martes, 1 de enero de 2008

Micromomentos cotidianos: Laura y el cava catalán

Laurita se ha puesto tetas nuevas. Las tenía pequeñas, ¿quién sabe?, tal vez eran como dos pimientos fritos. Pero ahora Laurita está mejor con sus par de domingasincansablemente enhiestas... y se ha echado un novio norteamericano, blanco, anglosajón y protestante, que, además, es guapo el tío. Cuando el euribor subió más de lo esperado, Laurita lo metió en una habitación de su casa, como inquilino, para que ayudara a pagar la hipoteca... y acabaron enamorados. Se llama Willian y lo he conocido ahora, en la primera madrugada del 2008.


Él tomaba cava catalán –que no tiene manías anticatalanas como algunos nacionalistas españoles que luego se quejan de que los catalanes no quieran vivir con ellos- y servidor una copa de anís. Ha sido muy divertido... porque recibí de mi hijo un mensaje que decía:

”No siempre lo justo es lo correcto, porque si, por ejemplo, te meten el dedo en el culo, queda justo...pero no es lo correcto”.

Lo divertido ha sido ver como Laurita se las ingeniaba para explicar el dilema al americano, y como la cosa no marchaba porque algo pasaba con los campos semánticos de justo (que queda apretado) y correcto (que es justo de justicia), Laura, la madre de Laurita, que es menuda a sus 55 años, y rubia como los trigos, acabó metiendo un dedo en la botella de cava, como si la follara por el gollete...

- Justo, Willian, justo. ¿Ves? Apretadito.

Nos reímos bastante de la osadía... pero, luego, cuando no pudo sacar el dedo, fue la rehostia.



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