viernes, 19 de febrero de 2010

La crisis o el arte de comprar y vender humo

Circula por Internet una especie de timo para explicar la crisis a los homo sapiens venido a menos... o sea, a los que solo entendemos las cosas si nos las ponen muy facilitas. Lo copio, lo corrijo un poquito y lo pego, por si sirve de algo. Dice...

Un señor comerciante se dirige a una aldea y ofrece a sus habitantes comprar cada burro que tuvieran a 100 euros. Como era una buena oferta, parte de los aldeanos vendió sus animales.

Al día siguiente mejoró la oferta: ofrecía 150 por cada burrito. Y, en consecuencia, otro tanto de la población le vendió los suyos.

A continuación ofreció 300 euros por cada burro. Y entonces el resto de la gente vendió los últimos burros. Al ver que no había más animales en la aldea, ofreció 500 euros por cada burrito y dejó hablado que los compraría a la semana siguiente. Y dicho esto, se marchó.

Al día siguiente mandó a su socio —evidentemente, nadie sabía que lo era— a la misma aldea con los burros que había estado comprando, y los ofreció a 400 euros cada animal. Ante la posible ganancia de la semana siguiente, los aldeanos compraron los burros a 400 euros. Y quién no tenía el dinero lo pidió prestado. Más aún, compraron todos los burros de los pueblos cercanos.

Como era de esperar, ambos comerciantes desaparecieron para siempre jamás, y allí quedó un pueblo endeudado, lleno de listos y lleno de burros devaluados.

Yo es que me quito el sombrero. Es una estrategia perfectamente darwiniana. ¡Eso se llama adaptación al medio y supervivencia del más apto! Los compradores de burros usan estrictamente las reglas del juego, propician una situación —crean una expectativa arriesgando un capital— y dejan que la condición humana haga el resto. Podríamos pensar que la trampa está en la mala fe de los mendas… ¡pero es exactamente la misma que demuestran los aldeanos!

Si a lo anterior se le llama picaresca y es propio de bribonzuelos (que hasta pueden caer simpáticos), lo siguiente es una práctica habitual de los mercados, propia de bancos y especuladores, para sacar/ganar dinero de la nada, ¡literalmente de la nada! Dicen los que saben de estas cosas, que comportamientos como estos son los que han provocado la crisis que soportamos. Cuando me explicaron esta maniobra se me puso cara de idiota y luego me apunté a la próxima revolución… porque, por mi madre, hay que hacer otra revolución, a ver si esta vez funciona...

La cosa ocurre cuando la bolsa está bajando —y si no baja, ya se generarán los miedos, comentarios y sospechas para que baje—. Entonces el agente especulador se dirige a un banco y le alquila un lote de acciones por una cantidad fija… o sea, me prestas 10.000 de tus acciones y dentro de 30 días te las devuelvo y te ganas en la maniobra, pongamos, 100.000 €. Como las acciones están bajando, el banco no arriesga nada, dentro de 30 días las volverá a tener a su disposición, valgan lo que valgan en ese momento, o, en el peor de los casos, el agente especulador pagará con creces su osadía.

El agente especulador las vende inmediatamente a, pongamos, 100 € cada acción, y se encuentra con un millón de euros en efectivo. La siguiente maniobra consiste en esperar tranquilamente, y a los 20 días, como la bolsa está bajando, cada acción vale, pongamos, 60 euros. Es entonces cuando las vuelve a comprar empleando 600.000 €. Simplemente ha ganado 400.000. Le paga sus 100.000 al banco y se guarda 300.000 para pipas y chicles…

¡Servidor, de paguita minúscula a final de mes, os juro que alucino! ¡Pero esto cómo va a ser! ¡Esto no puede ser…! Esto es como violar el primer principio de la termodinámica; esto es crear energía de la nada, es hacer que las piedras caigan hacia arriba… es crear dinero donde no lo hay, es como darle al manubrio de fabricar billetes… En mis cortas luces ¿esto no es generar inflación?

No sé… la economía, los mercados, la pulsión de ganar más y más dinero, la continua huída hacia el precipicio… no deberían gobernar la vida de los hombres.

Ya que no es posible inventar otro sistema -eso parece-, podríamos hacer que esta mierda de capitalismo sea más racional y más humano... Deberíamos ser capaces de poner un poco de seso en esta locura, ¿no?

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