miércoles, 21 de julio de 2010

La mujer de platino


Oxaliplatino se llama. Es un veneno que inyectan a la mujer de melena cortita y pelo castaño que descansa en el sillón. Él la suele llamar Rubia. Rubia, esto… Rubia, lo otro… ¡Rubia! ¿Tú te acuerdas…?

— ¡Pero si no es rubia! — Le suelen decir los amigos

— Bueno, pero yo la veo rubia platino, ¡joder! — contesta su hombre —. Como a Marilyn

Un día —hace ya unos años— por el pasillo de un hospital, un mozo conducía una cama con paciente incluido. Y lo hacía con tal dificultad que en la maniobra a punto estaba de aprisionar contra la pared a la rubia de pelo castaño… así que su hombre le avisó sin contemplaciones:

— ¡Rubia, puñetas, quítate de ahí que te va a aplastar!

La rubia de pelo castaño ni se inmutó, pero una desconocida, rubia verdadera ella, que estaba a su lado, se dio por aludida y dio un salto que hasta el hombre se tuvo que disculpar:

— ¡Uy! Perdona, mujer, que no te lo decía a ti, se lo decía a mi mujer… ya sé que no es rubia, pero se lo decía a ella… — No se sabe si le creyó.

Sí. Oxaliplatino se llama el veneno… pero ahora el hombre la ve, con más razones todavía, más rubia platino que nunca.


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