domingo, 15 de noviembre de 2009

Fotos furtivas: Luz en Cabo de Gata


Noviembre de 2009. Llevo días fascinado con la luz del Cabo de Gata. No se me olvida. En Noviembre, el sol de mediodía queda bastante tendido y las horas de luz van menguando; a las seis de la tarde ya es prácticamente de noche… pero la luz de los días es fascinante por lo dura, lo intensa, por las sombras tan marcadas, por los perfiles que dibuja y por lo diáfanos que quedan los objetos. Y también por lo colores que extrae de los paisajes…que deja la mar azul turquesa en el fondo, y convierte la orilla en cristal líquido y transparente. Y los acantilados de oolitas nos los ofrece blancos como la harina, o negros cuando son rocas de viejos volcanes… No sé, esa luz es especial, pero ¿cómo se explica si servidor no es Sorolla ni Velázquez?

Dice mi compi de la vida que cuando nos conocimos yo le contaba que la luz de Ceuta era fantástica; que era una luz ligera, que se respiraba por los poros de la piel hasta hacernos flotar... le decía que ya quisiera Sevilla tener la luz que podíamos disfrutar en Ceuta. Y ella pensaba que servidor estaba colgao, que la luz es la luz en Ceuta, en Sevilla o donde sea menester. Pero conforme han pasado los años se ha dado cuenta del matiz…

No sé explicarlo correctamente. ¿Por qué es diferente una luz de otra? ¿Es la luz o es lo que percibes? ¿Es la soledad del observador o la compañía lo que determina la fascinación? No sé, al margen de la explicación científica -que la tiene-, estas cosas se expresan mejor con poesía... por eso no puedo.


…no sé, por más que miro las imágenes no alcanzo a comprender...



...por qué me fascina la luz de Noviembre en Cabo de Gata...

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