miércoles, 4 de julio de 2007

La carga de la prueba

Cuando este país era la avanzadilla de la ortodoxia católica —tiempos en los que la Santa Inquisición se enseñoreaba del país—, las mujeres acusadas de ser brujas tenían que demostrar que no habían tenido tratos con el Maligno. Y si no eran capaces de demostrarlo podían ser condenadas incluso a la hoguera... —y uno se pregunta: ¿Cómo puñetas se demuestra que uno no ha tenido tratos con algo que sólo existe en la mente calenturienta de un descerebrado inquisidor?—. El acusador simplemente acusaba al fulanito/a de turno de ser hereje o bruja, incluso se admitía una acusación anónima, y tal acto era suficiente para determinar la culpa del pobrecito de turno. O sea, ya era culpable, y lo que procedía entonces era demostrar su inocencia…

FALTA FOTO

Afortunadamente, desde 1789 la presunción de inocencia figura en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano; y, por supuesto, también queda recogido en el apartado 2 del artículo 24 de nuestra Constitución/1978: “…asimismo todos tienen derecho… a la presunción de inocencia”.

Uno pensaba que ya teníamos esto superado y que la presunción de inocencia —o sea, que cualquiera es inocente hasta que el juez, y sólo el juez, dice lo contrario— lo teníamos asumido… de hecho estamos jartitos de escuchar por la tele lo de presunto tal o presunto cual aunque hayan pillado in fraganti a un sujeto clavando un cuchillo jamonero en otro sujeto.

Pero, ¡Madre del Santísimo Cristo de las Ánimas del Purgatorio!, ayer, en el Congreso de los Diputados, sacrosanta cuna de nuestras leyes, durante el Debate sobre el Estado de la Nación, el señor Rajoy acusó al señor Zapatero de mentir sobre el abortado proceso de pazcon ETA, y añadió que el señor presidente debía enseñar las actas de las reuniones con ETA para probar su inocencia…

Pasemos por alto la malvada estupidez de pedir luz y taquígrafos a un asunto que debe inevitablemente discurrir en silencio y a oscuras… ¡y que tanto gobierno como oposición así lo deberían considerar! Es decir, estoy llamando malvada estupidez a que el PP use el terrorismo para erosionar al gobierno, que es lo único que se les ve hacer.

Pero ahora me interesa destacar que para el señor Rajoy, vale de nuevo una simple acusación sin pruebas para establecer la veracidad de su acusación… y que sea el acusado el que deba probar su inocencia. ¡Eso es invertir la carga de la prueba y lo demás son pamplinas!

Lo que hace esta oposición es inaudito. ¡Ojalá! las urnas se lo hagan pagar de nuevo, y ¡ojalá! la oposición que surja sea realmente leal con las instituciones.

No hay comentarios: