jueves, 26 de abril de 2007

Mi gente sorprendente: Álvaro

Cada día me sorprende lo fácil que es hablar y ver a Álvaro. Álvaro es mi hijo mayor y anda por Alemania, en un pequeño pueblo llamado Cottbus. Allí tienen una universidad tecnológica y él dice que está aprendiendo alemán y estudiando ecologismo con una beca Erasmus que apenas llega a 1000 euros en el año... Mi otro hijo, Alejandro, el de los bichos, anda por Sevilla, haciendo biología, y nos vemos con más frecuencia por aquello de la cercanía.

FALTA FOTO

Por las noches nos reunimos en torno a la pantalla del ordenador portátil, él en Alemania y nosotros en España, y hablamos a través del messenger, ese maravilloso invento. ¿Quien dijo que esto de internet era algo frío y deshumanizado? Mentira podrida... y, además, barato: no cuesta más de lo que ya tenemos pagado.

De momento le han preseleccionado para recibir una beca-güena de investigación (así la llama él porque essufi para vivir sin ayuda paterna) Y dentro de pocos días le harán la primera entrevista de su vida... yo le digo que tiene que dar buena impresión, es más, que tiene que encandilar a la entrevistadora, una catedrática de patología agroforestal (...y encandilar a una cosa de esas tiene que ser complicado) Y le digo que lo tiene crudo con esa pinta, y que mejor sería hacerle un repasito para darle una apariencia estéticamente más aceptable y decorosa...

Pero él dice que el arreglo ya se lo hace él, y que nos dejemos de tonterías. Y tiene razón porque -no es porque sea mi hijo- pero Álvaro encandila a pesar de esos pelos.

¿Qué quereis que diga un padre?

...¡pues anda que la madre!



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