lunes, 16 de diciembre de 2019

Existe otro mundo



Hay otro mundo que discurre al margen de noticias interesadas y bulos intencionados. Es la realidad que te roza directamente, la que ves con tus propios ojos; la que hueles y oyes desde tus sentidos… la realidad que discurre en tu entorno y se extingue a la vuelta de la esquina.



Existe un mundo que se genera con la realidad que llama tu atención, la que te hace volver la mirada para observar el detalle de una zancada o el color de un vestido que medio tapa y medio ofrece, y que arrea la imaginación y despierta deseo. Es el mundo real de los afectos diarios, de la conversación anodina o de las palabras estimulantes que te abren el conocimiento. Es el mundo que se despliega en las hojas de un libro, se palpa en lo rugoso de la corteza de un árbol, en el sabor de un vino añoso, en lo confortable de un viejo amigo con el que compartes silencios y vida…

Sí… Hay un mundo más cercano en lo íntimo, que discurre debajo de la sábana, que se palpa, se siente, te eleva al Olimpo y te remansa en la orilla, bajo un sauce llorón. Un mundo alejado de las redes sociales y de los medios de comunicación, que generan realidades a golpe de intereses comerciales y olvidan —y nos hacen olvidar— que SOMOS (que existimos) solo cuando alguien nos reconoce como seres sintientes y no como entidades que consumen y deben consumir para mantener una sociedad absurda que se auto destruye.

Existe, aunque parezca alejada, la realidad emocionante de la seducción personal cuando hablas y sonríes al ser humano que tienes delante. Percibir las feromonas del otro con la intención de ser reconocido como individuo único e irrepetible. Soy Miguel, hijo de Miguel, nieto de Miguel… Volver a ser un humano conectado a la verdadera red que nos generó: la vida y el planeta…

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