martes, 30 de septiembre de 2008

Nubes y claros en el Estrecho

Hablamos del Estrecho de Gibraltar, el brazo de mar que abraza África y Europa. Los que nacimos y/o vivimos la niñez en Ceuta lo tenemos de referencia. Nuestra vida está impregnada de su imagen y, vayamos donde la vida nos lleve, siempre miramos al norte con la esperanza de ver la figura triangular del Peñón de Gibraltar al otro lado de la mar...

Imagen del estrecho de Gibraltar desde la costa europea,
antes de las lluvias torrenciales de septiembre de 2008

Muchos nos tenemos que conformar con esta imagen que mira hacia el sur; es Ceuta y la costa africana desde el otro lado. Estar alejados de las calles de la niñez ayuda a comprender que la Patria Noble del hombre es el pequeño barrio donde vivía Angeli, la niña que paraba mi corazón cada vez que la veía aparecer por la esquina de Mané...

...entonces el mundo cabía en Villajovita, ese pequeño barrio de Ceuta. Las cosas eran más pequeñas y manejables... excepto la enorme inocencia.

Un túnel bajo el Estrecho




viernes, 26 de septiembre de 2008

Ejemplos pequeños de represión franquista

A mi abuelo Manuel lo metieron en el calabozo los falangistas. Era el año 1937. Pero tuvo suerte, no lo fusilaron junto a la tapia del cementerio, ni lo desaparecieron en una cuneta, ni lo condenaron por rojo o desafecto al régimen ni nada de nada… se escapó porque un tal coronel León era hermano de un cuñado de un amigo de un vecino etc., etc., etc. Por eso y porque todas las mañanas, al amanecer, cuando un grupo de piadosas beatas pasaba delante de su carnicería rezando el rosario de la aurora, pidiendo por el éxito del Caudillo en su Cruzada, Manuel “el carnicero”, con su delantal blanco manchado de sangre, abandonaba sus faenas, dejaba la puerta de su negocio abierta, y se sumaba a la triste letanía nacionalcatólica… Dios te salve María (Dios te salve María) Plena eres de gracia (plena eres de gracia) El Señor es contigo (el Señor es contigo)… Eso le salvó.

Los escasos días que podía vender algo de carne —cuando le entraba algún cerdo de las escasas granjas de Ceuta—, se formaban unas colas enormes. Y ese mal día el asistente de un capitán del ejército rebelde, que se creía un privilegiado, se quiso saltar la cola de simples civiles de segunda. En la discusión que originó, mi abuelo le dijo al listillo que era un gracioso. Agraviado y humillado, el asistente corrió a su capitán y le dijo que el carnicero le había negado la carne para sus hijos (los del capitán) y encima le había llamado faccioso. Fue suficiente. Un piquete de falangistas se lo llevó. Tres días en el calabozo hasta que la intervención del coronel León y su presencia en los rosarios de la aurora le exoneraron de toda culpa… Así eran las cosas para miles de españoles en la retaguardia y en la posguerra.


Mientras eso pasaba, mi abuelo Miguel Ángel —el teniente López— moría en el frente de Madrid, en el bando de Franco, defendiendo valientemente sus ideas y sus convicciones.

Y en Villa Sanjurjo (Alhucemas, “la Zona”, costa marroquí, entre Ceuta y Melilla), un mendigo comía pipas en una esquina. El grupo de falangistas había venido desde Melilla para observar el buen orden en una ciudad que ni siquiera tuvo necesidad de pronunciarse ni a favor ni en contra del Alzamiento Nacional: eso era cosa de España… No exigieron a los funcionarios estatales, ni a la población civil, que se afiliaran a la Falange, el único partido posible; pero para demostrar el debido respeto era obligatorio saludar, brazo en alto, cuando pasaba una camisa azul… el pobre mendigo, efectivamente, saludó brazo en alto, como exigían los dominadores, pero para que no se le cayeran las pipas, las mantuvo en el puño cerrado… ¡pobre hombre! Pareció mismamente el saludo comunista. Una provocación imperdonable. Fue preso. Lo mandaron a la prisión de Zeluán, y terminó en Rostro Gordo, el macabro lugar de Melilla donde ejecutaban a los rojos...

