martes, 26 de mayo de 2009

Isla de León: Tranvía & Batería (4ª entrega)

La leyenda de la placa desparecida


Este brazo de mar se llama caño de Sancti Petri. Une el océano Atlántico con el interior la Bahía de Cádiz, y convierte a San Fernando y Cádiz en una isla. Para salvarlo, los romanos construyeron un acueducto que traía agua desde el Tempul (en la actual Jerez de la Frontera) hasta Gades. Esta construcción primitiva fue el origen del puente Zuazo, que es un puente cargadiiiiito de historias y dio nombre al Logar de la Puente, sitio que fue germen de lo que sería la Villa de la Real Isla de León y finalmente San Fernando.

Durante siglos, el Puente Zuazo —que así se denomina desde finales del siglo XV porque Pedro de Zuazo era el señor feudal del Logar de la Puente— fue el único enlace terrestre de las Islas Gaditanas con el resto del continente. Debidamente abaluartado y artillado, fue un paso imposible para los atacantes de toda condición. Esta situación, y un entorno de marismas inundables y fangos, hicieron que San Fernando y Cádiz fueran inexpugnables por tierra.

El 4 de febrero de 1810, el duque de Alburquerque, con el general Soult pisándole los talones, logró atravesar el puente con los restos del ejército de Extremadura. Gracias en parte a estos hombres se pudo disponer la defensa San Fernando y Cádiz, único bastión libre de la dominación francesa durante dos años de asedio...

En la cabecera del puente, ya en suelo de San Fernando, el ayuntamiento de la ciudad colocó en 1914 una placa de mármol que recordaba esta circunstancia. Decía la leyenda:

«Aquí fue el límite de la España libre. En este histórico puente las brigadas de Artillería e Infantería Real de Marina y Fuerzas Navales y del Ejército al mando del capitán de navío Don Diego de Alvear y Ponce de León, con su heroísmo y valor, rechazando los ataques del Ejército francés desde el 10 de febrero de 1810 al 25 de agosto de 1812, hicieron de estas piedras venerables el último baluarte de la independencia española»

Pero en una de las remodelaciones —que consistió, evidentemente, en la destrucción de las venerables piedras que cerraban el puente en la parte isleña— esta placa de mármol desapareció con impunidad… —afortunadamente, en 2007 las autoridades colocaron una réplica—.

Sí… este pueblo también es contradictorio (recuerdo ahora a mi amiga África, que dice de Ceuta exactamente lo mismo) ...por un lado reconoce lo valioso y singular de estas piedras, y por otro lado no pelea para evitar la muerte de los baluartes que aún permanecen en pie...


La batería Nueva de Alburquerque atraviesa aviesamente en el trazado del tranvía... ¡mecachis!

26 de Mayo de 2009

Las obras del tranvía Chiclana - San Fernando – Cádiz siguen amenazando la batería Nueva de Alburquerque, una de las rodeaban la cabecera del Puente Zuazo. A un lado y otro de las venerables piedras avanzan las máquinas, apisonan el suelo, añaden materiales, clavan estacas… Ya sabemos que no son unas ruinas extraordinarias, sólo nos defendieron contra el invasor francés y propiciaron que los diputados hicieran nuestra primera Constitución, sólo eso. ¿Enterrarán finalmente los constructores de tranvías la historia de la Isla de León?

Es triste… no sé cómo lo hacen, pero quedan pueblos que no acaban de aceptar el enorme valor de su propia historia como alma común. Un tranvía lo construye cualquiera, pero baluartes como la batería Nueva de Alburquerque son únicos e irrepetibles. Los que se cruzan de brazos y permiten estas cosas son pueblos vulgares y tristes…



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