lunes, 27 de agosto de 2007

Definamos España

Espinoso tema. Seguramente ya habré dicho por algún lugar que, en mi opinión, no deberíamos imponer a los demás ni nuestras banderas ni nuestra idea de patria. Entre otras cosas porque no todos los que vivimos en un territorio tenemos la misma percepción sobre lo que sea tal concepto, sentimiento o idea. Y si aceptamos esa diversidad de percepciones, en este caso, ¿quién es el guapo que define e impone a los demás conciudadanos SU sentimiento patrio como de obligado cumplimiento? Porque los sentimientos no son argumentos para razonar nada... en todo caso valen para los que los comparten (sentimientos o intereses monetarios, claro), y sólo para ellos.

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¿Cuál es el territorio de la nación española?

Me han hecho pensar las palabras de José Manuel, interesantísima persona que comienzo a conocer, cuando apela a defender la unidad territorial como uno de “los pilares básicos de la nación española”. Porque no tengo claro qué cosa es la nación española. Sin duda no es aquella territorialidad cristiana de los visigodos, ni la unidad política de los reinos católicos peninsulares que diseñaron Isabel y Fernando; la nación española tampoco debe ser –digo yo- la consecuencia de la abolición de fueros y leyes propias de los reinos ibéricos que ocurriera con Felipe IV y posteriormente en el reinado de Felipe V; tal vez sea la nación del XVIII, pero no aquella España Una Grande y Libre que nos enseñaron desde los estrados y púlpitos. Es posible que tampoco sea la España de las Autonomías que nos ha servido para convivir en los últimos lustros... porque el debate está vivo, los estatutos de autonomía están adecuándose a la nueva situación y las intenciones separatistas siguen vivas. ¿Por qué?

Seguramente porque las mismas razones/sentimientos patrios usados para defender la nación española existen para defender la nación catalana, la patria galega o euskalerría... lo bueno de todo esto es que por fin hemos conseguido en España un sistema político en el que es posible defender todas estas cuestiones. Por eso –por muy antipático que a los andaluces nos caiga- Carod Rovira puede defender la independencia de Cataluña desde dentro del sistema. Y lo mismo hacen los independentistas gallegos. Los que interfieren de mala manera en este asunto son los asesinos descerebrados de ETA, que buscan la independencia del País Vasco a bombazos... ¡flaco favor hacen a la causa vasca!

Lo que falta ahora es que los españolitos de a pie nos acostumbremos a la disparidad de pareceres y que un andaluz poco tiene que decir sobre lo que sienten y quieren los catalanes. Y si el derecho a la autodeterminación de los pueblos de España no está recogida en la Constitución, tarde o temprano deberá estarlo... Y esto no es nada raro, también en Canadá, en el Reino Unido y en Bélgica (entre otros) existen tentaciones separatistas que tiene todo el derecho a existir y a manifestarse...

No. No me gustan las patrias cuando se usan para defender según qué valores frente a otros valores porque nadie es mejor, ni tiene más derechos, por haber nacido en un lugar.

Seguramente, a la larga, en el Estado Español sólo deberán convivir los pueblos, las regiones, las realidades nacionales o las naciones que quieran, los demás deberán irse... ¡lo que no sé es adonde!



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