FALTA FOTO

Solo quiso mantener las pipas en la mano… y lo fusilaron por rojo. Puede que ahora estas cosas hasta provoquen una sonrisa triste, pero no las debemos olvidar. Pasaron.

El asunto del mendigo y las pipas está extraído de “Fragmentos de una conversación continua sobre Alhucemas”, de Juan Román. Publicado en 1994 por el Ayuntamiento de Melilla, en la Colección Zaguán de África.


miércoles, 24 de septiembre de 2008

Espacio (fuera de sitio) y Tiempo (fuera de hora)


Cavilaba servidor en la Plaza de San Antonio (Cádiz), sentado en uno de los bancos de piedra. En frente, en el Casino Gaditano, los invitados a la boda bailaban, fumaban y disfrutaban de la barra libre. Entre ellos había una chiquilla encantadora… pensaba en ella, en Marilisa. Sí, Marilisa, ¿por qué puñetas no decir su nombre? Eso es lo que pasaba, que a mis cincuenta y seis años, casado, bien avenido y con dos hijos casi de su edad, ¡estaba pensando en una criatura de treinta y uno que acababa de conocer y que tal vez no vuelva a ver en mi vida!

Y llegó mi sobrino Manolo, de veintiséis; y se sentó en el banco de piedra, frente al Casino Gaditano, para recuperar el resuello… ¿En qué piensas, tío? Tentado estuve de contestar lo usual, que no pensaba en nada en concreto, pero no lo hice …Pues mira, te lo voy a contar: Pensaba en esta chiquilla —yo creo que Manolo quedó sorprendido… los tíos no solemos hablar así a los sobrinos—. Pensaba que si la hubiese encontrado hace veinte años me habría enamorado de esta niña, porque ¿tú la has “visto”?

Por supuesto que la había visto... Manolo la había visto, mirado y admirado con sorpresa porque dificilmente se podía apartar la mirada de ella. Manolo también estaba fascinado y la encontraba encantadora… y Carlos, y Enrique, y Álvaro, y Alejandro, y mi compi de la vida, y mis cuñadas Blanca y Rocío, y mi cuñado Quique… Lo sé porque la admiración era evidente y todos lo dijimos en voz alta en algún momento de la noche. ¡Que chica más tierna, cariñosa, dulce y guapa! ¡Que dan ganas de abrazarla como a un peluche! (...lo del peluche lo digo para no violentar a mi compi, que los sobrinos dirían otra cosa, claro está)

Hay asuntos que solemos callar por pudor. La verdad es que aún nos cuesta expresar en voz alta según que sentimientos, y este podría ser uno de ellos: la sospecha de haber podido amar a otra persona si hubiésemos coincidido en otro tiempo y en otro lugar... y la punzada de tristeza que eso conlleva.

Sí, pensaba en ese banco de piedra que Marilisa ha sido una presencia de horas. Una brisa que aletea unos momentos a tu lado, y te regala un frescor de menta y sal. Luego desaparece entre los millones de caminos que tiene la vida, y te dejan cavilando sobre un espacio fuera de lugar y un tiempo que llega a deshora…

Sirvan estas palabras para que lo sepas, princesa bizantina: que hubo un tiempo en el que muchos te quisimos, te pensamos, te deseamos y te imaginamos… y ese recuerdo, vayas donde vayas, ahora ya es eterno. Un beso.



lunes, 22 de septiembre de 2008

Los Obispos Absolutistas del XXI

Dice y asume el cardenal Rouco Varela que la asignatura Educación para la Ciudadanía «…impone una formación estatal obligatoria de las conciencias, con opciones antropológicas y éticas contrarias a la doctrina católica y al verdadero humanismo, como son el relativismo moral y la ideología de género».
En consecuencia hacen bien en oponerse a que la asignatura EpC se implante en sus centros de adoctrinamiento y negocio. Lo entiendo y me gusta que sean tan claros porque así nos vamos conociendo todos.

