Por fortuna ya se extinguió esa fórmula para rematar las misivas de la otra época. Seguramente dejó de usarse en los papeles oficiales mediante una prohibición expresa y, finalmente, por simple agotamiento. Sí recuerdo que durante un tiempo tuve algún jefecitoque se resistía a abandonar la fórmula y nos obligaba a mantenerla porque a él le gustaba; la cosa se veía como una falta de respeto al destinatario y a unos principios (del Movimiento) inamovibles… pero se extinguió. Era lógico porque lo mismo el que suscribía no creía en dioses, y/o no quería que la vida del receptor de la misiva durase muchos años —que no será éticamente correcto, pero pasar, pasa—. El avance del tiempo es demoledor según para qué cosas.
Pero todavía es tanta y tan intensa la imbricación de lo católico en la sociedad civil española que su ausencia nos deja huérfanos en casi todas las manifestaciones públicas. De forma que tenemos que inventar ceremonias civiles para casi todo… Y el problema no es inventarlas, el problema es que TODOS logremos ver con claridad lo anacrónico que es permitir que las religiones mantengan una presencia masiva en lo público.
Lo religioso no cabe —ni se debe identificar—, por ejemplo, al lado de una bandera, porque junto a una bandera se alistan todos los que la aman, sean de las creencias que sean. Lo religioso no cabe en la toma de posesión de un cargo público democrático porque eso ya no es una gracia de Dios, es una elección soberana del pueblo. Lo religioso no cabe en la escuela pública porque ahí debemos estar todos, por encima de creencias. Y, en general, lo religioso no cabe en lo público porque eso sería elevar tal superchería a la categoría de cosa respetable. ¡No sé si me he explicado con claridad!
Sin embargo me gusta aquella pintada de hace cuarenta años: Prohibido prohibir… Sí, prefiero que la presencia pública de lo religioso se vaya extinguiendo per se, porque eso significaría una conquista sin vuelta atrás.
Pero, ¡hombrededios!, una ayudita legislativa no vendría mal ¿no?
”A vueltas con los símbolos religiosos”. JULIÁN CASANOVA 19/04/2008
Izquierda Unida y el BNG decidieron poner a prueba la vocación laicista del Gobierno y presentaron sendas proposiciones no de ley para eliminar esos símbolos en los juramentos de los altos cargos y para revisar los acuerdos con la Iglesia católica.