domingo, 8 de marzo de 2009

La vida fluye

FALTA FOTO

Marta en Camposoto - San Fernando - Cádiz - España

Con catorce años, como los de Marta, pocas puestas de sol se han podido disfrutar. Para Marta las sorpresas deben ser diarias... la vida se le muestra nueva cada día.


Recuerdo que con treinta años, cuando nació Álvaro, mi primer hijo, comprendí de golpe lo efímera que es la vida... tal vez por eso me dedicara a componer las pequeñas historias familiares desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Tal vez fuera un intento de fijarla en el tiempo, recluirla en unos folios para poder poseerla. Lo hice para entender mi propio lugar. Pero, sobre todo, lo hice para ellos, para que mis hijos se sintieran parte integrante, y enraizados, en la cadena de la vida.


Y ahora, cuando me comunican que llevo trabajando diez trienios, y que en el 2012 cumpliré sesenta años y me podría jubilar... entonces, bruscamente, vuelvo a comprender que la vida fluye irremediablemente, como agua entre los dedos. Y que es verdad lo que vienen diciendo todos los compañeros que se han despedido, que la vida pasa en un periquete. El asunto es que eso me atañía directamente mientras brindaba por ellos y su nueva vida...


La mejor persona que he conocido me decía ayer la extraña sensación que tiene de ver desgranarse los días sin poder decir, mi vida ha valido para esto. Mi amigo se pregunta qué cosa dejará a la posteridad... creo que lo dice porque no se ajusta a los estándares al uso: no ha sido concejal, ni empresario, ni ha escrito un libro, ni ha un sido asesino célebre. Mi amigo solo es la mejor persona que he conocido...


Sí... la vida fluye y nos atraviesa, y nos va llenando de recuerdos al tiempo que nos hace humildes y simples... porque el mundo seguirá girando sin nosotros por muy grande que sea el recuerdo que hayamos dejado en los demás. Pareciera que en el engranaje del universo, la vida de cada hombre fuera un chispazo instantáneo e inútil...




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