No les gusta lo que llaman peyorativamente relativismo moral. Y eso es normal en ellos porque lo que les gustaría es que la sociedad estuviese dirigida y vigilada única y exclusivamente por su moral católica, que es una moral excluyente y castradora. O sea, les gustaría que la única moral aceptable y aceptada fuese la suya; y por tanto que todas las leyes del país estuviesen en sintonía con sus creencias. Sueñan con volver a imponernos el absolutismo moral que imperó en todo occidente cristiano durante siglos y que les proporcionó un poder incontestado… el mismo que hoy existe en numerosos países islámicos. Ellos recuerdan y añoran los tiempos en los que las iglesias ejercían un enorme —y corrupto y despreciable— poder real y temporal sobre todos los nacidos.

No, no les gusta la asignatura Educación para la Ciudadanía porque educa para discernir, para ser críticos, para aprender relatividades y huir de absolutismos, para aceptar otras formas de ver el mundo, todas ellas respetables si son asu vez respetuosas. Por tanto, es cierto que la EpC es contraria a la doctrina católica que ellos quieren imponer. Lo dicen exactamente así, abiertamente, y se reafirman y se quedan muy satisfechos. Pero deberíamos recordar a lo que puede llevarnos el absolutismo moral que esta gente quiere imponer:

Recordemos Que Giordano Bruno también mantenía posturas contrarias a la doctrina de la iglesia de turno. Defendía la existencia de múltiples sistemas solares y la infinitud del universo y fue quemado vivo por eso.

Recordemos Que Galileo Galilei también mantenía posturas contrarias a la doctrina de la iglesia de turno. Y por ese motivo, el 22 de junio 1633 fue condenado a prisión de por vida —pena conmutada por residencia de por vida— y su obra prohibida. Y, aunque no lo hizo, me gusta pensar dijo su famoso «Y sin embargo se mueve».

Recordemos Que Charles Darwin también mantenía posturas contrarias a la doctrina de la iglesia de turno... y por ello fue ridiculizado cruelmente para solaz de estos mentecatos que hoy han inventado la estupidez del Creacionismo científico / Diseño Inteligente.

Recordemos Que Miguel Servet también mantenía posturas contrarias a la doctrina de la iglesia de turno. Y, en consecuencia fue condenado a ser quemado vivo. Decía su sentencia: “Por estas y otras razones te condenamos, M. Servet, a que te aten y lleven al lugar de Champel, que allí te sujeten a una estaca y te quemen vivo, junto a tu libro manuscrito e Impreso, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo”.

Etc., Etc., Etc. Y en todos estos casos, pobrecitos míos, o los torturaron, o los encarcelaron, o los obligaron a desdecirse, o los asesinaron cruelmente y con regocijo.

¿Qué buscaban las iglesias de turno en estos casos —y en los otros cientos de casos que servidor no conoce—? Querían, con toda seguridad «…imponer una formación obligatoria de las conciencias…» porque estos sujetos mantenían unas «…opciones antropológicas y éticas contrarias a la doctrina católica…» (o calvinista o luteranas o tal y cual) Como verás, estoy usando las propias palabras que han utilizado los cardenales de Madrid para recordar a los colegios católicos cual es la doctrina oficial de la Conferencia Episcopal Española sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía (EpC)…

…no vaya a ser que los niños adoctrinados por EpC se les desmanden y se atrevan a pensar en libertad, como esos endemoniados librepensadores. ¡Qué cachondeo va a ser esto, hombre!

O sea, estos obispos católicos son unos —sabed que en este momento me estoy mordiendo la lengua y recortando los dedos— manipuladores, impresentables e inconsistentes.


jueves, 18 de septiembre de 2008

Un canalla para Eme

Era canija. Tan canijilla que apenas tenía tetas. Una vez me las enseñó... pero solo era un autorretrato a carboncillo sobre papel de barba —ya me habría gustado comprobar la realidad, ya—. Y, aún así, me gustaron mucho. Pero daba igual que tuviera pocas tetas, algunos chicos (que yo sepa, por lo menos, dos) bebíamos los vientos por ella. Y eso era un problema, demasiados para un solo corazón.

Sí, algo tenía esta niña que enamoraba sin que se supiera por qué —si es que eso llega a saberse alguna vez—. Manolo buscaba excusas para dejar las clases en la universidad y venirse a Ceuta en pleno curso con tal de estar cerca de ella… y, para su desespero, servidor también.

