domingo, 5 de agosto de 2007

Crónicas de unas vacaciones caseras: Reflexión Ratzinger

Aunque servidor ya no esté de vacaciones -¡alguien tiene que sacar adelante a este país!-, sigue uno en agosto con la misma sensación de relax. Y sin que sirva de precedente estoy de acuerdo con el Papa cuando dijo que para los católicos las vacaciones era un buen momento para "relajar el físico y nutrir el espíritu con oración y meditación". Tiempo hay para tales menesteres, es la verdad, pero la caló -¡cagóndié con la caló!- no deja el cuerpo ni la mente para muchos trotes intelectuales.

Decía el Papa Ratzinger desde los Alpes Dolomitas que "ante este espectáculo de prados, bosques y montañas que se elevan al cielo, surge espontáneo el deseo de agradecer a Dios por todas las maravillas que ha realizado, y mostrar admiración por estas bellezas naturales que se transforman fácilmente en oración"

FALTA FOTO

Usa el Papa la admiración y grandiosidad del universo y nuestra propia pequeñez para buscar a Dios... pero el hombre la fastidia cuando nos amenaza de nuevo con la realidad del infierno. ¡Que sí, que sí, que existe y es tan real como mi última meada! Así que ojo, y a obedecer al episcopado, porque de otra manera nos vamos derechitos al infierno para toda la eternidad.


A veces este hombre resulta bastante pueril en sus deseos de volver a Trento, a Pio IX y su Sillabus... Bueno ¿y qué? ¿Por qué habría de importar esto a un insignificante homo sapiens venido a menos que se dice apóstata y ateo? ¡Que cada cual crea en lo que quiera que pa eso son sus creencias! ¿no?

Pues me importa porque las religiones monoteístas no permanecen en sus templos y son machaconamente proselitistas y tratan de inmiscuirse en mi vida, influir en las leyes de mi país para que su moral irracional quede por encima de la ley y la moral ciudadana, y porque complica peligrosamente las relaciones entre naciones... y lo emponzoñan todo con su mensaje de intolerancia que es común a todas ellas. Intolerancia que es inherente a su condición de religión revelada por su Dios y, por tanto, única y verdadera. ¡Dios no puede estar equivocado, y, por tanto, los demás, es decir, los infieles están en el error!

Ratzinger nos invitaba a buscar a Dios en las montañas nevadas de los Alpes... servidor os invita a buscarlo aquí, en la praxis de estas religiones monoteístas aparentemente bondadosas y civilizadoras:



...y tampoco iría mal buscar a Dios en las imágenes del post anterior...
¡Y una muñeca Chochona para el que lo encuentre!



No hay comentarios: