...nos enseñaron que las interfases químicas (zonas de contacto entre dos fases no miscibles como en la imagen, o entre dos estados como aire-sólido-líquido etc.) son fascinantes porque justamente ahí ocurren fenómenos interesantísimos de intercambio... (una jartá complejos, pero ineresantísimos y muy curiosos)
Lo mismo pasa en cualquier aspecto de los hombres, que interaccionamos única y exclusivamente en las fronteras, cuando entramos en contacto físico, visual o intelectual con otros hombres. Y sólo entonces, una vez establecido el contacto, suave o brusco, de hombres, ideas, actitudes o culturas enteras, ocurren migraciones, movimientos de ida y vuelta, mezclas, síntesis, sincretismos, eclecticismos... o una asimilación parcial o total de unas sobre otras.

Según se mire, lo que ocurre en la interfase de un tubo de ensayo, se repite nivel tras nivel; desde una migración iónica hasta un consenso político... ¿Quien dijo que la vida no era mera química?
No hay comentarios:
Publicar un comentario