sábado, 27 de diciembre de 2008

Sentimientos a flor de piel



Eres un peasso mamón, Pepito. Cuando llegué a mi barrio, Villajovita, hace de esto más de cuarenta y ocho años, ya estabas por allí, correteando detrás de las niñas... que más o menos era a lo que todos aspirábamos. Pero lo duro para el resto de los mortales (los que no nos comíamos una rosca) era comprobar cómo muchas se reían de tus atrevimientos ¡y hasta se dejaban!, peasso mamón, ¡se dejaban y se reían! ¿¡Y eso cómo puñetas se hacía!?

Claro, sería porque eras atrevido, rubio y aún te quedaba pelo... sería por eso. Y para colmo, el padre Almandoz te perdonaba todos tus pecados con apenas un avemaría y undiostesalve... porque pecar, lo que se dice pecar contra el sexto, pecabas, peasso mamón... sin remordimientos y sin propósito de la enmienda.

Y, a pesar de todo, y de todos los años, te quiero, ¿qué quieres que te diga? Así que cuídate, deja de fumar y tómate la medicación, peasso mamón...




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