Eme tenía melena cortita y una voz preciosa. Cantaba canciones a capela con su hermana, y eran sones que parecían cristalinos, como de agua que fluye desde una roca. Algunos chicos soñábamos despertar cada mañana con el sonido de su voz a los pies de la cama. A veces acaricié su nuca, allí donde le nacía el cabello negro… y se dejaba hacer muy quieta. Pero siempre, invariablemente, la encontré tan cercana como distante. Supe que ella buscaba esa caricia, ese acercamiento, pero que jamás pasaría de allí, de la nuca.

También me dejó saber que le gustaba mi compañía... una tarde decidimos subir al mirador de García Aldave, un lugar discreto y sin luces, desde donde se apreciaba una maravillosa vista de Ceuta. Y allí, casi en un silencio atronador, fue naciendo la noche y nos fumamos entre los dos un paquete de cigarrillos fetén... Sin un roce de manos. Sin un beso. Apenas nos sorprendimos mutuamente con alguna mirada furtiva, de las que quieren decir cosas sin palabras. Sólo eso. Me miraba con cariño y callaba. Eme había levantado un muro infranqueable delante de mis narices... es que te quiero mucho y no quiero hacerte daño, decía para justificarlo (¡…házmelo, joder, házmelo!) Yo creo que lo construyó a su pesar. También lo levantó delante de Manolo. Mi canijilla no se dio cuenta... al final debió quedar sola y presa de su propia muralla.

FALTA FOTO - CEUTA DESDE MIRADOR DE GARCIA ALDAVE

Y la vida no se detuvo. Cada uno, singladura tras singladura, conquista una derrota imprevisible. Y un desalmado, un hijo de la gran puta, de esos que quedan impunes después de su fechoría, deslumbró a mi canija. Y le fue arrancando los pétalos de margarita, uno tras otro; y los fue tirando al desagüe, sobre un vórtice que giraba y tragaba todo lo que encontraba. ¡El hijo de la gran puta! Con lo respetable que parecía el cabrón…

En estos años que han pasado, alguna vez me he preguntado qué habría sido de nuestras vidas si aquel día, en García Aldave, hubiese sido capaz de dejar al margen la buena educación y hacer con Eme lo que me pedía el instinto y el corazón, ser un poco canalla.




lunes, 15 de septiembre de 2008

El bosón de Higgs: confianza y fe

¡Madre mía! ¡Esto no es lo que era! Te entretienes unos años en criar a un par de hijos y cuando vuelves a la realidad te encuentras sin avisar con un montón de nuevas partículas subatómicas. El mundo es más sencillo si explicamos las cosas con electrones, protones y neutrones… Aún recuerdo cuando, a duras penas, logré medio entender la ecuación de Schrödinger.


¡Jolines! Me sentía un privilegiado… pero ahora no recuerdo ni entiendo absolutamente nada, y me parece inaudito que alguna vez haya podido entender esta cosa. Eso es prueba evidente de que el homo sapiens venido a menos está cada día más echao a perder.

Eso sí, no entenderé nada, pero percibo grosso modo la enorme belleza y armonía que hay en la Mecánica Cuántica, en la Teoría de Partículas, en la relatividad… en los límites del conocimiento, allí donde la física —en la percepción de los legos— nos parece metafísica porque hasta los físicos se quedan sin respuestas racionales... y es justamente aquí, en esta frontera del conocimiento, cuando algunos aprovechan para echarme en cara que diga lo que diga, me ponga como me ponga, tengo que tener fe (¡que empeño ponen algunos en hacerme creyente contra mi voluntad!) Y lo justifican porque no comprendo y, aún así, acepto como verdaderas y reales cosas que no puedo alcanzar ni ver ni tocar...

— Pero, capullín —les digo entonces—. No entiendo ahora porque me faltan mogollón de neuronas... pero con dedicación, tiempo y paciencia, cualquier hombre normal puede comprender hasta la mismísima esencia del bosón de Higgs.

Servidor no comprende la mecánica cuántica (entre otras miles de cosas), pero confío en la razón y en el método de los hombres para conquistar conocimientos que para mi son inalcanzables intelectual y racionalmente. Y en esa conquista de ellos percibo una tarea de enorme belleza...

Y no voy a comentar hoy qué opinión me mererece que se acepten como verdades inapelables las estupideces de un libro absurdo...


Mi hijo Álvaro me invitó a visitar esta página, y en tres minutos me explicó el contenido por teléfono. Sabía que me encantaría... y no sólo la página. Sabía que me gustaría el hecho de que otro hombre, joven y cercano —mi hijo en este caso—, fuese capaz de entenderlo. Los homo sapiens, incluso los venido a menos, tenemos esperanza... podemos entender y llegaremos a entender la creación. No necesitamos dioses ni cuentecitos infantiles.

Os la recomiendo.


viernes, 12 de septiembre de 2008

Explicación para Uve

Hace treinta y seis años que te debo una explicación: no te quise como tú esperabas. Nunca estuve enamorado de ti, y sin embargo acepté salir contigo… así se decía entonces. Yo tenía veinte años, era estudiante y no tenía en la cabeza el menor plan de futuro… tú veintisiete, eras una rubia atractiva, que trabajaba en un banco —trabajo que te buscó, por cierto, un ministro de Franco, agradecido porque tu padre le salvó la vida durante la guerra—, y llevabas unTriumph deportivo, blanco, de dos plazas y descapotable, que me dejabas conducir para irnos al sitio discreto y oscuro donde nos metíamos mano. La radio del coche tenía la luz verde y, de la vergüenza que te daba sentirte iluminada, la tapabas con un dedo mientras nos besábamos. ¿Recuerdas? Parecía que a oscuras era menos pecado para ti.

Simplemente todos se emparejaron y nos dejaron solos… así que salimos juntos, no nos quedó otra alternativa. Fue por descarte. Yo no estuve enamorado de ti, seguramente lo viste enseguida, pero eras tan buena persona que soñabas que el tiempo obrara el milagro. Y lo más seguro es que tampoco te importara demasiado, creo que necesitabas por encima de todo huir de la soledad e imaginarte amada y acompañada. Era eso lo que se esperaba en ese tiempo para una mujer con veintisiete años cumplidos, que ya no estuviera sola, y yo era lo que tenías a mano. En realidad, lo único que tenías a mano.

No, nunca hubo chispa entre nosotros. Ni siquiera hubo sexo medioapañao porque al mes de empezar lo nuestro murió tu padre y te vestiste de negro completamente. Fue un luto de Andalucía profunda, y no podíamos ir con la gente, ni reír abiertamente, ni disfrutar porque cualquier disfrute te hacía sentir culpable… ¡Pobrecita! No logré —no me dejaste— bajar de la cintura ni jugar debajo de tu falda… venías de un pequeño pueblo de mil habitantes, por la serranía de Ronda, y yo no se si era la educación religiosa, algún trauma infantil o qué cosa era, pero lo llevabas fatal… las tres veces que te alcancé un pezón te quedaste sin respiración, dando boqueadas como un pez fuera del agua. Lo recuerdo con un poco de pánico, fue en el muelle de la Puntilla, en la misma bocana del puerto, y después de cada episodio prometía no volver a tocarte. Luego me enteré que te apuntaste a un gimnasio para hacer gimnasia respiratoria a ver si superabas la impresión…

...pero ahora que lo pienso, a lo mejor era que alcanzabas un enorme orgasmo cada vez que te rozaba un pezón y servidor sin enterarse. ¡Yo es que entonces era muy joven y muy inexperto!



miércoles, 10 de septiembre de 2008

Las Historias de A_Cooper: La osadía del Marqués

Se lo presentó su amiga Laura —otro misterio/mujer lleno de historias con enjundia—. Era un catedrático de historia antigua de sesenta años, edad a la que muchos hombres se empeñan en demostrar que están en plena forma física e intelectual, sobre todo física. Y suele ser verdad, es una edad plena en todos los aspectos. Y si no, siempre es posible ayudarse con la pastillita adecuada.

