jueves, 9 de abril de 2009

El salchichón de Mamen

Córdoba huele a azahar. Es asombroso. Todas las primaveras, cuando florecen los naranjos y los patios comienzan a explotar rebosantes de flores, la Ciudadde los Califas estalla en una maravilla, nos deja con la boca abierta...

Cuando viajo a Córdoba suelo ver a Dolorcita, mi sobrina política preferida. Dolorcita es una vieja conocida de los lectores de este blog... de hecho, hace unos días nos reímos mucho recordando la última historia que me contó (La sobrina que quería ser mamá) y, aprovechando que estaba comunicativa¾cosa que no siempre ocurre¾ me contó la historia de su amiga Mamen y el salchichón, una cosa de cuando viajaron a París, de mochileras...

...la verdad, tío (me dice tío, pero de parentesco, no de coleguitas), es que Mamen es un encanto de tía y la quiero un montón, pero es un poquillo agarrá, para qué vamos a decirlo de otra manera. Y antes de viajar a París ¾qué bien lo pasamos,¡aypordió!¾para que resultara más barato, compramos la comida en el Mercadona... ya sabes, embutidos cortados y envasados al vacío, y cosas así... y cuando Mamen vio que una tripa de salchichón assín de grande costaba menos que dos bandejas de rodajas, lo tuvo claro, ¡le encantó ese salchichón! Yo se lo dije:

- Vale, vale, lo que tú digas, compramos la tripa de salchichón, ¡pero la llevas en tu mochila!, que la cosa está mu chunga en los aeropuertos...

Efectivamente, tío... cuando pasaron su mochila por los rayos X, el guardia paró la cinta y se quedó mirando esa forma rara, como de explosivo plástico, y dice:

- Señorita, ¿qué lleva usted en la mochila?

Y antes de que contestara, voy y le digo:

- Nada, señor guardia, eso es lo que mi amiga se va a comer esta noche en la cama...

[Yo creo que Dolorcita soltó la maldad con todo el retintín que pudo... ¡vamos que solo le faltó guiñar al guardia civil para que entendiera mejor!]

¡No veas cómo se puso Mamen, tío! Se puso roja-roja, así toda encendida. Yo creo que no me asesinó porque se quedó sin poder moverse. Pues nada, tuvo que sacar la tripa de salchichón para que se viera que no era un paquete de explosivo plástico y entonces nos dejaron pasar... Y en París nos íbamos comiendo las bandejas de embutidos y dejando el salchichón de Mamen para lo último... y cuando nos fuimos de París, en el hotel se quedó la tripa.

- Claro, tío, ¡a saber que habría estado haciendo Mamen con el salchichón!

La verdad, yo no sé si siguen siendo amigas...



¡Ah! Por cierto, Dolorcita sigue sin novio... que lo mismo tanto-azahar-tanto-azahar está convirtiendo a los cordobeses en mariquitasucas, joder. Si Julio Romero de Torres levantara la cabeza...

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