pordió! ¡Que vergüenza!

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