(…mi amigo Angelote cuenta que tiene un compañero de sesenta años, recién separado de su mujer de toda la vida, que ha descubierto la libertad y el pecado a estas alturas de la película; y que está encantado. Que se toma una pastillita de cialis cada tres días; y que folla sin problemas todas las noches; y siempre tiene con quien porque el mundo ha cambiado una barbaridad, y hoy día el que no folla es porque no quiere. Y que el tío no ha estado más feliz en su vida… con sesenta años, sí señor. Eso me cuenta mi amigo Angelote)

Además de catedrático de historia antigua, el amigo de A_Cooper es el Marqués de No Sé Qué, de recio abolengo catalán. Lleva el pelo canoso y un distinguido pañuelo de seda al cuello. Típico-típico. Dice A_Cooper que nunca se había imaginado, ni por asomo, que todo un Marqués le tiraría los tejos… Para ella, simple arquitecta de provincias, era una posibilidad remotísima. Pero desde la primera mirada que intercambiaron ya sabía que tarde o temprano el Marqués se le iba a insinuar (…es que los hombres, incluidos los nobles, somos así de transparentes) El asunto era ver cómo entraría tal señor tan distinguido y estirado… hasta que se decidió. Le hicieron falta dos copas de Ribera del Duero para acumular la osadía necesaria:

— Pues, ¿sabes que le digo, A_Cooper? — (le habló de usted) Y aquí el Marqués hizo una pausa y la miró descaradamente de arriba abajo a través de la copa—. Que ese cuerpo hay que aprovecharlo…

— No, si ya lo aprovecho, Manolo— contestó picarona A_Cooper —. Ya lo aprovecho…


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lunes, 8 de septiembre de 2008

Un beso callejero cimbreando en las antenas de una mariposa Monarca


Estación de Santa Justa, Sevilla, España. Finales de agosto de 2008. Viajeros que se reencuentran, amantes que se separan…

Un beso borra los bordes de la realidad. Difumina el entendimiento. Concentra el sentido de las cosas. Detiene el tiempo. Eterniza un momento especialmente intenso. Crea el instante feliz. Mantiene el silencio y evita que yerres en tu juicio. Besando cierras los ojos y percibes el interior del otro. Te alcanza el mejor aroma. A veces giras; a veces caes. No se mata besando. No se odia besando. Un beso perdona y preludia mejores momentos. Es también una explosión de cristalitos de sal y una lluvia suave de menta. Como ves, Papantzin Xaxán, el beso es una pizca de magia que el común de los mortales provocamos cada día... y es un brillante regalo de los dioses para los hombres que sólo el clérigo imbécil y sucio censura y esconde.

¡Jolines! No tenemos perdón de dios: deberíamos besarnos a todas horas ¿no?




viernes, 5 de septiembre de 2008

Fotos en un tubo: AZUL_CIELO Y ROJO_AVERNO

Ellos me pidieron que respetara sus creencias, y las hice mías. Me pidieron que compartiera con ellos mis secretos más íntimos, y los compartí. Me dijeron que una virgen parió y siguió virgen, y les creí. Me explicaron que tres dioses eran uno solo y no traté de entender, simplemente lo dejé estar. Me dijeron que todos los domingos había que escucharles en silencio y les escuché. Me pidieron que ejerciera de cordero de Dios, y ejercí humildemente. Me indicaron diez mandamientos para cumplir, y casi los cumplí… y que Dios lo veía todo para premiar con el cielo o castigar en el infierno (¡madre mía, cómo me asusté entonces! …porque lo mío estaba claro)

En resumidas cuentas, me exigieron que desnudara mi entendimiento para comprender solamente a su través. Y lo hice por un tiempo. Por supuesto que lo hice.

Hasta que los mandé al caraxo, claro —era cuestión de tiempo— por rancios, casposos y castradores.

¡Con la de cosas maravillosas que hay al margen de esta gente... y perder media vida escuchándoles!

jueves, 4 de septiembre de 2008

El abuelo de Raul

Cuando las cosas están bien dichas no hay que darles más vueltas… como este artículo de Raul García Martín, publicado en El País del 4 de septiembre de 2008. Copio y pego y le doy mi más cordial norabuena.

¿Cuándo prescribe el dolor?

