jueves, 20 de septiembre de 2007

Por si me preguntan

Como servidor es muy cortito de reflejos, más vale que tenga preparada la respuesta por si alguna vez me preguntan por la calle para alguna tele…

¿Qué opina usted de la nueva asignatura Educación para la ciudadanía?


¡Ah! Pues mire usted, me parece muy bien porque, según he leído en el texto que la desarrolla, pretende difundir los valores que emanan de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Constitución Española, que a su vez encaja con los primeros… (AQUÍ el texto completo de la ley) …y a servidor, eso le parece muy bien, es más, me parece que difundir esos valores es algo que nos debe alegrar porque son los valores mínimos que deberíamos abrazar los habitantes del planeta. Es decir, unos valores en los que todos nos veamos reconocidos porque un estado democrático no puede ni debe enseñar a nuestros hijos valores estrechos que discriminen a otros… y eso es precisamente lo que enseñan las religiones que se consideran verdaderas: que son las únicas poseedoras de la Verdad, y los demás (infieles, apostatas y descreídos) estamos en el error… ergo hemos de ser salvados, aunque no queramos, imponiéndonos una moral particular, en este caso católica, apostólica y romana. Pero eso precisamente es el germen de la más feroz intolerancia… creerse en posesión de la auténtica moral posible, e intentar imponerla por encima de los cauces democráticos al común de los mortales es una cosa muy peligrosa, y la historia nos enseña ejemplos terroríficos. Mis hijos no han mamadoesto, entre otras cosas porque no han sido adoctrinados por sacerdotes de ninguna religión verdadera.

O sea, hablar de solidaridad con los más débiles, respetar a las minorías, defender a los oprimidos, aceptar al diferente como sujeto de los mismos derechos y deberes, etc., todo eso no debería estar cuestionado por nadie, y si alguien lo hace —los detractores de la Educación para la Ciudadanía (sectores de la iglesia carcatólica, ultraderechistas y opositores políticos amorales)— es porque son pelín intolerantes o se mueven por intereses aviesos, y, en mi modesta opinión, dignos de ser señalados como tales para que todos sepamos a quienes nos dirigimos.



Hace varios días oí al obispo de Málaga decir que la EpC era una asignatura innecesaria porque ellos (se refería a su iglesia, por supuesto) llevan años educando a ciudadanos en las clases de religión… Pero eso es falso, y el señor obispo lo sabe, pero aún así lo dice y lo propaga. Es falso porque en las clases de religión católica NO se forman a ciudadanos, simplemente se adoctrina. La jerarquía católica no puede dar lecciones comportamiento democrático, ni en el púlpito ni en las aulas; podría, en todo caso, propagar la tradicional misogínia de la Iglesia; podría explicar su doctrina homófobica y hasta cuestionar el evolucionismo… vamos a decirlo claramente de una vez por todas: la Iglesia NO lleva años educando a ciudadanos en las clases de religión porque la religión católica utiliza la irracionalidad como base del conocimiento, inculca el germen de la intolerancia, enseña a obedecer y aniquila la aptitud crítica…

…y lo saben.



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