lunes, 28 de abril de 2008

Regresan


He compartido un ocaso con Álvaro, y hemos hablado de lo bello que era el momento y el lugar. Álvaro es joven. Tendemos a pensar que a los jóvenes les cuesta mostrar cierta sensibilidad... pero este no es el caso. Álvaro acepta ir con sus padres a caminar y buscar el mejor enfoque para fotografiar una puesta de sol. También me ha regalado un libro de Francisco Mora (El científico curioso) Lo compró en la feria del libro de Granada y ahora lo comentamos, y nos maravillamos de las mismas cosas...

...ya no es el adolescente que descubrió un día que sus padres son vulnerables, que no lo podían todo y que no entienden nada de lo que les pasa. Álvaro se marchó, como lo hacen todos los hijos de una forma u otra -física o emocionalmente- , pero ha vuelto y ahora comprende más. Todavía hablamos poco porque es así como nos relacionamos, pero somos capaces de mirar juntos un ocaso, y disfrutar del momento; y recoger plantas para clasificarlas y comentar las cuestiones novedosas de la neurociencia...

...tenga usted hijos para esto.

La imagen es un ocaso sobre la Bahía. Lanzada desde Punta Cantera (San Fernando-Cádiz-España) Al fondo las últimas construcciones de la ciudad trimilenaria de Cádiz



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