jueves, 9 de agosto de 2007

Será legal, pero no hay derecho

Mi padre, mi suegro y la inmensa mayoría de lo varones mayores que conozco —digo varones porque nuestras madres y abuelas no contaban para mucho y se dedicaron a servir al marido y a los hijos, pero eso no era trabajo—, se pasaron toda su vida trabajando para, al final, tener escasamente una casa y un coche… Y aún estos fueron muy afortunados porque los hay en España y en cualquier lugar del mundo, mucho peor tratados por la vida.

FALTA FOTO
Playa de los Alemanes, en Zahara de los Atunes (Barbate-Cádiz-España)
La foto está lanzada desde el Faro de Punta Camarinal.

Y, del mismo modo, todos conocemos a algunos seres privilegiados capaces de construir una casa en una playa del paraíso, a pocos metros de la mayor pleamar… para habitarla escasos 15 días al año. Esa casa en concreto, la del círculo rojo, rodeada de un impenetrable vergel, situada en la llamada Playa de los Alemanes, en Zahara de los Atunes (Cádiz-España), podría pertenecer perfectamente a un escritor de éxito como J. J. Benítez; o a una cantante de nariz repetidamente operada como Paloma San Basilio; o a un hijo o sobrino de un nazi alemán escapado por piernas al final de la 2ª Guerra Mundial y refugiado bajo el regazo de Franco en esta recóndita costa… estoy seguro que cualquiera de los citados, y las decenas de propietarios que le rodean, son personas exquisitas en el trato, cultos, respetables y civilizados, incluso trabajadores en lo suyo.

Pero también estoy seguro que estos hombres no han trabajado, ni se han esforzado, ni la décima parte de lo que trabajó en su vida (p.e.) mi amigo Lía-Lía —y cuando se dice Lía-Lía, se podría decir de miles de otros hombres—…

…este homo sapiens venido a menos no sabe cómo decirlo con corrección, pero tenemos asumido como normal algo que es muy indecente: la desigualdad y la falta de oportunidades; la avaricia personal amparada por la ley; la injusticia de un sistema que reparte muy mal la riqueza; el culto exagerado a la propiedad; nuestra permisividad para que la economía y el mercado gobiernen nuestras vidas; la comodidad de olvidar la revolución necesaria y siempre pendiente…

Será muy incomodo y muy inquietante, pero en justicia tal vez deberíamos plantear otra revolución que racionalice la conservación del planeta y busque de nuevo algo parecido a la justicia entre personas y naciones. ¿Quién se apunta?

Je, je, je… Mu bueno lo tuyo, pishita. Mu propio… pero para empezar, defíneme justicia, porfa… a ver si empezamos a aclararnos. Pero, además, homo sapiens echao a perder, deberías explicar que lo expuesto es una cuestión de grado, y que otros podrían ponerte a tí -habitante de un bonito unifamiliar- en el lugar de la casa del círculo rojo... todo es cuestión de distancias, machote. Me parece que hoy te has lucido.

Fdo: Alter Ego



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