lunes, 10 de marzo de 2008

Una Gran Nación

FALTA FOTO

El Partido Socialista ganó las elecciones generales al Parlamento Español del 9 marzo 2008. El Partido Popular aceptó la derrota, y don Mariano Rajoy, en su discurso de aceptación —jaleado e interrumpido por sus huestes, con abucheos e insultos hacia Zapatero, que tal vez sean los frutos maduros de la política de crispación del PP—, dijo:

“…mi país, una gran nación que se llama España…”

Tuvo que parar porque sus incondicionales interrumpían con el infame grito deportivo de guerra: ¡A por ellos, oé, a por ellos, oé…! Grito que siempre me ha parecido lamentable, cantado en cualquier lugar, y en este contexto aún peor.

Cuando Rajoy empezó la frase, por un instante el corazón se me paró entre dos latidos porque alargó una fracción de segundo la sílaba GRAN… como para enfatizar su sentimiento; de tal forma que me pareció que iba a decir

“…mi país, Una, Grande y Libre”

Evidentemente no fue así y no era esa la intención de Rajoy. Es increíble lo que puede pasar entre dos latidos, en una fracción de tiempo infinitesimal. Qué largo puede parecer un instante… todo se quedó congelado y expectante hasta que el hombre terminó su frase: “…mi país, una gran nación que se llama España…”

¡Menos mal! Al final no dijo la terrible frase… pero seguramente, si el maldito eslogan no lo hubiese manoseado don Francisco en sus visiones imperiales, hasta hoy podría ser válido para muchos españoles, empezando por el PP y siguiendo por el partido de Rosa Díez. Porque es legítimo sentirse español y estar orgulloso de tal sentimiento… el problema es confundir al personal y hacerle creer que un sentimiento así debe despreciar otros similares e igualmente legítimos. Es decir, hacer creer a los españoles que no caben otros nacionalismos en España. Igualmente, el problema surge en la periferia cuando dirigentes nacionaistas excluyen lo español de Cataluña, País vasco o Galicia.

Si los dirigentes del PP y partidos similares, fomentan que el sentimiento nacionalista español es el único posible y noble —y es lo que hacen—, denostando el nacionalismo catalán, vasco o gallego, hacen mal. Y exactamente cabe decir de los otros partidos nacionalistas periféricos respecto al nacionalismo español. Porque lo más probable es que España no sea UNA gran nación, lo más probable es que coexistan varios sentimientos nacionales dentro del Estado, y dentro de cada comunidad autónoma actual.

Dicen que una nación existe cuando hay gente que la siente como tal... por eso existe España, Cataluña, Euskadi y Galicia. ¡Y todos ellos deberíamos caber en el Estado que compartimos desde hace siglos! Pero cuando Rajoy habla de su Gran Nación española, me temo que está apelando a la exclusión de los otros. (Idem respecto a los periféricos excluyentes)

¿Qué cosa será razonable, extirpar los sentimientos nacionalistas o procurar un cauce para convivir con ellos?

Creo que también por eso, Rajoy y sus conmilitones, han perdido las elecciones. Porque frente a la Gran Nación de Rajoy se posiciona la pluralidad y los cauces de convivencia de Zapatero. No se enteran que el río siempre hace cauce nuevo, y que esta España necesita reformas de vez en cuando. Es el país que nos ha tocado. Se siente.



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