martes, 8 de abril de 2008

Mi gente sorprendente: La sobrina que quería ser mamá

Tengo un sobrino que ve muertos. No es que el pobre chiquillo tenga pulsiones paranormales, es que es forense. Y ser forense tiene estas cosas. Tengo otro sobrino que es científico, un lumbreras el muchacho; que además es navegante y ha publicado una novela histórica de piratas. Y tengo una sobrina, también rondando los treinta (...tengo más sobrinos, pero estos tres son los mayores) que dice que cuando cumplió los 31 le entraron unas ganas locas de ser mamá. Por lo que me cuenta desarrolló compulsivamente un instinto maternal delcaraxo, vamos, una cosa por demá (en Cádiz, una cosa por demá es algo desorbitado y fuera de lugar)

Mi sobrina está en paro y no es plan de ponerse precisamente ahora con instintos maternales. Es una chica muy mona; soltera y sin novio reconocido. Pelito corto, morena clara, libre como el viento y con un atractivo enorme... yo entiendo que los chicos se la rifen. Así que si se pone a decir por ahí que quiere ser mamá... Me preocupé, la verdad; ¡a saber qué habría hecho esta insensata! Pero nada, lo que hizo fue levantarse un día y meterse en una tienda de bebés; y allí se dejó un dineral...

- ...a puntito estuve de llevarme un carrito de niño chico -decía-. Y en casa lo tuve todo guardado, mirándo y tocando las cosas sin saber qué hacer con aquello hasta que mi cuñada se quedó preñada y le regalé el lote ¡Lo que se encontró la tía... y lo contenta que se puso!

Claro, ya que la había pillado comunicativa, aproveché para interesarme por aspectos más concretos... por lo visto en la fiesta de Fin de Año había conocido a Patxi, un chico monísimo que decía que también tenía muchas ganas de ser papá ¾los chicos a veces es que somos de una transparencia soez y desbordante¾. Y encima se quejaba de que las chicas lo tienen muy fácil para ser mamás, con tal de dejar de tomar la pastilla sin avisar a nadie, en nueve meses, ¡zas!, madres... ¡y el padre sin enterarse! De esa forma, a saber cuantos hijos podría él tener por ahí, sin saberlo, con las ganas que tenía de ser padre y ejercer de tal. Ya digo, un prodigio de transparencia el tal Patxi.

Luego Dolorcita ¾es que la llamamos así, Dolorcita¾ me contó que antes de quedarse en paro, su jefe de Barcelona, cuando se enteró de lo de su instinto maternal insatisfecho, la animaba a ser mamá y se lo ponía fácil...

-”...y te vienes a mi casa y lo criamos entre los dos”. Me decía.

-Claro -le expliqué a la niña-, eso es que está enamorado de ti y se aprovecha de tu instinto maternal para liarte en sus propósitos...

-¡Que va, tío! ¾me llama tío, pero de parentesco-. Si mi jefe es gay, pero gay total, y se va a operar para convertirse en mujer-mujer -. La niña hizo una pausa y me miró fijamente, como para no perder detalle de la cara que se me pondría a continuación- ...pero, eso sí, para ejercer de lesbiana, que a él lo que le van son las mujeres...

-¿Comooooooor?

...yo es que ya no entiendo ná, de verdad... De verdad que no entiendo ná. Que no, que no... ¡que me dejes!



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