martes, 7 de agosto de 2007

Cuando alzan el vuelo

Nos pasamos la vida enseñándoles a volar. Y cuando alzan el vuelo y regresamos al nido vacío percibimos que NO han sido suficientes las palabras habladas. Siempre nos queda la última, atrancada en el corazón, apenas esbozada y siempre pospuesta para mejor ocasión… y con el batir de alas, con la ráfaga del vuelo, en el aire se desvanece un abrazo pendiente, algo más fuerte que el anterior, para cuando vuelvan.

FALTA FOTO
Ibis Eremita oteando el horizonte desde la playa (Sierra del Retín) La foto es de Alex

Y nunca tendremos la seguridad de haberles enseñado la mejor derrota, el mejor rumbo… porque el horizonte que teníamos para ellos —lo que sería su punto de partida— era amplio y con referencias confusas.

FALTA FOTO
Proyecto Eremita. Ibis en la playa del Retín. La foto es de Alex

A estas alturas de la vida, nuestro vuelo ya es rasante, de horizonte próximo… pero el de ellos es alto y alcanzará la misteriosa línea que cae más allá del viejo barco…

FALTA FOTO

Nada es eterno en nuestro concepto. Inevitablemente quedaremos en el camino como una etapa. Y el impulso de su vuelo nos apegará a la tierra… pero verles volar libres y felices será nuestra máxima conquista.




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