RAúL GARCíA MARTíN - Granada - 04/09/2008

Félix Martín Pozo fue un jornalero nacido a finales del siglo XIX en la Castilla profunda de la época. Una noche de agosto, un grupo de falangistas armados llegaron a su casa y lo sacaron de la cama entre empujones e insultos. A los pocos días fue asesinado y su casa confiscada, dejando en la calle a una viuda y siete huérfanos. Hoy, cuando se cumplen 72 años de aquella salvajada, aún no se sabe dónde reposan los huesos de aquel buen hombre que nunca hizo mal a nadie. Su hijo Joaquín, ve cómo se le escapa la vida sin poder darle un último adiós a su padre.

Esta historia ocurrió en Fuentelapeña, un pueblecito zamorano, donde fueron asesinados muchos otros además de Félix. Ninguno disparó un solo tiro en su vida. No fue un enfrentamiento de guerra, sino una masacre de inocentes que se repitió a lo largo y ancho de España aquel terrible verano del 36.

Hoy, los familiares de miles de víctimas saben que nunca se juzgará a los asesinos; a pesar de que, en muchos casos, se sepa bien quiénes fueron. Saben que nunca habrá calles con los nombres de sus padres, abuelos, hermanos... Saben que seguirán existiendo avenidas y plazas dedicadas a los militares golpistas que provocaron aquel genocidio y saben, además, que tendrán que seguir soportando esa curiosa reinterpretación según la cual todo se trató de una guerra entre hermanos y las barbaridades fueron igual en ambos bandos. Y aún hay quien se echa las manos a la cabeza ante la única petición que parece pudiera ser atendida: localizar y enterrar a los desaparecidos, con la ayuda del Estado.

Félix Martín era mi bisabuelo. A quienes se oponen a que algún día pueda encontrar sus huesos les pregunto, mirándoles metafóricamente a los ojos: ¿cuándo prescribe el dolor por el asesinato y desaparición de un ser querido? Además, me gustaría decirles que estén tranquilos, buscar a nuestros familiares no quiere decir, desgraciadamente, encontrar a quienes los mataron.


martes, 2 de septiembre de 2008

Las Historias de A_Cooper: el masajista


Desayunar con A_Cooper da mucho de sí. Sobre todo a partir del segundo café, que se los pide cargados, y por lo que comprobé, le provocan un efecto desinhibidor enorme… además, los toma sin azúcar porque dice que ella va sobrada de dulzura gallega y salero andaluz. Y debe ser cierto porque tal mezcla le reporta pingües beneficios sentimentales… dice que ahora anda que no sabe qué hacer con un barcelonés rubio —algo canoso— que está enamoradito perdido de ella, y que tiene comprado un billete de ida (sin vuelta) para pasar los días que sean menester con ella... y sólo espera una palabra suya para viajar. Así lo tiene, en ascuas.

Cuando me cuenta estas cosas yo le pregunto con el ceño fruncido, “Niña, ¿pero tú que les das?” Y siempre encoge los hombros, abre los ojos como extrañada y dice: “Nada, yo no hago nada”. Mentira podrida. No me lo creo...

Pues este hombre trabaja en un geriátrico para ganarse la vida, pero es músico, escultor y escritor. Con estas expectativas ya resultaría un señor suficientemente interesante, seguro que tiene una conversación culta y llena de matices, pero es que además el tío es masajista… y, claro, que sea masajista es una tentación i-rre-nun-cia-ble para A_Cooper.

Al final —tú verás como sí— el masajista rubio viajará, seguro-seguro-seguro, porque todas las mujeres de la familia de A_Cooper son unas viciosas de caricias y masajitos. Es tocarles la espalda con la yema de tus dedos y caen rendidas, que te quedas… ¡madremía! ¿Qué ha pasado? ¡Yo no he sido!

—¡Ahhhh! Sigue, sigue, sigue… Asiiií ¡No pares! ¡Más arriba… a la derecha, a la derecha.. ahíííí —Y entonces se retuercen de gusto, y añaden:

— Más abajo, más abajo! […] ¡¡PERO NO TE PASES, CAPULLO!! — Es lo que dicen todas al final para volverte a la realidad.

Por eso digo que el masajista viajará, ¡claro que viajará!… aunque a la chiquilla le dure el interés tres días. Seguro.


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