lunes, 20 de agosto de 2007

Crónicas de unas vacaciones caseras: agostando agosto

Tengo amigos que ahora mismo –agosto de 2007- están caminando hacia Santiago. Él, ella y sus dos hijas. A primera hora de la mañana les llegará el aroma de los bosques gallegos, que es fresco y alcanza el último rincón de los pulmones, y lo invade todo de ligereza. Ese deberá ser el aroma de alma gallega que les irá invadiendo y les hará olvidar el resto de la realidad.


Hoy les he dicho a mis amigos, los que caminan ligeros de equipaje buscando la siguiente zancada: “Seguramente hoy vuestra realidad se centra en el siguiente paso. Pero hay otros mundos... y el más bello se abre al final de la siguiente cuesta...”

...hace tres años lo hicimos mi compi de la vida y servidor. Comenzamos los pasos donde comienza Galicia. Y cuando se camina por esa tierra de meigas, con tu mundo reducido a lo que cabe en la mochila, Galicia se vuelve mágica y hasta el heno fermentado y las bostas de vaca cobran vida propia, y es una vida que agrada. Vivir de tu mochila te hace comprender lo inútil de la mayoría de las cosas y lo importante que es dar un paso, aunque sea pequeño, hacia la dirección que consideras correcta...

“Es cierto que lo importante no es el sitio al que viajes, lo importante es cómo se hace el camino y comprender que cada paso modela tu vida a partir de él. Pero, sobre todo, lo importante es poder compartir tu camino con un buen compañero... hacia Santiago o hacia cualquier sitio. Si no compartes tus sentimientos, tus ideas, tus alegrías y tristezas de poco vale poseerlos...”

FALTA FOTO
Algunos Niños Vi.Jo. en el tinglaillo del Milano. Agosto/2007

Y hablando de realidad real, en las Noches del Tinglaillo, mi amigo Carlos V, que es ATS y trabaja en la sanidad pública atendiendo a personas con pocos recursos, de vez en cuando me inyecta en vena una buena dosis de realidad. Son palabras de la vida cotidiana que vienen muy bien para que los teóricos de salón virtual pongamos los pies en el suelo y nos dejemos de ínfulas revolucionarias que arreglan el universo... y me cuenta Carlos V la cantidad de personas que conoce y trata; ancianos completamente solos, sin recursos y sin atención familiar que sobreviven a un paso de nuestras casas. Son sus viejitos, la mayoría de las veces más necesitados de una rato de charla que de una atención sanitaria. Y me cuenta que son bolsas de marginalidad incrustadas en el corazón mismo de numerosas ciudades españolas. Barrios que en numerosos aspectos viven al margen NO YA de la ley, si no al margen de la realidad pintada en los telediarios o en las estadísticas que dibujan a un país... la realidad llana es que hay demasiadas personas solas; demasiadas familias en las que todos los miembros malviven gracias a la pensión del viejito; jóvenes sin expectativas que están a un paso de la marginalidad si no dentro de ella...

Y cada vez que le escucho me doy cuenta de la debilidad de cualquier teoría frente al estacazo que representa la realidad de sus viejitos y del mundo en el que viven... No hay que irse lejos para encontrar terceros mundos, mi amigo Carlos V los visita todos los días en el centro de su ciudad, en el Sur de España.



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